Wild Horses (Niall Horan) (TERMINADA)

Wild Horses (Adaptada por Pili) Novela escrita por: http://ar.fotolog.com/zacharynessa/ Versión Original: Zac Efron. Adaptada por: "Pili"

Prólogo.

Que nerviosa se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce.
No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio, nerviosa.
Sí, estaba nerviosa. Su padre le había dicho que su regalo estaba escondido en las caballerizas. Se podía imaginar perfectamente cuál era su regalo.
Respiró profundamente y entró al lugar completamente sola. Aquel familiar olor a caballo y paja entró por su nariz. Lo respiró aún más… quizás fuera la última vez que lo hiciera.
Entró del todo y miró a su alrededor, para luego volver a mirar hacia el frente. Su regalo estaba allí. Una amplia sonrisa surcó su rostro, y sin poder evitarlo apresuró sus pasos hacia él.
Siempre quiso un caballo blanco y al fin lo tenía. Mordió sus labios de nuevo, y comenzó a disminuir el paso. Un nuevo sentimiento acaparó toda su emoción. Miedo. Tenía miedo. Era lindo, pero era muy grande para ella en ese entonces, y no sabía cómo iba reaccionar.
—No le tengas miedo —escuchó la voz de alguien más en ese cuarto, una voz familiar.

Capítulo 1: Primer amor.

Ella giró para encontrarse con él. Le dedicó una tímida sonrisa y sus mejillas se enrojecieron. Siempre se enrojecía cuando él estaba cerca. Sentía aquel cosquilleo lindo en el estomago y sentía aquellas molestas ganas de tomarle la mano y no soltarlo.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó y se armó de valor para mirarlo.

Su amiga, Lola, siempre le decía que un niño se da cuenta de que una niña gusta de él cuando esta no lo mira a los ojos. Tenía que mirarlo sí o sí.

—Te estaba buscando. Mañana te vas a la capital, y no sé cuando nos volveremos a ver —le dijo él.

Ella sintió que las cosquillas se hacían más seguidas y algo parecido a la angustia se coló entre sus emociones. Sabía que no iba a volver por mucho tiempo. Su padre había decidió enviarla a estudiar a Londres. Lo iba a extrañar tanto.

—No pienses en eso. Volveré —dijo dulcemente.
—¿Cuándo?. - Preguntó él.
—No lo sé. Pero volveré. - dijo firmemente.
—Mi madre dice que Lotres…
—Londres —lo corrigió esbozando una pequeña sonrisa.
—Lo que sea —continuó —Queda muy lejos… tomé prestado un mapa del señor Greg para cerciorarme. Y sí, queda muy lejos ¿Y si te pasa algo? ¿Y si me necesitas? —preguntó él con impaciencia.
—Habrá mucha gente para cuidarme, salvaje —dijo divertida.

Él no pudo evitar sonreír, dejando ver sus dos paletas separadas. Salvaje, apodo que ella le había puesto un día que ambos jugaban en los matorrales del campo y él se había comportado tal y como ella lo había llamado.

—Sé que habrá mucha gente cuidándote —continuó. Se rascó la nariz y luego el mentón. Se sentía nervioso —Pero son gente desconocida…
—Mi amiga Lola está allá —comentó.
—Esa niña exasperante… —murmuró. Ella rió por lo bajo.
—Me gusta que utilices las palabras que te he enseñado —le dijo.
—Odio esas palabras que me enseñaste —aseguró —En la escuela se ríen de mí por tu culpa…
—No conozco a tus compañeros de escuela. Nunca los has traído a la casa o me has hablado de ellos. ¿Por qué? —ella caminó un poco hacia un costado acercándose, inconcientemente, al caballo.
—Porque son todos unos idiotas…
—¡Eso es una palabrota! —ella lo retó divertida.
—Solo saben pelearse y buscarme pelea. Porque saben que siempre les gano.
—Porque eres un salvaje.
—Exacto.

Ella comenzó a jugar con la punta de su vestido, apretándolo y arrugándolo en la palma de su mano. Las cosquillas de su estomago aún no se iban.

—La señorita Dolores dice que ella podría enseñarte en casa como a mí…
—No, eso es para niñas. —dijo molesto.

Ella lo contempló en silencio por unos cuantos segundos. Tenía ganas de decirle muchas cosas. Sabía que dentro de un par de horas ya no se las podría decir.

—¿Vas a extrañarme? —le preguntó ella.

Volvió a caminar hacia el caballo, y entonces chocó con él. El inmenso animal chilló e hizo un relinche. Ella lo miró asustada, pero de pronto sintió una mano que tomaba la suya y la apartaba un poco de la fiera.

—Es un potro salvaje, como yo —le dijo él riendo.

Ella giró la cabeza para observarlo. Ahora estaba a su lado y sostenía su mano. Al parecer no tenía ninguna intención de alejarse o soltarla.

En eso Lola se había equivocado. Él no era como los demás niños… A él no le molestaba tomarla de la mano, tampoco que ella lo hiciera tomar el té o que le enseñara como hablar apropiadamente.

—No sé porque papá lo compró justo ahora que me voy —se lamentó mirando hacia al suelo.
—Lo hizo para que no le tomaras cariño y no te doliera tanto dejarlo… ¿Cómo quieres llamarlo?. —dijo cambiando de tema.
—¿Es niño verdad? —inquirió.
—Macho… se dice macho.—dijo él corrigiéndola.
—Lo que sea —dijo ella tratando de imitar la expresión de él cuando le decía así. Él rió quedamente —Quiero que se llame White.
—¿Quieres tocarlo? —preguntó.

Miró nerviosa al caballo y volvió la mirada a los azules ojos que estaban frente a ella.

—No lo sé… tengo miedo. —dijo insegura.

Él tomó con más firmeza la mano de ella, para acercarla con cuidado al caballo.

—White —lo llamó él, por su nuevo nombre. El caballo levantó un poco la cabeza y los miró —Así es como te llamas ahora, potro.

Se acercaron más. El animal parecía tranquilo. Pero a ella no la convencía. Él estaba detrás de ella y todavía sostenía su mano. Estiró sus manos hasta que la de ella se apoyó primero en el hocico de White. El caballo se quedó quieto, recibiendo la caricia. Él hizo que ella moviera la mano un poco más.

—¿Lo ves? Él no te hará daño. Sabe que eres su dueña —le dijo.

Lo miró a los ojos. Parecía ese príncipe del cuento que ella siempre leía. Un príncipe un poco particular, ya que siempre estaba jugando en el barro o con los animales. Pero era tan lindo. Lo iba a extrañar, de todo esto a él era al que más iba a extrañar.

—¿Lo vas a cuidar por mí? —le preguntó. Él se alejó para que ella continuara acariciando a su nuevo caballo por si sola.
—Claro que si, cuando vuelvas no lo vas a reconocer de lo lindo que va a estar —dijo con una sonrisa.

Ella sonrió y se alejó del caballo para acercarse a él. Vió que algo brillaba colgando en su pecho. Semisonrió. Hacía casi dos meses que él había cumplido los trece.

—¿Aun tienes mi regalo? —le preguntó. Él asintió y lo buscó. Alzó a la vista una pequeña medallita de oro. Ella la tomó para mirarla —Siempre la vas a cuidar, ¿verdad?.
—Siempre voy a cuidarla. Siempre voy a cuidar todo lo que tenga que ver contigo. Porque… porque… —dejó de hablar.
—¿Por qué? —quiso saber ella.

Él sintió aquel tonto cosquilleo en la boca del estomago. Parecía que se acababa de comer un enjambre de mariposas.

—Porque yo te quiero, enana —se animó a decir al fin.

Ella sintió una felicidad que nunca había sentido.

Él sacó algo del bolsillo de su pantalón y se lo tendió. Ella lo tomó apresuradamente y sin dudarlo abrió la pequeña cajita. Sus ojos no podían creer que lo que estaban viendo.

—¿Lo compraste? —dijo anonadada.
—Si —asintió él tímidamente —Dijiste que te gustaba cuando fuimos la última vez al pueblo. Y estuve ahorrando desde entonces para comprártelo.
—¿Por eso estabas haciéndole mandados al señor de la panadería?.

Él solo asintió. Ella sacó el pequeño anillo que se encontraba en la caja, tenía una piedra chiquita y violeta en el medio,se lo puso rápidamente y lo observó por unos segundos. Sintió un nuevo dolor… nunca lo había sentido. Iba a extrañarlo tanto. Lo miró fijo a los ojos. Esos ojos azules que le recordaban el cielo.

—Yo también te quiero, salvaje —le dijo sonriendo.

Con cuidado se acercó a él, se puso en puntas de pie y apoyó sus labios sobre los suyos.

Ambos cerraron los ojos, compartiendo así su primer beso.

Capítulo 2: El pasado no se olvida.

¿Cómo podía ser posible que se le perdiera aquella cadenita? ¿Cómo?. Él no era descuidado, jamás lo había sido. Y ahora no la encontraba por ningún lado. No quería perder aquel recuerdo de los mejores años de su vida. Siendo un niño él había sido muy feliz… Ahora también lo era, pero desgraciadamente nunca iba a ser igual.
Se maldijo a si mismo miles de veces… ¿Dónde podría haberla dejado? Ya la había buscado en todos lados: la caballeriza, su cuarto, el baño, el gallinero, la cocina, la casa grande…
Se detuvo a pensar un poco. Quizás la había dejado en la casa de Evie. Aunque a decir verdad hacía como una semana que no iba a ver a su novia y la cadenita la había perdido ayer. Soltó un suspiro. Y se sentó con cuidado en una de las sillas de la cocina.

—¿Buscabas esto? —preguntó ella.

Al instante él levantó la vista y se puso de pie. Casi corrió hacia donde estaba su madre con la mano levantada y mostrándole lo que había estado buscando desde hacía tantas horas.

—¿Dónde estaba? —quiso saber mientras se la quitaba de la mano.
—La dejaste tirada cerca del horno anoche, después de que lo arreglaste.
—No la dejé tirada. Seguramente se me cayó…

Se la volvió a poner, y se sintió aliviado. Sus bonitos recuerdos ahora estaban de nuevo con él.
Niall Horan era un hombre de campo. Había nacido allí, se había criado allí y pensaba morir allí. Él no se consideraba una persona mala, y estaba muy orgulloso de lo que había logrado en todos esos año en los campos Hoffmann. Siendo muy joven (con apenas 15 años) su jefe lo había nombrado encargado del lugar, cuando había decidido irse a vivir a la cuidad. Y desde entonces Niall había llevado adelante los asuntos de aquella conocida estancia. Pero a pesar de dejarle toda la responsabilidad, Greg Hoffmann iba a verlos todos los años en las vacaciones de verano. Se quedaba allí unos dos meses y luego volvía a su agitada vida de negocios. Niall siempre se preguntaba como era que ese hombre no se había vuelto loco viviendo en la cuidad, siendo que él también había nacido y criado en aquel campo. Pero lo sabía, Greg era un gran hombre que se adaptaba a cualquier situación de cambio. Y Niall lo admirada… lo admiraba y lo quería como a un padre. Por eso mismo cada vez que el jefe llegaba todo el mundo estaba como loco arreglando y preparando todo.

—Es como la decimaquinta vez que pierdes ese colgante, Niall —lo retó ella pero sin retarlo del todo. Le besó la frente y se acercó a las hornillas para revisar la comida que estaba preparando. La cena siempre comenzaba a prepararse antes del atardecer.

—No es a propósito —aseguró él —Al parecer no le gusta estar en mi cuello.

Gloría sonrió y lo miró de manera tierna.

—¿Ya está todo listo? Mira que hoy llega el señor Hoffmann.
—Si, todo está listo.
—Más te vale, Niall…
—Mamá… bien sabes que me gusta que el jefe venga a encontrar todo en orden y en perfecto estado.
—Si, lo sé. Pero solo te pregunto para que estés completamente seguro. No quiero que nada salga mal. Greg… —sacudió la cabeza —Digo, el señor Hoffmann se merece lo mejor.

Niall puso los ojos en blanco. Si había alguien que se ponía quisquillosa con la llegada del jefe en aquel lugar, esa era su madre. Todos los peones huían de ella despavoridos. Niall creía saber la razón de sus nervios. Aunque ella jamás llegara a admitirlo, él sabía que su madre sentía algo especial por ese hombre. Y cuando volvía al campo, ella parecía perder los estribos. Los únicos que podían con ella en días así eran Alex y él.
Alexander era más que un primo para Niall. Era como su hermano menor. El rubio se había mudado a vivir con ellos cuando su padre (el tío Roger) había muerto en un accidente de campo. Niall y Gloria eran la única familia que le quedaba.
Alex entró a la cocina y se detuvo a mirarlos. Niall le sonrió y se puso de pie. Pero dejó de sonreír al ver la cara de preocupación y frustración que tenía su primo.

—¿Qué sucedió? —le preguntó al instante.
—White —murmuró el rubio simplemente.

Niall resopló. ¿Otra vez aquel caballo? ¿Cuándo iba a ser el día en que el corcel blanco no le diera dolores de cabeza?.

—¿Qué hizo ahora? —quiso saber.
—Le ha dado un buen susto al pobre de Pedro, casi lo golpea. Luego rompió su bozal, rompió un par de mecheras en las caballerizas, salió hecho una fiera, saltó la cerca y se metió por el bosque.
Niall cerró los ojos y se masajeó el puente de la nariz. Ese caballo no cambiaba más. No había forma de que lo adiestrara. El muy cabeza dura jamás se terminaba de comportar. Solo le gustaba ser un caballo salvaje. Pero ¿Quién podría culparlo de ser así? Nadie.
El rubio se había encargado de criarlo… y jamás le había puesto verdaderamente los límites. Además de que se parecían demasiado. Podría decirse que hasta White estaba mimetizado con Niall. Por ejemplo: cuando él estaba enfermo, White también parecía estarlo. Cuando se sentía enojado, el caballo también. Cuando estaba contento, también él. Cuando se sentía atrapado, frustrado por el trabajo y quería salir corriendo y dejar todo en manos de alguien más… White hacía destrozos y huía al medio del bosque.
Al parecer hoy el caballo también se había mimetizado con él… aquello que White había hecho era lo mismo que Niall quería hacer. Huir.
Y no sabía exactamente por qué. La mayoría de las veces cuando su jefe venía al campo, él estaba contento. Pero hoy no era así. Hoy se sentía extraño. Algo le decía que pronto se sentiría más extraño aun.
Giró para mirar a Gloria y le entregó una sonrisa galante. Ella casi siempre se quedaba tranquila cuando él le sonreía así.

—¿Te dije que llamó, Evie? —le preguntó. Niall frunció el ceño.
—No, no me lo habías dicho —resopló —¿Qué te dijo?.
—Que está enojada contigo porque no le devuelves las llamadas y ya no la vas a ver…
—¿Le dijiste que estoy muy ocupado? —inquirió mientras se acercaba a donde estaba parado Alex y le hacía una seña de que comenzara a caminar.
—Si, se lo dije… pero dice que como ella es tu novia tendrían que pasar más tiempo juntos. —Niall soltó un lento suspiro. A veces Evie era demasiado ‘inmadura’. Y él sentía que necesitaba un respiro.


Capítulo 3: Por siempre y para siempre.

—A la noche iré a verla… si vuelve a llamar dile eso.

Su madre asintió y ellos dos salieron de la casa.

—Tú no estás realmente enamorado de Evangelina —habló Alex mientras ambos caminaban hacia la caballeriza. Niall iría a buscar a White.
—¿Por qué lo dices? —preguntó extrañado.
—Porque si la amaras realmente… le harías un espacio aunque te estuvieras muriendo. Solo estás con ella por costumbre. Y créeme cuando te digo que eso no es amor.
—¿Y tú que sabes del amor? —inquirió divertido el rubio.
—Yo estoy enamorado. Solo que soy un maldito cobarde y no me animo a decírselo.
—¿Y por qué no te animas, tonto?
—Niall, es la hija de un acensado. ¿Acaso no has visto como terminan ese tipo de romances?.
Si ella llegara a tener algo con un simple peón como yo, su familia sería capaz de darle la espalda y dejarla en la calle… en este caso en medio del campo.

Niall esbozó una pequeña sonrisa y despeinó un poco el cabello del rubio. Alex apenas tenía 19 años y ya sufría de aquella manera tan pasional.

—Greta no es de esas que menosprecian a los peones. Es más,… tú también le gustas.

Alex dejó de caminar.Niall lo miró realmente divertido.

—¿Cómo sabes que le gusto? —preguntó atónito.
—Me lo dijo un pajarito —se hizo el misterioso.

Le encantaba poner nervioso a Alex. Principalmente cuando se trataba de la pequeña Greta. Con apenas 17 años, aquella niña rompía más de un corazón por aquellos lados.Y Alex no era la excepción. Alex casi corrió detrás de Niall y lo llenó de preguntas, intentando sacar alguna información que le dijera como sabía que Greta también sentía algo por él. Pero Niall no soltó nada. Aunque a decir verdad no sabía mucho. Pero no hacía falta saberlo. A Greta se le notaba a leguas el amor por Alexander. Y viceversa. Solo tenían miedo. Miedo de las reacciones de los demás. Miedo de la desaprobación, siendo que amar a alguien no es nada malo.
El rubio soltó un suspiro. A veces él mismo se preguntaba como era amar realmente a alguien. Evie era su novia desde los 17 años y jamás sintió las tontas cosquillas en la panza, la tonta sensación de no querer dejar de verla nunca. ¿Sería eso normal? Él no lo sabía.

Distinto había sido cuando era un niño y había sentido algo por una niña que le rompió el corazón el día en que se fue y no volvió jamás… todavía le dolía. Frunció el ceño. ¿Cómo podía dolerle algo tan… tonto? Era un niño. ¡Los niños no saben nada de amor!.

Llegaron al establo. La mayoría de los peones estaban allí arreglando los líos que había hecho el caballo blanco y discutiendo de las nuevas medidas que tendrían que tomar para controlarlo. Pero al instante en que vieron a Niall guardaron silencio. Para ser uno de los peones más joven, después de Alex, a Niall le tenían mucho respeto. No solo por ser el encargado de todo, sino que se lo había ganado con el correr de los años.

Habiendo nacido y criado en aquellos campos, nadie conocía ese lugar tanto como él. Tal vez otro que todavía tenía más antigüedad que el rubio en esos lados era el viejo Pedro. Pero Pedro era más una especie de abuelo para todos que una autoridad.

—Voy a ir a buscar a White —habló a Niall —Prepárenme a Helios, ¿si?.

Al instante se pusieron en marcha. Niall se acercó al anciano de cabellos blancos.

—Gran susto me dio el potrillo —dijo Pedro. Niall apoyó una de sus manos sobre su hombro.
—No estás herido, ¿verdad? —quiso saber.
—Nonono, no me ha hecho nada. Solo hizo una de sus típicas pataletas. Al parecer hoy no está de humor.
—Tampoco yo —aseguró el rubio. Terminaron de preparar a Helios. Era uno de los pocos caballos pura sangre que quedaban en el campo. Por ende, era uno de los mejores. Claro que no superaba ni por asomo a White. Y Niall se sentía orgulloso de eso.
—¿Quieres que te acompañe? —le preguntó Alex mientras él se subía al caballo. Niall se acomodó y luego miró a su primo.
—No, gracias. Necesito que te quedes a supervisar como van con el marcado de las vacas. He escuchado que andan robando las vacas que no tienen marca. No quiero más perdidas.
—Está bien —murmuró Alex —Ve con cuidado por favor. Deberías llevar tu arma por si acaso. Dijeron que hay varios pumas por la zona.
—Tranquilo, Alex —dijo divertido el ojiazul —Estaré bien.
—Yo no estoy preocupado por ti, pelmazo —aseguró —Solo me preocupa que te suceda algo y luego sea yo el que tenga que soportar a la tía Gloria.

Niall soltó una estrepitosa carcajada y salió rápidamente del establo. A veces Alex tenía cada ocurrencia y lo hacía sentirse un poco mejor. El buen sentido de su primo lo sacaba de su apestoso mal humor. Helios comenzó a adentrarse en el bosque. Niall estaba siguiendo el camino que los demás peones le habían indicado. Pero en realidad no tenía ni la menor idea de en dónde podía ser que White estaba. Comenzó a aminorar la marcha cuando el sonido de una cascada llegó a sus oídos. Y entonces recordó que por allí estaba el pequeño arroyo… hacía tanto que no iba a ese lugar. Detuvo a Helios y se bajó con cuidado. Sin hacer ruido caminó hasta asomarse y observar la pequeña porción de paraíso que allí había. La cascada caía con fuerza, llenando el lugar del ruido más bonito del mundo. Y entonces lo vio. Allí estaba el gran caballo blanco tomando agua. Decidió hacerse ver… White casi nunca huía de él.

—Eeey, compañero —lo llamó. El caballo se volteó a verlo y resopló —¿Qué significa eso? Más respeto con tu cuidador… —volvió a rechinar y meneó la cabeza. Niall sonrió y se acercó con cuidado —¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué hiciste todos esos líos? ¿Acaso era necesario? —White dio unos pasos hacia atrás —Oye, oye… no te alejes de mí. Solo quiero que vayamos para la estancia. Tengo tantas cosas que hacer, White.

Y de repente Niall vio aquella pequeña casita detrás del caballo. Se quedó quieto y sin poder evitarlo corrió hacia allí ¡Por dios! ¿Cómo pudo él haberse olvidado de que aquel lugar existía?.
Se detuvo frente a la puerta. El lugar se veía viejo, abandonado… y su cabeza se llenó de recuerdos de su niñez. Realmente todo era más fácil cuando era niño. Intentó abrir la puerta pero al parecer estaba trabada. Y miró a White. El caballo lo miraba fijamente, como si quisiera decirle algo. Niall frunció el ceño y bajó la mirada hacia el final de la puerta. Se agachó y limpió un poco el polvo…

"Salvaje, esto no es correcto. Yo no debería tallar puertas, pero creo que solo por hoy es necesario. Mañana me voy y quiero que cuando te sientas triste y no tengas con quien hablar vengas aquí… a nuestro lugar secreto y pienses en mí… yo siempre pensaré en ti. Jamás, jamás, jamás, jamás voy a olvidarme de ti y de tus ojos. Eres el príncipe de toda princesa, suerte tengo de tenerte. Me gustaría escribirte más pero se me está cansando la mano y tú me estás haciendo tontas preguntas y no me dejas terminar tranquila…

Te amo, Niall.

Por siempre y para siempre."

Así terminaba aquella extraña nota que él jamás había leído… hasta ahora.

Capítulo 4: Volviendo a mi hogar.

Ser una adulta no le molestaba para nada. Le molestaba no saber como resolver algunas situaciones. Cuando era una niña no tenía problemas, no tenía responsabilidades, no tenía miedos. Ahora en cambio sí… ahora todo eso pesaba sobre ella.
Respiró profundamente y miró por la ventana del coche. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte y a ella un escalofrío le bajó por la espalda. No podía creer que después de tanto tiempo estaba volviendo a aquel campo. Por poco se había olvidado de que ese lugar existía. Siendo una niña había sido muy feliz allí.

—Sweetheart, ¿Se puede saber por qué me trajiste a este lugar? —le preguntó él, sacándola de sus pensamientos. Se giró a verlo y sonrió.
—Vamos Matt, me dijiste que no te quejarías —le dijo ella.
—Sabes que te adoro, eres mi mejor amiga en todo el world. Tú fuiste la única que siempre me ayudó a enfrentar mis miedos y bla bla bla bla. Pero esto,… esto es demasiado. Yo no podré soportar vacas, caballos, cerdos, gallinas. ¡Oh dios santísimo, mosquitos! —dijo nervioso pensando en aquello. Ella rió divertida.
—Ya lo verás, el campo te encantara. No solo porque es tranquilo, sino que además hay muchos peones —le dijo y le guiño un ojo.
—Eres una manipuladora horrible —dijo y se cruzó de brazos como si estuviera un poco ofendido.
Matt Donovan era su mejor amigo desde que ella se había ido del lugar en el que se había criado. Y desde entonces siempre habían estado juntos. Enfrentando cambios, peleas, decisiones. Más bien… él era como una hermana.

Se acercó un poco a su amigo y lo abrazó de costado. Sabía que él iba a quejarse, pero que al final iba a terminar amando el lugar.

—Te prometo que la vamos a pasar bien… serán solo un par de semanas.
—No lo sé —dijo con tono indiferente —Estoy pensando seriamente en pedirle a Charlie que me lleve de nuevo al aeropuerto.
—¿Serías capaz de abandonar a tu mejor amiga? —preguntó haciendo un leve puchero.
Matt la miró fijo y luego maldijo por lo bajo.
—Odio cuando me haces esas caras —exclamó —Siempre terminas ganándome.
Ella sonrió y luego besó su mejilla. Se alejó de él y giró para mirar a su padre. Greg estaba concentrado leyendo. Ella se fijó en las expresiones de su rostro. Sonrió tiernamente al ver la concentración que él estaba manejando.
—Papá —lo llamó.
—¿Si, cariño? —le preguntó sin dejar de leer el diario.
—¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí? —quiso saber.
Por fin Greg levantó la vista hacia ella. Su única hija lo era todo para él. ________ era la luz de sus ojos, un bello recuerdo de su madre.
—Tres meses —contestó Greg.
—¡¿Tres meses?! —chilló Matt —¿Acaso has perdido el juicio, Gregi?
—No, solo que por lo menos yo me quedaré todo ese tiempo. Es más… estoy pensando seriamente en quedarme a vivir aquí.

La boca de _______ se abrió por la sorpresa. Seguramente su padre estaba bromeando con ella. él no podía quedarse allí. No podía dejar la empresa en la cuidad, no podía dejarla a ella sola en la cuidad.

—Dime que es una broma —le pidió ella. Greg soltó un suspiro y luego se sacó los anteojos de lectura.
—No, amor, no es una broma. Quiero quedarme a vivir en mi campo.
—Pero… papá… no puedes estar hablando en serio. Tienes negocios que atender… ¡no puedes dejarme sola!
—No voy a dejarte sola, amor —dijo tiernamente y miró por la ventana —Recuerda que Ashton está contigo…

Matt resopló y volvió a cruzarse de brazos.

—No puedes estar hablando de dejar a tu hija con ese pedazo de imbécil —dijo Matt. ________ lo miró algo enojada —¡No me mires así, niña! —la retó —Tengo toda la razón del mundo al decir que es un imbécil. El rey de los imbéciles.
—Basta, Matt —le advirtió.
—Greg… tú y yo sabemos perfectamente que ese idiota no quiere realmente a __________.
Greg se encogió de hombros.
—Yo no puedo decirle a _______ a quien debe amar.
—¡Pues deberías! —aseguró —Ese tarado solo sabe hacerla llorar… ¡la engaña!
—¡Matthew Donovan, basta ya! —dijo enojada —No quiero seguir escuchándote hablar de Ashton. Déjalo ya.
—Eres tan tonta, ________… tan tonta —dijo él entre dientes —Dime una cosa… ¿Por qué el muy idiota no quiso venir con nosotros?
—Tenía cosas que hacer —respondió _________ al instante.
—¿Cosas como qué? —inquirió él.
—Trabajo —dijo ella simplemente.
—Oh, vamos. No eres una idiota, ¿o si? Sabes perfectamente que él no se quedó a trabajar precisamente… —los ojos de ________ comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Matt —le advirtió Greg —Déjala ya… no podemos hacer nada si ella lo ama. Es su decisión. Como también es mi decisión quedarme a vivir aquí.

_______ no volvió a hablar. Su mirada estaba fija en la ventana… observando la inmensidad en color verde. A lo lejos se podían ver varios árboles, más verde, algunos animales y más árboles.
A veces sentía que Matt la odiaba… pero al final terminaba comprendiendo que su mejor amigo solo quería protegerla. Pero estaba segura que aquella no era la forma. Él sabía que ella quería a Ashton. Y no entendía por qué él no lo aceptaba de una vez.

—Estamos ingresando, señor —habló Charlie desde adelante.

_________ se acercó más a la ventana y la estancia comenzó a asomarse a sus ojos. Su corazón latió rápido. Su niñez estaba guardada en aquel lugar. Divisó un par de caballos y varios hombres que se giraban a ver la camioneta...


Capítulo 5: Finalmente en casa.

El auto se detuvo. _______ sonrió emocionada y sin dudarlo se bajó. Sus pies tocaron el firme suelo de mármol de la entrada de la mansión. Miró algo embobada aquella casa. No recordaba que fuera tan grande. El aire fresco golpeó su rostro. Respiró profundamente mientras cerraba los ojos. ¿Cuándo había sido la última vez que había respirado tan bien? No lo recordaba. Su padre y Matt se bajaron detrás de ella. Greg sonrió y respiró profundamente

—Hogar dulce hogar —dijo en un susurró —Charlie, mete todas las cosas en la casa y luego puedes tomarte el día.
—Gracias, señor —dijo el chofer y se dispuso a bajar todas las valijas.

Greg se acercó a la puerta y entró. ________ se quedó quieta en su lugar. No sabía muy bien que hacer. Se sentía algo perdida. Le daba la sensación de que no iba a conocer nada de lo que había dentro. Sintió que una mano tomaba la suya.
Levantó la cabeza y lo miró. Matt tenía aquella mirada de niño arrepentido en el rostro. Y sin poder evitarlo una sonrisa se le escapó de los labios. Jamás podía estar mucho tiempo enojada con él.

—Te perdono, Mattie —le dijo. Él sonrió aliviado.
—Yo también te perdono a ti —dijo. Ella lo miró divertida.
—Yo no te pedí perdón —aseguró.
—Pues deberías.

________ rió y sin soltar la mano de su mejor amigo ingresaron a la casa. Ambos se detuvieron para contemplar todo. La boca de _________ casi tocó el piso al observar todo aquello. Realmente estaba completamente distinto a como ella lo recordaba.

—Papá… —dijo en un susurro. Greg se giró a verla.
—¿Qué, mi amor? —le preguntó él.
—Esto está tan… distinto —estaba asombrada.
—Lo sé,… Gloria se ha encargado de hacer que este lugar luciera cada vez mejor con el correr de los años…
—¿Quién? —preguntó Matt intrigado.

Entonces una de las puertas se abrió y una mujer de cabellos claros entró a la sala. Se detuvo al verlos. Primero miró a Greg y luego su mirada se dirigió a _______ y Matt. Su rostro cambió radicalmente al ver a _______.

—¿Niña ________? —murmuró.

La chica pestañeó seguidamente al sentirse algo… tonta. Pero recordó perfectamente a aquella mujer. ¿Cómo podía olvidarla? Ella le había hecho la mejor casa de muñecas de la historio.

—Gloria —sonrió al fin luego de unos segundos.

La mujer se llevó una mano a la boca para sofocar un sollozo y luego se acercó a ella para abrazarla.
Algo confundida ________ le devolvió el gesto. La mujer parecía verdaderamente emocionada de verla. La rubia se sintió algo tonta.

—No puedo creer que seas tú, mi niña —le dijo y luego se alejó para observarla a la cara. Le acarició el cabello —Estás tan hermosa…
_______ sonrió algo tímida y luego miró a su padre. Greg tenía una gran sonrisa en el rostro.
—Tú también estás hermosa, Gloria —le aseguró —No has cambiado nada.

Alguien acomodó la garganta.

—Te estás olvidando de presentarme, Sweetness —le reprochó Matt.
—Lo lamento —dijo divertida y soltó a la mujer —Gloria, él es mi mejor amigo… Matt Donovan. Mattie, ella es Gloria… la mejor creadora de casa de muñecas del mundo.
Gloria rió divertida y le tendió la meno a Matt.
—Mucho gusto.
—Glory, si tú eres la que ha estado manteniendo este lugar de esta forma… déjame decirte que eres excelente decorando. ¡Me encanta!
—Muchas gracias, muchacho.
—Solo dime Matt, Mattie o… como te guste.

Gloría asintió y luego se giró a mirar a Greg. Su corazón latió rápido. Siempre que lo veía se sentía como una tonta niña de 15 años.

—No me avisó que llegaba con la niña, señor —le habló luego de unos cuantos segundos.

Greg esbozó una suave sonrisa y se acercó a ella para tomar su mano y besarle el dorso. El corazón de Gloría latió más rápido aún.

—Quería darte una sorpresa —le dijo y luego soltó su mano.

_______ miró cómplice a Matt.
Este último le guiñó un ojo mientras asentía con la cabeza. _______ acomodó la garganta. Algo exaltada Gloria la miró.

—¿Qué les parece si les muestro sus habitaciones? —preguntó algo nerviosa —Solo falta ponerles sábanas a las camas y listo…
—Me parece bien —dijo _______.
—Si —asintió Matt —Muero muerto por darme un baño y descansar. El viaje fue agotador.
—Me imagino que si —dijo Gloria divertida.
—Mientras ustedes se acomodan yo voy a ir a mi despacho a hacer unas llamadas y a hablar con los muchachos…

Greg le guiñó un ojo a Gloria y desapareció por una de las puertas. Al instante la mujer se puso roja como un tomate. ________ la miró divertida.

—¿Qué sucede entre tú y papá, Gloria? —preguntó ______. Gloria la miró como espantada y luego sacudió la cabeza.
—Nada, mi niña, nada —dijo rápidamente.
—Glory —habló Matt y luego se acercó un poco para hablarle más bajo —No somos tontos… nos dimos cuenta de que ustedes dos se gustan.
—¡Dios me libre y me guarde! —exclamó ella escandalizada mientras comenzaba a subir las escaleras —Yo soy solo el ama de llaves de este lugar… y llevo muchos años trabajando aquí. El señor Greg y yo solo tenemos un mutuo respeto.
—¿Sabes cuando fue la última vez que vi a mi padre besar la mano de una mujer? —le preguntó ________. Gloria negó con la cabeza —Nunca…
—Ya basta, muchachos —dijo tan roja como un tomate. Se giró a ver al chofer que luchaba con las valijas —¿Necesitas ayuda, Charlie?.

Siguieron subiendo hasta llegar al primer piso. Matt miraba realmente asombrado todo. Jamás pensó que ese lugar sería tan hermoso.
________ sentía una tonta emoción. Acababa de subir por las escaleras por las que había bajado corriendo más de un millón de veces. Estaba caminando por el pasillo por el que había bailado un millón de veces. Entonces se detuvieron frente a una puerta.
Sin dudarlo dos veces ________ abrió la puerta y entró a lo que había sido su antigua habitación. Estaba casi como ella recordaba. Solo que ahora había una cama más grande y ya no era rosa. Y sintió nostalgia… pensar que ella casi había olvidado todo eso.
¿Por qué había veces que las personas olvidaban lo importante de la vida? ¿Por qué al crecer… se dejaba de lado aquella hermosa niñez? ¿Por qué se le llamaba infantil a los sentimientos bonitos y confusos? Se acercó hasta la nueva cama. Se sentó con cuidado y luego miró a Gloria y Matt. Estos dos la observaban confundidos. _______ soltó un suspiro y luego se dejó caer boca arriba en la cama. Su mirada quedó fija en el techo… techo que seguía teniendo las mismas nubes pintadas de siempre. Sonrió.

—¿Qué te pasa, Darling? —preguntó Matt.
—Nada… —ella sonrió aun más —Solo que me estoy sintiendo… muy en casa.

Capítulo 6: Un malentendido.

Niall detuvo a Helios y a White mientras veía a todos los peones algo alborotados. Le había costado un poco volver ya que White se había puesto algo rebelde. Pero al final lo había conseguido. Pero sobre todo había tardo por quedarse sentado leyendo una y otra vez aquella nota. Él no había vuelto a ese lugar luego de que ella se marchó… y así fue que se olvidó completamente de aquel último día que habían pasado juntos. Se le llenó el corazón de una extraña amargura… era raro. Haber leído eso 10 años después, era muy raro. Soltó un suspiro, no comprendía por qué le dolía. Antes era solo un niño.
Uno de ellos lo vio y le avisó a Alex. Al instante el rubio corrió hacia él. Extrañado, Niall, se bajó del caballo.

—¿Qué pasó? —le preguntó a su primo cuando este llegó a su lado.
—Llegó el jefe —dijo algo agitado.

Niall alzó amabas cejas. No esperaba que Greg llegara tan temprano. Casi siempre lo hacía por la noche. Llamó a uno de sus compañeros y le pidió que guardara a los caballos. Se acercó a White antes de que se alejara.

—No más líos por hoy, ¿entendido? —le dijo. El caballo meneó la cabeza. Niall sonrió y palmeó su lomo antes de que se lo llevaran.

Comenzó a caminar hacia la casa. Alex se apresuró a seguirlo.

—Espera —le dijo. Niall siguió caminando.
—¿Por qué están tan alterados todos? —preguntó Niall y lo miró de costado —Es solo el jefe. No es la primera vez que viene…
—No es por eso —consiguió decir Alex mientras intentaba ir a la misma velocidad que su primo —No llegó solo…

Está vez Niall se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.

—¿No llegó solo? —inquirió.
—No,… llegó con una chica y un chico. Parecían una pareja o algo así. Entraron con él a la casa grande. Algunos de los muchachos dicen que… que deben ser compradores.

El corazón de Niall se detuvo. Eso no podía ser cierto. Seguro que no lo era.
Si se había rumoreado que Greg Hoffmann tenía ganas de vender el campo. Pero hasta el momento Niall no lo había creído porque simplemente su jefe jamás le había mencionado nada. Pero de repente se sintió intranquilo. Aquel campo lo era todo para Niall y no se veía en otro lugar que no fuera ese.

—Voy a ir a hablar con él —le dijo y comenzó a correr hacia la casa.

Si Greg tenía pensado vender el campo, Niall haría lo imposible para evitarlo. Incluso sería capaz de comprárselo él mismo. No por nada había ahorrado casi toda su vida. Se veía capaz de comprar aquellas tierras. O por lo menos una porción.
Entró a la casa por el lado de atrás, como siempre. Al primer lugar al que entraba era a la cocina. Su madre se sobresaltó un poco y giró para mirarlo.

—¿Qué te pasó? —le preguntó preocupada.
—¿Dónde está el señor Hoffmann? —dijo al instante.
—En su despacho —respondió ella extrañada.
—Bien —musitó Niall y comenzó a caminar para salir de allí.
—-Niall, hijo… espera —ella lo siguió pero al parecer Niall no la escuchaba —¡El señor no vino solo!.

Se quedó quieta en su lugar ya que al parecer él no la había escuchado. Soltando un suspiro volvió a la cocina. Aun no podía creer que ella estuviese allí de nuevo. Casi sonrió. Niall tampoco iba a creerlo cuando se enterara. Ella había sido tan importante para él cuando era un niño. ¿La recordaría? Estaba segura de que si. Volvió a concentrarse en la comida. Más tarde iba a ver la reacción de Niall hacia la llegada de ________.
Niall se detuvo frente a la puerta del despacho de su jefe. Tomó una gran cantidad de aire y luego golpeó.

—¡Adelante! —dijo él. El rubio abrió y se asomó —¡Niall! —exclamó contento y se puso de pie para acercarse. Él entró del todo. Greg lo abrazó paternalmente y Horan le devolvió el gesto —¿Cómo ha estado mi mejor muchacho?.

Esbozó una pequeña sonrisa.

—Bien, señor ¿Usted? —le preguntó.
—Yo estoy muy bien —aseguró y volvió a sentarse detrás de su escritorio. Le hizo una seña a Niall para que se sentara también —¿Cómo ha estado todo por aquí?.

Niall se sentó algo inseguro. Había esperado llegar y encontrar a aquellas dos personas hablando con Greg, pero estaba solo. Quizás no había nada de que preocuparse.

—Todo ha estado muy bien. Los muchachos y yo hemos estado trabajando muy duro con el tema de la marca de ganado… ya sabe, hay varios problemas con los ladrones por aquí. Y… hemos terminado de levantar la valla entre las propiedades de los Montoya y aquí.
—Si, he hablado con Robert y dijo que estaba muy contento con el trabajo. Creo que sobre todo porque ahora podrá tener más controlada a Greta.

Niall sonrió y asintió. Si había algo que Robert Montoya odiaba era que su hija menor saliera huyendo de casa solo para acercarse a ver a Alex. Por eso mismo fue que se había puesto en contacto con Greg y habían hecho el acuerdo de levantar la valla. Pero lo que el señor Montoya no sabía era que Greta se iba a escapar igual.

—Espero que ahora se quede más tranquilo —dijo Niall.
—Lo dudo mucho —rió Greg.

Al parecer todo estaba tranquilo. Niall no notaba nerviosismo, ni nada por el estilo en su jefe. Así que estaba descartando completamente el tema de que Hoffmann quería vender aquel campo. Quizás era una buena idea que se lo preguntara.

—Señor…
—¿Si, hijo? —preguntó mientras lo miraba con ambas cejas levantadas.
—Usted… ¿va a vender el campo?.


Capítulo 7: La pregunta.

—Usted… ¿va a vender el campo?.

Greg frunció el ceño y luego lo miró fijo por unos cuantos segundos.

—No —dijo al fin. Niall sintió un gran alivio —¿De dónde sacaste eso?.
—En realidad es un rumor —le contó —Se ha estado diciendo que usted quiere vender el campo para irse definitivamente a la cuidad.
—Eso es una locura —aseguró Greg —Jamás vendería este lugar. Es más… tengo pensando quedarme a vivir aquí.

Los ojos de Nial se abrieron sin poder creerlo, y luego una tonta sonrisa se dibujó en su rostro.

—¿En serio? —inquirió sorprendido.
—Jamás bromeo con esas cosas, Niall.
—Lo sé, lo sé…
—Lo que me extraña es que hayas siquiera pensado que yo podía vender este lugar. ¿Por qué?.
—Es que me dejé llevar —le quitó importancia —Además de que los muchachos lo vieron llegar con una… pareja o algo así. Pensaron que eran compradores.
—Ooooh, no, no, no. No son compradores —dijo divertido —Son solo Matt y mi…

La puerta del despacho se abrió y una agitada Gloria entró rápidamente. Ambos hombres se levantaron exaltados.

—¿Qué pasó, mamá? —le preguntó Niall.
—Hirieron… hirieron a tu primo —dijo agitada.
—Mierrrda —murmuró Niall y salió rápidamente de allí.

Era increíble ver como en el campo todo se iba al carajo en menos de dos segundos. En un momento estaba todo tranquilo, pero al darte la vuelta y volver a mirar, todo era un desastre. Y que en ese momento el involucrado en los pleitos haya sido Alex lo ponía realmente de mal humor. A veces su primo no sabía mantenerse al margen. Le gustaban los problemas.

Salió de la casa con los pasos de Gloria y Greg detrás. Su madre hablaba efusivamente, mientras era contenida por el señor Hoffman. Llegaron a las caballerizas. Todos los peones se giraron a verlo cuando entró. Divisó sentado sobre un barril a Alex con una venda rodeándole el brazo. El rubio miró con un poco de temor a su primo.

—Te juro que no quise que esto pasara —le dijo antes de que Niall pudiera hablar.
—¿Qué pasó? —preguntó y se acercó más a él para revisarle la herida. Le quitó la venda y revisó los daños.
—Al parecer la bala solo lo rozó —dijo Pedro —Pero estuvo cerca… muy cerca.
—Quiero saber que demonios pasó —gruñó Niall. Todos se quedaron callados —¡Es que nadie va a decirme nada!
—Fueron los Montoya —habló uno de ellos al fin. Alex lo miró asesinamente —Federico y Alejandro fueron los que le dispararon a Alex…

Niall se masajeó las sienes. Ya estaba realmente harto de que los hermanos de Greta intentaran asesinar a su primo. Estaba jodidamente cansado.

—Ya me tienen harto —dijo Niall luego de unos segundos. Miró a Alex —No vas a acercarte más a sus propiedades, ¿entendiste?
—Pero… pero, pero, pero…
—Pero nada, Alex. No te quiero ni a dos metros de sus tierras. No hasta que arregle cuentas con ese par de…
—Tranquilo, hijo —habló Greg mientras ingresaba con Gloria. La mujer sofocó un sollozo y se acercó rápidamente a su sobrino. Le besó la frente, le acarició el rostro.
—Ya, tía —dijo Alex algo avergonzado. Niall miró fijo a su jefe.
—Yo mismo voy a encargarme de hablar con ellos. Montoya me debe varias cosas —aseguró Greg.

Capítulo 8: Personas del pasado.

_______ sacaba ropa y más ropa de su valija, y con sumo cuidado la ordenaba en su nuevo placard. Se sentía realmente contenta de haber aceptado acompañar a su padre al campo. No pensó que le iba a hacer tan bien. Matt entró algo agitado a la habitación. Ella lo miró extrañada.
—Al parecer hay problemas por allí —le contó y volvió a salir al balcón.
_______ frunció el ceño y dejó las cosas para salir también. A lo lejos observó las caballerizas. Sonrió al recordar aquel lugar. Luego iría a darle un vistazo.
Entonces divisó a Gloria caminando con un muchacho rubio que venía acompañado de un señor que lo llevaba casi colgado. Al parecer estaba herido o algo así.

—¿Habrá pasado algo malo? —preguntó ella. Matt se encogió de hombros.
—No lo sé —dijo él —Pero allá va tu padre en un caballo.
_________ miró en la dirección que su amigo le había indicado. Y si, aquel hombre era su padre montado en un caballo. Al lado de él había otro hombre. No podía distinguirlo bien ya que se estaba alejando a toda velocidad.
—¿Qué habrá pasado? —inquirió la morena.
—Podemos bajar a preguntarle a Glory —dijo Matt contento e ingresó de nuevo a la habitación.
________ se quedó unos segundo más, observando como su padre y aquel hombre se perdían en el horizonte. Por lo que sabía en aquella dirección quedaba la estancia de los Montoya. Tuvo que haber pasado algo malo para que su padre se fuera sin decirle nada. Soltó un suspiro y entró. Mattie ya estaba parado en la puerta.

—¿Qué te sucede? —dijo ella divertida.
—Vamos, beauty, necesito saber que pasó —dijo él.
—Eres tan… chismoso.

Salieron de la habitación y podría decirse que Matt casi la hace correr por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajaron a las risas, pareciendo dos niños más que dos personas grandes. Corrieron una carrera hasta la cocina y entraron rápidamente. Se detuvieron al verlos a allí. Gloria los miró algo sorprendida. Y _______ posó su mirada en el chico rubio.

—¿Qué pasó, Glory? —preguntó Matt mientras se acercaba un poco más a la mesada.
—Nada, muchachos, tranquilos —les dijo ella. _______ seguía mirando al chico rubio. Este también la miraba fijamente.
—¿Niña ________? —inquirió él.

Ella levantó la cabeza para encontrarse con el hombre de cabellos casi blancos. Lo observó bien, tratando de reconocerlo. Hasta lo que lo hizo.

—¿Pedro? —preguntó sin poder creerlo.

El viejo se quitó el sombrero y la miró como si ella fuera de mentira. ________ se acercó sin dudarlo a él y lo abrazó. Aquel hombre era como un abuelo para ella. Cuando era pequeña él era siempre el que le contaba las mejores historias de hadas y duendes que habitaban por allí. Era como si de a poco su niñez la envolviera. El anciano le devolvió el gesto con algo de inseguridad, pero al final la abrazó.
Luego de unos segundos ella se alejó para mirarlo a la cara. El hombre tenía varias lágrimas en los ojos.

—Pensamos que se había olvidado de nosotros, niña —le dijo él.
—¿Olvidarme? —inquirió —¿Estás loco, Pedro? ¿Cómo iba a olvidarme yo de mi abuelito de campo?.
—Estás más bonita de lo que recuerdo, mi niña —le dijo con ternura.
_______ sonrió algo emocionada y giró para mirar a su amigo.
—Mattie, él es Pedro… es el peón más antiguo de estos campos. Es como… el guardián.
El rubio se acercó a Pedro y le tendió la mano.
—Mucho gusto, señor. Soy el mejor amigo de _______… casi como hermanos.
—El gusto es mío, joven —dijo Pedro.
________ se acercó de nuevo a Gloria que estaba muy concentrada limpiando la herida del chico rubio.
—¿Y quién es él? —le preguntó. Alex la miró.

Él creía saber quien era esa chica… o eso creía. Una vez, hacía bastante tiempo, había encontrado una foto de ella, cuando era más niña, en la habitación de Niall. El rubio casi lo había asesinado por andar revisando sus cosas y luego había guardado la foto en algún lugar que él no supo encontrar más.

—Él es Alex, mi sobrino —dijo Gloria. _______ le sonrió y le tendió la mano.
—Mucho gusto Alex, soy _______.
—_______ es la hija del señor Hoffman —le aclaró su tía.
Algo inseguro Alex tomó la mano de la morena. Ella le sonrió levemente.
—Es un placer conocerla, señorita —habló algo tímido.
—Ya —dijo Matt mirando a todos alternativamente —¿Alguien va a decirnos que pasó? Porque no por nada ese muchacho tiene una herida en el brazo y no por nada Gregi se fue en caballo a toda velocidad no sé a donde.Gloria sonrió divertida y sin querer le apretó un poco el brazo a Alex. Este se quejó y la miró mal.

—No me mires así, jovencito —lo retó. Él dejó de mirarla —Hubo un pequeño problema con los hijos de Montoya…
—¿Con Alejandro y Federico? —inquirió _______.
—Si, con esos mismos —asintió Gloria.
—Aaagh —resopló ________—Siempre me cayeron mal esos dos. Cuando yo era niña no hacían nada más que molestarme…
—Te digo que no han cambiado mucho —le aseguró Pedro —Siguen siendo los mismos inútiles de siempre. Con la diferencia de que ahora se creen los dueños y señores.
—¿Y cuál fue el problema? —quiso saber ella.
—Alex está enamorado de Greta…
—¡Tía! —exclamó él sin poder creerlo.

Ella lo miró divertida.

—¿Qué? —le preguntó —Sólo les estoy contando como son las cosas.

_______ se sentó al lado de Gloria para mirar a Alex.

—¿Estás enamorado de la pequeña Greta? No la recuerdo mucho porque su padre no la dejaba salir a jugar cuando era una niña.
—Emmm, yo no lo sé. A decir verdad… ella es linda, pero no porque su padre y… aaagh, no lo sé.
—Aaaw —Matt también se acercó para sentarse al lado de _________ —Me muero muerto, una historia de amor como en las novelas.
Alex se puso de todos los colores y Gloria soltó una estrepitosa carcajada.
—Como les estaba diciendo… Alex está enamorado de Greta y al parecer ella también lo está de él. Cosa que puso como loco a Robert, desde que lo supo no la ha dejado salir ni por asomo. La pobre ha estado escapándose a cada rato de su casa. Por eso mismo han mandado a construir esa nueva valla.
—Maldito loco —murmuró _________ —Pobre niña, debe ser horrible tener un padre así.
—Si —musitó Alex —Lo odio.
—Y al parecer Alex se acercó a sus tierras… y los Montoya salieron a los tiros. Agradezco a dios que solo la bala lo haya rozado
—Y por eso su padre ha decidido ir a hablar con el señor Montoya. Está situación no puede seguir así —agregó Pedro. _______ volvió la mirada a Alex.
—¿Cuántos años tienes? —le preguntó.
—19 —contestó él algo extrañado.
—Pareces más pequeño —aseguró. Él la miró con el ceño fruncido.
—Tú pareces más pequeña…
—Alex —lo retó Gloria.

_______ rió por lo bajo.

—¿Por qué lo retas, Glory? —preguntó Matt —El muchacho tiene razón. _______ tiene 22, pero parece apenas una niña de 15.
—Cállate —le dijo la rubia. —Que sea bajita no significa que parezca de 15.
—En realidad sí —asintió Gloria.

Todos rieron en la cocina y Gloria terminó de curar bien a Alex. Lo mandó a acostarse y descansar, ya que había perdido bastante sangre. Matt se disculpó y se retiró a su habitación para dormir un poco antes de que la cena estuviera lista. Pedro salió para mandar a los demás peones a sus casas. El día ya había terminado.

________ se quedó con Gloria en la cocina, ayudándola con la comida. Luego de unos cuantos minutos decidió salir a tomar un poco de aire.
—Ten cuidado, niña. Mira que por aquí hay muchos mosquitos —le advirtió Gloria.

_________ le sonrió.

—Sólo iré a ver a los caballos… tendré cuidado.

Capítulo 9: La charla.

Niall y Greg volvían de la charla con Robert, completamente en silencio. La charla no había sido buena. Y Niall temía que si la cosa seguía así de tensa, habría más enfrentamientos y tiros que nunca.

—Tendré que tomar otras medidas con respecto a Montoya —habló Greg al fin.
—Tranquilo, señor —lo calmó —Todo va a estar bien. Solo tenemos que aprender a manejar un poco más la situación.
—No puedes prohibirle a Alex ver a Greta…
—No tenía pensado hacer eso. Ellos dos son libres de hacer lo que quieran. Y si necesitan apoyo… no estarán solos. Pero me preocupa lo que Montoya pueda llegar a hacer.
—Robert lo va a entender tarde o temprano, hijo.
—Eso espero —susurró el rubio.
Cabalgaron hasta detenerse frente a la casa grande. Greg se bajó con cuidado y se giró a verlo.
—Quiero que hoy cenes con nosotros —le dijo. Niall frunció el ceño. Seguro que se estaba refiriendo a él y a la pareja.
—¿Le parece, señor? —inquirió.
—Si… quizás te lleves una gran sorpresa.
—Está bien —asintió.

Greg entró a la casa. Niall soltó un lento suspiro y miró hacia el cielo. La noche estaba completamente despejada. Aquel manto de estrellas era un espectáculo. ¿Cuántas veces se había tirado a intentar contarlas? Miles… ¿Lo había conseguido? Nunca. Infinito el universo sobre su cabeza, lo llenaba de una cierta alegría. A veces él mismo se sentía infinito. Jamás llegaba a conocerse del todo. Siempre le aparecía una faceta nueva, un sentimiento nuevo, un miedo nuevo, una pasión, una necesidad.

No puedo evitar pensar en la nota que había encontrado casualmente en el pequeño valle. Sonrió levemente y cerró los ojos para recordarla. Jamás había conocido otra niña con una sonrisa tan bonita como la de ella. Jamás le había gustado, siendo un niño, tomar de la mano tanto a una niña como a ella.

Y de repente aquel día en el que ella se marchó entró a su cabeza. Aquel sentimiento que lo había invadido jamás volvió a sentirlo. Se había sentido totalmente desolado, angustiado, perdido. Era como si ese día le hubiesen arrancado un pedazo de corazón, así sin más. Y recordó sus lágrimas, recordó el dolor en su mirada chocolate… ella no quería irse. Entonces, ¿Por qué no volvió? Un año después de su partida él la había estado esperando… pero jamás llegó. Tampoco le escribió como lo había prometido, tampoco lo llamó. Quizás ella si se olvidó de él. Sonrió con amargura, era completamente ilógico que él todavía pensara en ella… lo más ilógico era que todo el día había estado así. Jamás se le había ocurrido preguntarle a Greg que había sido de la vida de ______ Hoffman. Lo poco que sabía era gracias a su madre, y tampoco era demasiado. En los últimos años ella ni se le había asomado por la cabeza, pero al parecer hoy estaba completamente incrustada en su mente.

Se bajó del caballo y se quitó el sombrero. Se secó el sudor de la frente y se observó a si mismo. Estaba hecho un desastre. Tendría que ir a arreglarse si se jefe quería que cenara con él esta noche. Y tendría que fijarse que ropa adecuada para una cena iba a ponerse. Lo único que él solía utilizar eran camisas que terminaron como musculosa, vaqueros buenos para cabalgar y sus siempre cómodos borcegos. Tal vez iba ir así vestido a cenar… no iba a hacerse mucho problema.

Entró a la cocina sobresaltando un poco a su madre. Está se giró a verlo rápidamente con la mano sobre el pecho.

—Me asustaste —le dijo exaltada.
—Lo siento —sonrió él —No fue mi intención.

Ella respiró con más tranquilidad y se acercó a él.

—¿Cómo les fue con Montoya? —quiso saber.

Niall dejó el sombrero sobre la mesa y se sentó en una de las sillas.

—No muy bien —se lamentó —Está demasiado cabreado con Alex. Y Greta no ayuda mucho escapándose a cada rato.
—Pobre niña, Niall —dijo ella —Hay que entenderla. A nadie le gustaría estar presa en su propia casa. Creo que Montoya necesita unas buenas clases de actualidad.
—Yo también lo creo, má —dijo divertido —¿Cómo está Alex?.
—Bien —sonrió ella —Gracias a dios solo fue un simple raspón… ahora está durmiendo.
—Ese chiquillo un día va a darnos un gran susto —aseguró y se rascó la nuca.

Pero entonces percibió algo… la cadenita no estaba allí. Apresurado se puso de pie y se alejó la musculosa del pecho para cerciorarse. Y si, no estaba. Maldijo por lo bajo.

—¿Qué pasó? —preguntó Gloria.
—Tengo… tengo que ir a guardar a los caballos —dijo lo primero que se le vino a la mente. No podía decirle a su madre que había perdido de nuevo la cadenita.
—¿No vas a cenar? —inquirió. Él caminó hacia la puerta y la miró.
—El señor Greg me invitó a cenar con él… así que voy a guardar los caballos, vengo a ducharme y ceno con él —le dijo. Niall abrió la puerta.
—Hijo, espera… —él, de nuevo, pareció no escucharla —¡La hija del señor Hoffman está aquí, en el campo! —gritó para ver si él regresaba. Pero no, no volvió.

Había algo que no quería que Niall se enterara de que ella estaba de nuevo allí. Era la segunda vez que quiso decírselo, pero siempre pasaba algo… Se encogió de hombros y volvió a prestarle atención a la cena. Tal vez era mejor que se encontraran ellos mismos.

Niall caminaba a paso rápido sin saber bien a donde. No sabía bien en dónde comenzar a buscar su cadenita. Hoy había estado en todos lados. ¿Y si se le había caído en el pequeño valle? ¿Y si se le había caído en la casa de los Montoya? Mierrrda, si la encontraba iba a pegársela al cuello para que no se le cayera nunca más. Entonces se dirigió hacia las caballerizas… tal vez tenía suerte y la encontraba allí. Dios quiera que si.

Capítulo 10: Volverte a ver.
_______ entró con cuidado. Aquel suave olor a alfalfa y animal le entró rápidamente por la nariz. Escuchó los sonidos de los caballos y miró a los que estaban allí guardados. Sonrió abiertamente… hacía tanto que no se subía a uno. Comenzó a caminar.

Se maldijo a si misma por haber salido con zapatos de tacón, y maldijo a Matt por casi obligarla a hacerlo. Según él, una mujer tenía que estar hermosa y con zapatos hasta para ir al baño. Suspiró y siguió caminando. Bajo sus pies la textura del suelo cambió, y miró por qué. Comenzaba a caminar sobre paja. Sonrió y volvió a mirar a su alrededor. ¿Cuántas cosas había vivido ella en ese lugar? Miles. Pero principalmente… su primer beso. Se mordió el labio inferior y siguió mirando. ¿Dónde estaría él? ¿Seguiría por aquellos campos? Se había olvidado completamente de preguntarle a Gloria sobre su hijo. Él había sido muy importante para ella cuando era una niña. Su primer amor. Su primer dolor…

Tropezó con algo y cayó al suelo. Gracias a dios su caída no fue brusca, ya que la paja la amortiguó. Se sentó y se quitó los molestos zapatos. Y entonces escuchó que alguien entraba. Se quedó quieta y con sumo cuidado comenzó a arrastrarse hacia un rincón. No quería encontrarse con alguien desconocido estando sola. Quizás podrían pensar que ella era un ladrón o algo por el estilo. Llegó a un buen escondite y se quedó allí.

—¿Y ahora por donde mierda voy a empezar a buscar? —escuchó que una voz masculina decía.

Apretó los labios y se propuso salir de allí antes de que la viera. Se inclinó y comenzó a moverse como si de un perro se tratara, mirando bien a su alrededor, fijándose si alguien la descubría.

Sintió una rara emoción, adrenalina. Ella no podía estar ocultándose como si fuera una extraña en sus propias tierras. Pero a decir verdad si lo era. Después de 10 años era una completa extraña para aquel lugar. Fijó la mirada al frente y divisó algo que brillaba en medio de la paja. Puso la cabeza de costado y frunció el ceño. Sin poder evitarlo comenzó a acercarse hacia aquella cosa. Su mirada estaba fija en ello, sin prestar ni la más mínima atención a nada de lo que estaba a su alrededor. Entonces llegó al fin y lo observó bien. Era una pequeña cadenita que llevaba de colgante un caballo en su estado salvaje. Frunció más el ceño. Ella conocía esa cadenita, ella… ella la había comprado y se la había regalado a él. Comenzó a estirar la mano para levantarla, pero entonces una mano más grande apareció frente a sus ojos y la tomó. Al instante levantó la mirada y el aire se le quedó atrapado en los pulmones. Aquella mirada azul también enfrentó la suya. Él estaba agachado, en la misma posición que ella. El corazón de _______ comenzó a latir con fuerza. No estaba muy segura pero lo reconocía. Si… era él. Su amor de pequeña. Niall Horan. Allí estaba mirándola como si ella fuera una especie de fantasma. Se había puesto algo pálido y al parecer ni respiraba.Ella comenzó a incorporarse, él también lo hizo. Ambos se quedaron parados como estatuas, mirándose fijamente a los ojos.

—¿Niall? —inquirió al fin ella. El rubio parpadeó atónito.
—_______ —murmuró él sin poder creerlo.

Capítulo 11: Volver al pasado.

Era como volver al pasado. Estar parado frente a ella era como tener 13 años de nuevo. Su corazón palpitó con fuerza. ¿Cómo podía ser posible? La había pensado todo el día y ahora ella estaba allí, mirándolo fijamente. Aquellos ojos profundos lo miraban con la misma sorpresa que él sentía. Recordó todo… una y cada una de las tardes que había pasado con ella vinieron a él. Y sintió una presión en medio del pecho. Quiso darse vuelta y salir de allí. No entendía bien por qué. Sacudió un poco la cabeza. Estaba confundido. Tal vez todo era un simple sueño y en cualquier momento iba a despertarse y ella no iba estar. De alguna manera tenía que comprobar que aquello era real.

Dio un paso hacia ella. ______ estaba totalmente consternada por la presencia del castaño. Se sentía una niña de nuevo, parada frente a aquel príncipe que ella había querido tanto. Su corazón latía rápido. Nada quedaba del Niall que ella tenía en la mente. Ahora era todo un hombre. Bonito hombre. La garganta se le secó. Más viendo la manera en la que él la estaba mirando. Aquellos ojos azules que ella tanto había amado la miraban como si ella fuera un espejismo. Se notaba que estaba confundido. Niall levantó una mano y sin dudarlo tocó su mejilla. ________ dejó de respirar al sentir aquella gran mano contra su piel, y pestañeó seguidamente. El aroma masculino entró por la nariz… llenándole el cuerpo de una extraña sensación. Niall olía a hombre, a sol y campo. Aroma suave y delicioso. Se estremeció.

Él frunció el ceño y movió el pulgar contra su suave piel, acariciándola. No se iba, el tacto era muy real. Su piel era sedosa y estaba algo fría, a comparación de su mano.
_______ no pudo evitarlo y sonrió. Él tenía una mueca muy graciosa, parecía estar pensando demasiado. Su cuerpo tembló cuando él volvió a repetir el movimiento de su pulgar. ¿Cómo podía algo tan insignificante como una caricia hacerla sentir tan… tonta? ¿Cuándo había sido la última vez que un hombre la había acariciado de esa manera tan inocente? Como queriendo conocer, o mejor dicho,recordar. Entonces ella también levantó la mano y tocó su rostro. Su palma cosquilleó ante la sensación de la piel masculina, algo rasposa. El azulino levantó ambas cejas en un chistoso gesto de asombro.

—Hola, Niall —habló al fin.

Niall estaba anonadado. Se sentía un completo idiota. El corazón le latía demasiado rápido para ser normal. Un nudo se le formó en la garganta.

—Hola… —logró decirle.

_______ sonrió aun más, mostrándole todos sus dientes. Él se sintió contagiado por esa hermosa sonrisa que pensó que había olvidado. Pero ahora que ella volvía a sonreírle de aquella manera… se dio cuenta de que era imposible de olvidar.

—¡Aquí están! —exclamó ella.

Ambos giraron la cabeza para mirarla. Toda la magia se perdió. Se alejaron rápidamente, totalmente avergonzados. Gloria arqueó una ceja, y luego sonrió por lo bajo. Niall la fulminó con la mirada.

—¿Qué se te ofrece, madre? —le preguntó. Ella se aguantó la risa. Ambos estaban rojos como tomates. Como si ella los hubiese encontrado haciendo algo muy malo.
—Solo buscaba a la niña ________ —le dijo y miró la miró. —Tu padre quiere verte… dice que tiene algo que mostrarte o algo así.
—Oh —musitó ella —Gracias, Gloria.

Miró a Niall. Y le sonrió levemente. Él quiso decirle algo pero las palabras no salieron de su boca. Estaba tan sorprendido de que estuviera allí de nuevo. Jamás pensó que volvería a verla.

—Es gusto volver a verte, Niall…
—Igualmente, señorita.

Ella apretó los labios y caminó hacia la salida. Se giró a verlo una vez más y sin decir nada desapareció. El castaño se quedó quieto mirando por donde acaba de salir la chica de cabellos claros.

—Creo que metí la pata —dijo Gloria divertida.

Niall seguía con la mirada fija en la salida.

—No puede creer que esté aquí —murmuró.
—Intenté decírtelo un millón de veces —exageró —Pero siempre te ibas corriendo sin terminar de escucharme —él siguió con la mirada fija en aquel lugar. Todavía no lo entendía… ¿Por qué estaba de nuevo después de tanto tiempo? —Ya, Niall… quita esa cara de bobo.
—Ay, que graciosa eres, Gloria —dijo con sarcasmo.

Caminó hasta su madre para empujarla levemente y que caminara hacia la casa. Tenía pensado llegar, arreglarse e ir a cenar como su jefe se lo había pedido. Tenía que averiguar por qué ella había decidido volver... y quién demonios era el tal Matt.

Capítulo 12: Nunca es tarde para volver a intentarlo.

Salió de su despacho y miró a su alrededor para percatarse de que nadie lo veía. Se sentía como un tonto adolescente de 15 años… escondiéndose para no ser descubierto por sus padres. Volvió a observar por el pasillo. Soltó un suspiro. Al parecer todos estaban ocupados y él podría ir a verla sin ser interrumpido.
Desde que había llegado quiso estar a solas con ella. Pero si no era una cosa, era otra. Y jamás lo lograba. Tenía ganas de ver aquellos ojos azulados que amaba en secreto desde hacía tanto tiempo. Sin dudarlo entró a la cocina, haciendo un poco de ruido.
Ella se sobresaltó y se giró a verlo con el corazón en la boca. Se sintió algo aliviada al saber que era él. Aunque de repente se sintió nerviosa. No quería estar a solas con Greg Hoffman. Carraspeó su garganta y volvió a mirar de nuevo al agua que comenzaba a hervir. Greg se acercó un poco.

—¿Qué estás cocinando? —le preguntó y respiró profundamente para encontrarse con el inconfundible aroma al romero.
—Pastas —contestó ella simplemente.
—Mmm… mis favoritas.

Ella lo miró de reojo y su corazón dio un vuelco. ¿Por qué… por qué le seguía pasando aquello? Era como que no podía superarlo. Lo había amado siendo una niña y lo seguía amando siendo una adulta. Ellos dos se conocían desde que su padre había sido contratado para ser peón de aquellas tierras. Greg tenía 15 años y ella 13… se habían amado tanto. Pero luego él se fue. Y después de unos años volvió casado. Ella también había hecho su vida. A veces se reprochaba por no haberse jugado por su verdadero amor.

—Lo sé —le dijo luego de unos segundos.

Greg se quedó quieto, observándola. Quería decirle algo, pero no sabía que. Tenía aquella estúpida sensación en el pecho. Se preguntaba a si mismo, qué era lo que le impedía confesarle que la seguía amando. Su esposa había muerto cuando _______ apenas era un bebé. Y Gloria se había separado del padre de Niall hacía muchos años.

—Gloria…
—¿Qué? —preguntó ella.
—¿Crees que aun estamos a tiempo?.

Ella se giró a verlo como si hubiese dicho algo sumamente malo. Sus ojos estaban bien abiertos y había dejado caer el repasador sobre la mesada.

—¿Qué? —murmuró.
—¿No lo crees?
—Yo…

Él dio un paso hacia ella. Se limitó a observarla fijamente.

—Voy a quedarme a vivir aquí —los ojos de ella se abrieron aun más —Y creo que voy a necesitar una… buena mujer para que me acompañe en la habitación grande.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo casi intenso.

—Greg —chilló avergonzada. Él rió por lo bajo.
—Cásate conmigo, Gloria —ella sintió que iba a desmayarse —Fui un cobarde hace 30 años atrás… por no pelear por ti.
—Éramos joven, Greg —musitó ella y dejó de mirarlo.

No podía mirarlo. Le dolía hacerlo. Le dolía recordar la manera en la que ella lo había esperado tontamente… y luego lo había visto llegar de la mano con una hermosa joven de cuidad.

—Era un idiota —murmuró él —Y lamento haberte hecho sufrir. Lamento… lamento todo lo que pasó.
—Ya no más —le pidió ella y se aguantó las ganas de llorar. Ya no era una niña, no iba a llorar delante de su dolor. Se armó de valor para mirarlo —La cena ya está lista, señor. Voy a avisarles a los muchachos…

Salió de allí dejándolo con el corazón acelerado. Greg suspiró. Le iba a costar mucho trabajo hacerle entender a esa mujer que aún la amaba…más que a nada en ese mundo.

Capítulo 13: La cena.

La cena había sido simplemente la cena más silenciosa de su vida. En sí los únicos que hablaban eran su padre y Niall. Algunas veces Matt opinaba algo, pero luego se quedaba quieto y le daba pequeños codazos debajo de la mesa para que lo mirara, y de una vez por todas dejara de mirar a Niall. Sacudió un poco la cabeza. ¿Qué era lo que estaba pasando con ella? Siguió ordenando mientras miraba de vez en cuando a su alrededor… Había vivido tantas cosas en aquella habitación. Se la pasaba tardes encerrada jugando con sus muñecas y haciendo tomar el té a Niall. Rió levemente al recordar aquello. Ahora no parecía ser alguien que tomara té. Y por la noche salía a andar a caballo con él. Volvió a sonreír al recordarlo de pequeño. De verdad estaba cambiado. Estaba mucho más… lindo y sexy de lo que ella recordaba. Todo un hombre frente a sus ojos.
Él se sentó lentamente en la cama y la miró fijo, esperando a que le dijera algo. Pero no, ella estaba muy concentrada terminando de guardar lo último de ropa que había dejado. No, él no era ningún jerk. Sabía perfectamente que algo pasaba entre ella y aquel guapetón de ojos azules.

—Ya darling, ¿Vas a decirme por que te perturbó tanto ese bombón campestre? —le preguntó al fin luego de unos cuantos segundos.

_______ se giró a verlo y reprimió una sonrisa al escuchar como lo había llamado.

—¿Cómo le dijiste? —le preguntó divertida.
—Bombón campestre —dijo él simplemente —¿Por qué lo mirabas tanto?.
—Él y yo crecimos juntos aquí, y cuando éramos chicos él era mi único amigo en este lugar. Fue él el que me enseñó a andar a caballo. Me enseñó a subirme a los árboles y todas esas cosas que se hacen en el campo —le dijo y volvió la vista a su armario.

Matt resopló. Eso no le decía nada. Cualquiera pudo haberle enseñado esas cosas y ni loca ella iba a mirarlo de esa manera.

—¿Solo por eso lo mirabas tanto? Vamos, linda, no soy bolido. No sólo lo mirabas porque te enseñó a subirte a un caballo.
—Bueno, en realidad no… —concedió ella —Solo está muy cambiado.
—¿Esta hecho un papitaso como de telenovela, verdad? Un estilo ‘pasión de gavilanes’. Es como un Mario Cimarro, pero con ojos claros —le dijo. Ella estalló en risas. A veces su mejor amigo tenía cada ocurrencia.
—No, no es eso. Solo que me sorprendió lo cambiado que está. Nada más. Hacía diez años que no lo veía…
—¡¿Diez años?! —exclamó exaltado —Con razón te miraba como si fueras una especie de hiper extraña roba campos. Te miraba con desconfianza, sweetheart.
—No creo que sea así. Quizás él también esté sorprendido de verme… Date cuenta que pasaron muchos años —sin darse cuenta sonrió mientras su mirada estaba fija en un punto vacío, como recordando —Además él fue mi primer beso…

Se maldijo internamente luego de soltar aquellas palabras. Cerró los ojos con fuerza. Ya se imaginaba las palabras que seguían… ‘Ajá, ¡te caché, linda!’.

—Ajá, ¡te caché, linda! —casi gritó él. _______ rió por lo bajo. Mattie se puso de pie y comenzó a caminar a su alrededor —O sea… que el bombón campestre fue el primero que besarte.
—Si, eso dije —dijo algo incomoda —Pero teníamos 12 y 13 años…
—¿Cómo fue? —preguntó entusiasmado —Quiero saberlo.
—Mattie, no lo recuerdo —le mintió. Él entrecerró los ojos para mirarla mal.
—A mamá mona con bananas verdes no, chiquita —le aseguró él —Me lo cuentas ahora o se lo voy a preguntar a Glory.
—¡No! —exclamó ella —Eres tan chismoso.
—Lo sé —dijo muy orgulloso de si mismo. ________ suspiró.
—Bien… fue en las caballerizas. Yo estaba mirando a mi nuevo caballo y él vino a buscarme. Yo le tenía miedo al animal y no me animaba a tocarlo. Él se acerco e hizo que lo tocara. Luego giré para mirarlo y nos besamos. Fue como un impulso.
—Juro que me muero muerto, ese debió ser el beso más romántico de toda la historia de los primeros besos románticos —dijo emocionado.

Ella sonrió levemente.

—Eres un extremista —dijo divertida —Además estoy segura de que ni siquiera se acuerda bien de mí.
—Yo no estaría tan seguro —dijo él alzando un dedo y luego tocando su barbilla en forma pensativa —El bombón campestre parece estar tan perturbado como tú, por tu presencia… Se le notaba a leguas en la manera que te miraba.
—¿Y cómo me miraba según tú? —quiso saber ella.
—Era extraño —asintió él —A veces su mirada decía: wow, no puedo creer que ella esté aquí. Y en otras decía: ¿Por qué demonios está aquí? —______ lo miró extrañada. Matt giró y la miró fijo a los ojos —En su mirada había una especie de dolor, sweetness.

_______ pensó bien aquellas palabras. Y eran ciertas. En algunos momentos Niall la miraba con dolor. Creía saber por qué. Ella misma sentía ese dolor sin sentido a veces. Soltó un suspiro y al fin terminó de arreglar todo.

—Voy a ir a la cocina a buscar un algo de tomar, ¿quieres venir conmigo? —le preguntó a su amigo. Mattie se dejó caer pesadamente en la cama.
—No, Beauty, ve tú solita —le sonrió con los labios sellados —Pero tráeme algo para tomar aquí.
—Está bien —resopló y salió de la habitación.

Sin hacer demasiado ruido bajó y entró a la cocina. Tenía tantos lugares para recorrer al día siguiente, que se sentía realmente emocionada. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de encontrar a Niall y sentarse a hablar con él.
Se acercó a la cocina y prendió la hornalla. Si, iba a prepararse un té. La puerta se abrió…

—Mamá…



Capítulo 14: La suerte está de mi lado.

Se acercó a la cocina y prendió la hornalla. Sí, iba a prepararse un té. La puerta se abrió…

—Mamá…

Él dejó de hablar al encontrarla a ella allí parada. ______ casi sonrió. Al parecer la suerte estaba de su lado.

—Hola —lo saludó.
—Hola —dijo algo tímido —Lo siento, solo estaba buscando a mi madre.

Dio media vuelta para salir de allí. ______ caminó hacia él.

—No, espera —le pidió. Niall se detuvo y giró para encontrarla un poco más cerca de él. Su corazón comenzó a palpitar rápido —Tanto tiempo, ¿verdad?.
—Si, diez años —asintió —Usted está igual…

‘¿Usted?’ —pensó _______.

—En cambio tú has cambiado bastante.

El silencio se hizo algo insoportable entre ellos. Niall se quedó allí parado, observándola todo el tiempo. ¿Qué podían decirse? Eran unos completos extraños ahora.
El agua comenzó a hacer un pequeño burbujeo, avisando que ya estaba hirviendo. _______ miró sobre su hombro.

—No he vuelto a tomar té después de que usted se fue —dijo él.

Ella volvió a mirarlo. Y sintió un nudo en el estomago.

—¿Quieres uno? —fue lo único que se atrevió a decirle.
—No, muchas gracias, señorita…
—¿Por qué me tratas de usted? No soy una anciana.
—Respeto.
—Bueno, no tienes por qué. Puedes tutearme.
—No creo que sea correcto.
—Oh, Niall —dijo ella divertida y se acercó a buscar una taza —Estamos en el siglo XXI, no creo que sea necesario que me trates de usted.
—Bien, voy a intentarlo.
—Me alegra saberlo —le sonrió.

Él respiró profundamente. Sí, iba a preguntárselo.

—¿Por qué no volviste más? —fue al grano sin rodeos.

El aire abandonó a _______. En aquella mirada azul había mucho reproche. Y si, tenía derecho a reprocharle. Ella le había prometido que iba a volver. Y no lo hizo. Y el por qué era muy estúpido. Simplemente se había dedicado demasiado a sus estudios y a su nueva vida en la cuidad.
Se llenó de extravagantes lujos, y numerosos amigos. Pero aun así jamás se había sentido tan bien como en el campo… y con él.

—Niall…

Él negó con la cabeza levemente, impidiéndole hablar.

—Ya no importa.

Salió de allí sin darle tiempo a nada. _______ se quedó quieta mirando como la puerta se mecía levemente de un lado hacia el otro. Él volvió a asomarse. Ella se sobresaltó.

—Mañana la espero en las caballerizas a las 7 en punto. Ni más tarde, ni más temprano.

Se fue de allí de nuevo, dejándola totalmente desconcertada.

Capítulo 15: Niños otra vez.

Se sentía como en una especie de película de espionaje. Y a decir verdad no había podido dormir en toda la noche, pensando en cómo haría para salir de allí sin hacer ningún ruido. Además de que no había podido dejar de pensar en Niall y en que la había citado en las caballerizas. ¿Hablarían bien allí? ¿Él le diría todo lo que pensaba de ella? Su corazón se aceleró al pensar que estaría a solas con él. Logró salir de la casa sin hacer ningún escándalo. Soltó un suspiro y miró encantada a su alrededor. El sol comenzaba a asomarse, bañando a aquel campo de luz. Los suaves sonidos de las aves llegaron a sus oídos. Aquello si que era paz. Respiró profundamente y comenzó a caminar hacia las caballerizas. No se sentía demasiado segura de si era correcto. Pero de ninguna manera podía evitarlo. Tenía ganas de verlo, de saber por qué la había citado allí.
Comenzó a caminar hacia el lugar indicado. Se sentía como una boba niña de 15 años, estaba emocionada. Al parecer aun no había ningún peón por allí, ya que todo estaba completamente desierto.
Llegó y entró con cuidado. Aquel familiar olor volvió a invadirla. Miró a su alrededor buscando a Niall y él no estaba allí. Miró la hora en su reloj y marcaban las 7 en punto. Frunció el ceño. El sonido de un caballo le hizo levantar la mirada. Se congeló. No podía ser cierto… aquel, ese… ese era su caballo blanco. Sin poder evitarlo comenzó a caminar hacia él. El caballo se giró a mirarla y retrocedió unos pasos, mientras hacía un sonido con la boca. Se acercó un poco más pero se detuvo. Tenía miedo, el mismo miedo que había tenido la primera vez que lo había visto.

—No le tenga miedo —dijo él.

_______ giró rápidamente para encontrarlo parado en la puerta del establo, semiapoyado contra el marco.

—¿Es él? —le preguntó con un poco de timidez. Niall sonrió de costado e ingresó del todo. El pulso de ______ se aceleró.
—Si, es White.

Ella volvió a mirar al animal. Su corcel blanco estaba realmente hermoso. Sonrió levemente. Niall había cumplido su promesa de cuidarlo. En cambio ella… ella no había hecho nada. Se sintió una basura, y no era exagerado. El caballo resopló y ______ le prestó atención de nuevo. Quería tocarlo, pero no sabía como iba a reaccionar ante una desconocida.

—No le tenga miedo —volvió a decirle —Él no le hará daño…

______ volvió a mirar a Niall y ahora el azulino estaba un poco más cerca. Sintió una presión en el pecho.

—Es que… no me conoce, no tiene ni idea de quien soy —dijo ella.

Niall suspiró y caminó hasta estar a su lado. _______ fue muy conciente de sus diferencias. Mientras él era todo músculo y fibra, ella era toda delicadeza y ropa cara. Niall se veía sexy como el infierno con aquel sombrero de vaquero. Pero la ponía nerviosa. La ponía nerviosa no poder ver bien sus ojos, no saber si él la estaba mirando, o como la miraba. Quería quitarle ese sombrero de un manotazo. Tragó saliva.

—White —lo llamó él al caballo.

Al instante el animal lo miró e hizo un relinche. _______ lo miró asombrada, era increíble que le respondiera de esa manera.

—Es increíble —musitó.
—¿Sabes quien es ella? —preguntó él. White meneó la cabeza y volvió a contestar. ________ estaba perpleja —Ella es la señorita _______ —el caballo relinchó un poco y golpeó el piso con una de sus patas —Puede tocarlo, señorita, él sabe quien es usted.

Ella se armó de valor. Ya no era una niña, no podía temerla a un lindo animal como ese. Pero su valor se fue en un abrir y cerrar de ojos. No podía hacerlo, de verdad tenía miedo.

Niall se quitó el sombrero, soltó un suspiro y sin darle aviso se acercó a ella por detrás y tomó su mano. Ella se quedó completamente quieta sintiendo su cercanía. Su mano era el doble más grande que la suya. Fuerte, áspera, caliente. Con cuidado la hizo caminar hacia delante, aun sosteniendo su mano. La levantó un poco cuando el caballo se acercó a ellos. ______ retrocedió unos pasos soltando un suspiro de sorpresa. Pero se encontró con el pecho de Niall. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

White se acercó otro poco a ellos, hasta que la mano de _______ se apoyó sobre su hocico. La mano de Niall seguía sobre la de ella, e hizo el movimiento descendente para que ella acariciara a White. Se quedaron en silencio.
El corazón de Niall latía rápido. Él no sabía bien por qué estaba haciendo aquello. No debería estar tan cerca de ella. Su perfume lo rodeó. La tenía tan cerca, era como un sueño.

Ella se mordió los labios. La situación era la misma que hace diez años atrás. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Besarlo? Sacudió la cabeza.

—¿Lo ve? —inquirió él cerca de su oído —Él no va a hacerle daño.

________ se estremeció, su voz era tan masculina. Giró un poco la cabeza para encontrarse con sus ojos a escasos centímetros.
Él podía besarla si se inclinaba un poco, y la idea lo emocionó de una tonta manera. Ya no era un niño, no iba a besarla como tal. Pero, por dios, era como una extraña para él ahora. Aunque en su mirada chocolate podía ver que ella seguía siendo la misma de siempre. Se había ido una niña y ahora veía una mujer. Una hermosa mujer. Se alejó de ella rápidamente. Eso era extraño, él no podía comportarse de esa manera.
________ se quedó quieta en su lugar, acariciando a White por si sola. No sabía que decir, ni que hacer. Todo era tan raro. Acomodó su garganta.

—Está realmente hermoso White, Niall —le dijo para romper el hielo.

Él se rascó la nuca y no la miró.

—Es el mejor caballo de la estancia.

______ le sonrió al caballo y lo palmeó un poco. White se le acercó más hasta tocar su rostro con su hocico.
_______ rió por lo bajo. Niall la miró, y su corazón palpitó. Se veía tan hermosa allí parada, casi abrazando a White. Al parecer el caballo no lo había olvidado. Él no se mostraba tan cariñoso con las personas.

—Niall —lo llamó ella sin mirarlo.
—¿Si? —le preguntó. ______ tenía los ojos cerrados y ahora abrazaba a White. Era como si estuviera recordando algo.
—¿Recuerdas cuando éramos niños y jugábamos a las escondidas? —inquirió y abrazó un poco más fuerte a su caballo. Se sentía bien así —Tú te escondías en algún lugar de la caballeriza y yo tenía que buscarte. Y cuando te encontraba…

Abrió los ojos y él no estaba allí. Frunció el ceño extrañada. ¿Podía ser posible que él se fuera dejándola sola? Pero entonces escuchó el sonido de algo que se caía. Sonrió al recordar que esa era la señal. Él estaba escondido en algún lugar.

Capítulo 16: Escondidas.

Abrió los ojos y él no estaba allí. Frunció el ceño extrañada. ¿Podía ser posible que él se fuera dejándola sola? Pero entonces escuchó el sonido de algo que se caía. Sonrió al recordar que esa era la señal. Él estaba escondido en algún lugar.
Comenzó a caminar, pero el sonido de paja bajo sus pies era muy delator. Se quitó los zapatos y los tiró a un costado.

—¿Dónde podrá estar? —preguntó con cierto tono de burla.

Niall sonrió mientras estaba escondido detrás de uno de los caballos. No podía creer que ella recordara algo como aquello. Al parecer lo tenía presente. ¿Tendría presente también aquel beso que compartieron en aquel lugar? Tal vez no…
Un sonido proveniente de unas de las cuadras alertó a ________, él estaba cerca. Ella se acercó en silencio y se asomó de repente pensando que él estaba allí. Pero no, no estaba. Miró hacia su derecha y sonrió con malicia. Ya sabía en donde estaba.
Niall no escuchó ni un sonido más. Aquello era extraño. Asomó la cabeza con cuidado y ________ no estaba por ningún lado. ¿Se habría ido?.

—¡Te encontré! —exclamó de repente haciendo que él cayera hacia atrás.

La morena estalló en risas.

—Esto no debería ser así —se quejó él divertido mientras se incorporaba.

_______ no podía dejar de reír, estaba tentada. Trato de calmarse, pero cada vez que lo hacía volvía a estallar en carcajadas.
Niall arqueó una ceja cuando ella se calmó del todo. Era su turno de vengarse.

—Oh, no —musitó ella.

Sin pensarlo dos veces comenzó a correr, ya que lo que venía después de haberlo encontrado eran las malditas cosquillas.
Niall fue mucho más rápido de lo que ella había esperado y en un abrír y cerrar de ojos ya la había atrapado. Cayeron juntos al suelo. A _______ le dolía el estomago, la garganta y hasta el pelo de tanto reír. Él era malvado, sí que lo era.
Pero de alguna manera lo logró y giró sobre la paja, quedando sobre él. Ella también podía vengarse. Recordaba que Niall no era muy cosquilludo como ella, pero si que tenía un punto débil. Y ese era el cuello. Niall intentó esquivar sus manos pero no pudo. Le dolía el abdomen de tantas risas. Volvió a girar para vengarse. Y otra vez, y otra vez…

—Ya… ya no… puedo más, Niall —dijo ella sin dejar de reír.

Él detuvo sus manos y ambos comenzaron a calmar sus risas. Aquello había sido tan divertido. Pero todo rastro de diversión se fue cuando fueron consientes de cómo habían quedado.
Ella lo miró fijo a los ojos. Él había quedado sobre su cuerpo. El peso masculino era simplemente agradable, y no la aplastaba.
Niall la observó detenidamente, ¿Por qué iba a ser tan linda? Y de repente su mirada bajó hasta sus labios. Estaban semiabiertos…

_______, ¿estás aquí…? —preguntó entrando a la caballeriza. Sus ojos se abrieron bien al ver la escena.

‘No way, arruiné el momento’ —pensó Matt.

Niall se puso rápidamente de pie y tomó una mano de _______ para pararla de un solo tirón. Ella comenzó a acomodarse nerviosamente, mientras que Niall levantaba su sombrero del suelo y se lo colocaba.

—¿Qué pasó, Mattie? —preguntó nerviosa.
—Estaba buscándote —miró a Niall y volvió la mirada a ella —Porque el desayuno ya esta listo…
—¿Ya? —preguntó asombrada —¿Qué hora es?.
—Más de las 8.30 —contestó su amigo.
—Bien —habló Niall —Voy a ver si mi madre necesita ayuda.

Salió de allí rápidamente, dejando a _______ completamente sola con la escena a cuestas. Ella miró a su amigo y sin decir nada comenzó a quitarse la paja que le había quedado en el cabello. Matt se tocó el mentón, mientras reprimía una sonrisa.

—¿Y bien? —le preguntó.
—Y bien, ¿Qué? —dijo ella.
—Vamos linda —dijo divertido —¿Qué estaban por hacer?
—No seas mal pensado, Matt Donovan —dijo con tono firme.
—¿Mal pensado yo? —inquirió —No, mi vida, estás muy equivocada. Porque déjame decirte que encontrar a dos personas en el suelo de una caballeriza, una encima de la otra, jadeantes… da que pensar.
—Pues, estás pensando mal… —lo miró bien —Y no estábamos jadeantes.
—¿Entonces que estaban haciendo? —le preguntó y se acercó a ella para ayudarla con su cabello. La miró divertido —Porque no estaban hablando, darling.
—Estábamos jugando —dijo ella.
—¿A qué? ¿A revolcarse apasionadamente en la caballeriza? —dijo con cierto tono de burla.
—No, Mattie. Estábamos jugando a las escondidas. Lo encontré y comenzó a hacerme cosquillas y yo a él como cuando éramos niños.
—Pero ya no son niños, ¿Qué necesidad tenían de jugar?.
—Fue un… impulso —dijo algo fastidiada.
—Como su beso de hace 10 años —dijo enternecido —¿Se besaron?.
—¡No, no nos besamos!.
—Solamente porque yo llegué —exclamó —Soy un idiota, no tuve que haber venido, ¡No tuve que haber llegado! .

_______ se alejó de él y comenzó a caminar hacia la salida. Matt la siguió.

—Mira no sé que es lo que debe estar maquinando tu pervertida mente, Matt. Pero Niall es un gran amigo para mí, como un hermano.
—Si, por eso se besaron —dijo asintiendo.
—¡Éramos niños! —chilló —Fue solamente para experimentar.
—Oh, por favor ¿Acaso vas a decirme que no sentías nada por él cuando eran niños?.

_______ siguió caminando hasta que estuvieron fuera del lugar. No le contestó enseguida a Matt porque estaba pensando en aquello. Lo que ella había sentido por Niall siendo una niña no lo podía explicar. Era algo que no había vuelto a sentir por otra persona. Era extraño. Sacudió la cabeza y miró a su amigo.

—Una no sabe de esas cosas cuando es niña, por el simple hecho de que es una niña. Pero no lo sé… creo que me gustaba.
—¿Y ahora te gusta? —le preguntó mientras movía ambas cejas en forma pícara.

_______ se aguantó las ganas de reír.

—Eres intratable, Mattie.
—Pero me amas… admítelo —dijo mientras la empujaba levemente —Y también admite que ese bombón campestre te movió hasta la médula.
—No, no me gusta —dijo ella poniendo sus ojos en blanco.
—Mentirosa —la acusó él —Además es increíble como ese hombre te mira.

______ se detuvo y lo miró bien.

—Eres un tonto… no me mira de ninguna manera —aseguró. Matt sonrió.
—Claro que si, ______. Te desea, Sweetness, el papitaso de telenovela, te desea.

Capítulo 17: Sentimientos que reviven.

Se asomó con cuidado detrás de aquella ventana. Ella tenía que lograr acercarse a él y saber como estaba. Desde que había sabido que sus hermanos lo habían herido, no había podido dormir, ni dejar de pensar en él. Cruel destino que no los dejaba en paz. Idiotas hermanos le habían tocado. A veces lograba odiarlos.
Se acercó más al vidrio, logrando ver en el interior de la habitación. Y allí estaba él, acostado en la cama, con los ojos cerrados, cara de tranquilo. El corazón se le estrujó. Levantó una mano y la apoyó contra el cristal, deseando que él la viera.
Entonces Alex giró la cabeza mientras abría los ojos, sus miradas se encontraron. Ella sonrió bobamente mientras retenía un par de lágrimas. No sabía por qué quería llorar. El rubio se sentó rápidamente en la cama, siseó ante el repentino dolor que le invadió el brazo.
—No, Alex —musitó ella. Él ignoró el dolor y se puso de pie, caminó lentamente hasta la ventana, se arrodilló ante ella y con la poca fuerza de su otro brazo logró abrirla.

—¿Qué haces aquí, princesa? —le preguntó de manera tierna.

Eran increíbles las cosas que ella le hacía sentir. Simplemente verla allí parada lo había hecho olvidarse de todo, hasta del dolor.

—Tenía que saber como estabas —dijo Greta y de repente sus labios temblaron mientras trataba de no llorar —Lo siento tanto, Alex —no pudo evitarlo, la primera lágrimas resbaló por su mejilla —Te juro que no quería que eso pasara… casi muero cuando lo supe. Insulté a mi padre, a mis hermanos, a mi madre… me encerraron. Pero logré escapar.
—Nonono, princesa, no llores —murmuró el rubio y estiró su mano para tocar su mejilla. Secó las lágrimas con su pulgar —Como ya ves estoy vivito y coleando —Greta esbozó una pequeña sonrisa —Y no me tienes que pedir perdón… no fue tu culpa.

Se quedaron en silencio, mirándose detenidamente a los ojos. Alex seguía acariciando su rostro. Se sentía dichoso, su corazón latía fuerte. Se agachó un poco más. Podía besarla. Jamás lo había hecho antes, tenía miedo de no… agradarle. Pero ahora que la tenía allí, con los ojos llenos de lágrimas, mirándolo de aquella manera tan linda, no podía evitarlo.
Greta pestañeó. ¡Él iba a besarla! La respiración la abandonó por completo. Siempre había querido que el chico de sus sueños fuera el primero en besarla. Cerró los ojos lentamente, esperando sentir sus labios.
Alex sonrió, se veía adorable así. Se acercó un poco más. Su brazo protestó, pero no le prestó atención. Tenía algo mucho mejor al frente. Sus labios rozaron su nariz, depositó un casto beso allí. Bajó un poco más, y un suspiro chocó contra su mentón.

—Alex… ¿estás despierto?.

Él se incorporó rápidamente al escuchar la voz de Niall a punto de entrar a la habitación. Miró hacia la puerta y luego miró a Greta. Ella tenía el ceño levemente fruncido.

—Viene alguien —le contó. La castaña alzó ambas cejas en un gesto de asombro. Sacudió la cabeza, tenía que irse de allí —En una hora te veo detrás del gallinero.
—Pero, Alex, tu brazo…
—Shhh —la calló —Te esperó allí, princesa —le sonrió bobamente. Ella copió su acción, sintiéndose demasiado tonta —No me falles.

Cerró la ventana y casi voló hasta su cama. Maldijo por lo bajo ante el asfixiante dolor que lo invadió.

‘Ella lo vale, ella lo vale’ —pensó.

La puerta se abrió y Niall entró. Alex lo miró extrañado. ¿Desde cuando su primo sonreía de aquella manera tan idiota? El azulino caminó hasta la cama que estaba a su lado y se dejó caer pesadamente con los brazos detrás de la cabeza.

—¿Cómo está tu brazo? —le preguntó luego de unos segundos. Alex frunció el ceño. Niall estaba raro… muy raro.
—Mejor —se limitó a contestar —Oye… no es que sea extraño en ti, ni nada por el estilo. Pero ¿Por qué estás sonriendo como imbécil?.

Niall giró la cabeza para observarlo, y entonces comenzó a reír. Alex arqueó una ceja.

—No lo sé —siguió riendo —Dime, tú ¿Por qué tienes esa cara de idiota?.

El rubio se tensó. ¿Tanto se le notaba? Pero no podía agarrar y decirla a Niall que Greta había ido a verlo y que casi la besa. Sería como estar a punto de cavar su propia tumba. Ya que el azulino le había dejado claro que no quería que ellos se vieran hasta que las cosas estuvieran arregladas con los Montoya.
—No… nada, nada —miró al techo tratando de pensar en otra cosa para cambiar de tema y que Niall no lo descubriera. Y de repente sonrió —Ya sé por qué estas así.
—Ah, ¿si? ¿Por qué? —inquirió el castaño.
—Porque vino la hija del jefe —sonrió con picardía. Niall lo miró algo sorprendido. No esperaba que Alex dijera eso —La chica de la foto que tenías escondida…
—Claro que no —aseguró.
—Oh, vamos, primo, ambos sabemos que si.
—Que no, idiota.
—Niall está enamorado, Niall está enamorado —comenzó a cantar.

Niall tomó una almohada y se la arrojó, golpeándolo en la cabeza. Alex carcajeó y se apretó el brazo fingiendo que le había pegado allí.

—Pareces un niño, Alexander —lo retó —¿Qué va a pensar Greta?.

Alex sonrió con soberbia.

—Ella me ama de cualquier forma.
—Si, si, seguro —ironizó Niall.

Se quedaron en silencio. Horan miró fijo al techo y una tonta sonrisa se curvó en su rostro. ¿Por qué se sentía tan idiota? Todavía tenía en sus oídos el retumbe de su risa. No había cambiado nada… era igual de contagiosa que siempre. Y se sentía extraño por lo que había pasado en la caballeriza. Si el amigo de ella no hubiese entrado, quizás él hubiese hecho una estupidez. ¿Sería solo un amigo? Había algo muy raro en ese amigo. Más bien daba la vista de ser una… amiga. Sacudió la cabeza y se levantó.

—¿Quieres que le diga a mamá que te traiga algo para desayunar? —le preguntó.
—Mmm —pensó él mientras se tapaba hasta el cuello —Puede que quiera unos waffles con mucha miel, un tazón de cereales, un poco de jugo de naranja y… ¡Tocino! Si que quiero eso. También sería muy agradable un par de tostadas con mantequilla y un café con leche, con mucha canela…
—¿Y si mejor te traigo el refrigerador completo? —le preguntó Niall con sarcasmo.
—Disculpe usted, señor Campo comedor de carne compulsivo. Pero necesito reponer fuerzas comiendo cosas saludables.
—El tocino no es saludable —dijo Niall.
—Claro que lo es. Sino mírate… te la pasas comiendo porquerías y eres el hombre por las que todas las muchachas del pueblo suspiran —hizo ojitos.

Niall no pudo evitar reír.

—Eres un idiota, Alex.
—Ya, vete… tráeme el desayuno.

Niall salió de allí y se dirigió a la cocina. Se detuvo al escuchar una voz allí.

—¿Por qué me hablas así? —preguntó ella. Niall se asomó un poco y la divisó hablando desde un celular. Frunció el ceño —Ya te dije por qué acepté acompañar a papá… era importante para él que yo viniera —Niall se acercó un poco más para escuchar mejor —No me interesa nada de lo que hay en este campo, maldita sea —y sintió un presión en medio del pecho al escuchar aquellas palabras —¡Tú no quisiste acompañarme! —ella comenzó a llorar —¡Tuve que pedirle a Matt que lo hiciera! ¡Tú nunca estás disponible! —no le gustaba verla llorar, jamás le había gustado —¿Por qué me haces estás cosas, Ashton? —se tomó la frente con una mano mientras apretaba los labios —¿Sabes qué? Haz lo que quieras. ¿Quieres dejarme? Hazlo. ¿Quieres engañarme? Hazlo. ¿Quieres… irte al demonio? Hazlo. Al final Mattie siempre tiene la razón… no vales la pena —aquel infeliz que la estaba haciendo derramar lágrimas debía ser su pareja. Eso lo llenó de una extraña angustia —¡No, no me pidas perdón ahora, idiota! Siempre haces lo mismo… Aaargh, no quiero seguir hablando contigo.

Cortó y se sentó en una de las sillas con la cabeza gacha. Niall quiso entrar allí y acercarse a ella para abrazarla. Cuando eran niños siempre era él el que la consolaba y cuidaba de todo lo que pudiera hacerle mal. Tal vez ahora también podía hacerlo. Iba a entrar pero alguien se le adelantó.
Matt ingresó a la cocina y se arrodilló frente a ella. ________ lo abrazó por el cuello rápidamente y se echó a llorar con más fuerza.
Niall sonrió con amargura. Él ya no era su mejor amigo. Ya no era el que secaba sus lágrimas, ni el que la hacía reír para hacerla sentir mejor.
Alguien más ya había ocupado ese puesto. Y al parecer no era el único puesto que le habían usurpado. Su corazón también estaba ocupado por otro.
Soltó un suspiro. Aquello no tendría que importarle. Pero… ¡diablos! le importaba. Sacudió la cabeza y salió de allí antes de que alguno de los dos lo viera.
Era hora de entender que las cosas habían cambiado. Él ya no tenía 13, ella ya no tenía 12. Y sus corazones estaban en distintos caminos.

Capítulo 18: No te olvidé.

_______ caminó hasta su habitación. Entró y se dejó caer pesadamente en su cama. Se le partía la cabeza de tanto llorar por Ashton. ¿Por qué él era así con ella? ¿Por qué pretendía que ella pusiera todo en aquella relación, mientras él no hacía más que reprochar? Respiró profundamente y se quedó con la mirada fija en el techo.

—No me interesa nada de lo que hay en este campo, maldita sea.

Recordó sus propias palabras. Eso no era así. Claro que había cosas que le interesaban en ese campo. Ella había crecido allí, había sido muy feliz allí.
Se puso de pie, no iba a dejar que su novio le arruinara las hermosas vacaciones que tenía pensado pasar. Tenía muchas cosas por ver aun.
Se asomó al balcón y lo divisó a él. Llevaba un par de bolsas en ambas manos y caminaba hacia el establo. Su corazón latió con fuerza. Por ahí podía pedirle que la acompañara.

—¡Niall! —lo llamó.

El azulino detuvo sus pasos y apoyó las bolsas en el suelo. Giró la cabeza y levantó la vista para encontrarla parada en el balcón de su habitación. Un nudo se le formó en el estomago. Solo atinó a hacerle un movimiento de cabeza en forma de saludo. Pero en realidad no quería estar allí, quería mantener su cabeza en otro lugar. Tomó las bolsas con más firmeza y volvió a caminar.
_______ miró extrañada como él se alejaba. Y sin dudarlo entró a su habitación. Algo tenía que haber pasado para que él la ignorara de aquella manera. Salió de su habitación y bajó para luego salir de la casa. No entendía muy bien por qué se sentía así de afectada con respecto a Niall. Pero no le había gustado nada la forma en la que la había mirado.
Llegó al establo y entró sin dudarlo. Allí estaba él, dándole de comer a un par de caballos.
Niall giró la cabeza y se sorprendió de verla allí.

—¿Necesita algo, señorita? —se atrevió a preguntarle.
—Si —asintió ella —Necesito saber que te sucede.

El azulino volvió la vista al caballo y lo palmeó levemente mientras le terminaba de colocar el bozal para que comiera por si solo. Volvió la vista a _______.

—No sé a qué se refiere…

Caminó hacia el segundo caballo, cargó su bozal y comenzó a colocárselo.

—Claro que te sucede algo, Niall —dijo ella —Pasamos un momento muy divertido hace un rato. Y ahora estás… no lo sé.

Niall la miró sobre su hombro.

—No creo que le interese, señorita. Aquí no hay nada que le interese.

Volvió a prestarle atención a lo que estaba haciendo.
Ella se quedó quieta en su lugar, procesando las palabras que él acababa de decirle. ¿Acaso él había escuchado la conversación que ella había tenido con Ashton?.

—Niall —lo llamó. Él no la miró —Niall Horan, mírame.

Niall tensó la mandíbula. Solo ella lo había llamado así. Y que lo hiciera de nuevo, en aquel momento, lo hacía sentir enojado. ¿Con qué derecho se atrevía a hurgar en sus recuerdos, en sus emociones? Ella se había olvidado de todo. ¿Por qué iba a importarle ahora?.

_______ resopló y caminó hasta él. Lo tomó del brazo, haciendo que él girara para enfrentarla.

—Estoy trabajando, señorita. Si no le molesta… puede irse.

Ella lo miró ofendida.

—¡Claro que me molesta! —exclamó —No quiero que me trates como a una extraña.
—Es una extraña para mí.

Los ojos marrones se llenaron de lágrimas. Niall se maldijo internamente. No, no podía hacerla llorar. Ella no debía llorar delante de él.

—¡No quiero ser una extraña para ti! ¿Olvidaste todo lo que vivimos juntos? ¿Lo hiciste?.

Niall no contestó al instante. Se quedó observándola detenidamente.

—¿Usted lo olvidó? —le contestó con otra pregunta.

________ miró hacia otro lado. ¿Qué podía decirle? En realidad ella no lo había olvidado. Solo lo había dejado de lado… Solo se había dedicado a sus estudios, a su futuro.

—No —le contestó luego de varios segundos —No lo he olvidado.
—¿Segura? —inquirió él.

_______ enfrentó su mirada.

—No lo olvidé, Niall —aseguró —Solo… lo dejé pasar.

El azulino sonrió con los labios sellados.

—Ya no se preocupe por eso. Pasaron muchos años, ¿a quién podría importarle? Éramos niños. Y ya nada queda de eso.

Los labios de ________ temblaron. Pero no iba a llorar, no debía llorar. Fijó la mirada en el pecho de Niall. Divisó una cadenita plateada que rodeaba su cuello. Lo miró a los ojos.

—¿Aun tienes mi regalo? —le preguntó.

Niall sacó a la vista la cadenita que estaba oculta entre él y su camisa.

—Yo cumplo mis promesas.

Y ella ya no pudo soportarlo. El primer sollozo escapó de sus labios. Niall se quedó quieto, sintiendo que su corazón se partía al escucharla llorar. Dio un paso hacia ella y la envolvió entre sus brazos. No podía dejarla llorar así.
_______ ocultó el rostro contra su pecho, sintiéndose minúscula, indefensa. Pero el reconfortante calor masculino la protegió.

—Lo siento, Niall —murmuró contra él —Eras importante para mí… lo juro. Y aun lo eres. Es raro el motivo. Pero estar contigo es como volver al tener 12 años.

Él se quedó en silencio, la abrazó un poco más. Entendía como ella se sentía. A él también le pasaba. Verla, estar cerca de ella lo hacía sentirse un niño de nuevo.

—Usted también era… es importante para mí…

Ella se alejó para mirarlo.

—Vuelve a tratarme de usted y vas a arrepentirte —le advirtió. Niall rió por lo bajo.
—Voy a tenerlo en cuenta.
—Más te vale, Horan.

Se quedaron en silencio por varios segundos. Niall levantó la mano y secó las lágrimas que cubrían sus mejillas.

—¿Quiere… —sacudió la cabeza —quieres ir a montar?.

Ella lo miró emocionada.

—¿Me vas a acompañar?
—Si quieres.
—Si quiero —asintió contenta.
—Bien —sonrió él —Prepararé a los caballos entonces.

_______ observó como él sacaba a White de su cuadra y luego agarra a otro caballo color café. Ella frunció el ceño levemente.

—Niall —le habló.
—¿Si? —preguntó.
—No estarás pensando que voy a subir a White ¿o sí?.

Él la miró sobre su hombro y le dedicó una galante sonrisa. ________ sintió cosquillas en la panza.

—Es tu caballo, enana —dijo divertido. Ella sonrió —Obvio que vas a subirte a él. Además de que ya te dije que no tienes que tenerle miedo.
—¿Y cómo sabes que no va a hacerme daño? —quiso saber.

Niall les colocó las sillas a los animales.

—Yo mismo lo crié y enseñé todo lo que sabe.
—Así que… ¿debo confiar en tu enseñanza?
—Claro que si.

Terminó de acomodar todo y se giró a verla. Ella lo miró algo nerviosa.

—Creo que olvidé como montar, Niall.
—Tonterías —dijo él y se subió al caballo café —Ven aquí.

Lentamente ella se acercó hasta donde estaba él. Niall se inclinó un poco y sin el más mínimo esfuerzo la alzó y la colocó sobre White. El caballo protestó un poco y ella se agarró con firmeza del brazo de Niall. El castaño le habló al caballo y al instante este se quedó quieto. ________ lo miró sorprendida.

—¿Siempre es así de obediente? —quiso saber.
—Solo conmigo.

Niall le dio un leve golpecito a su caballo y este comenzó a galopar. _______ miró asombrada como se alejaba y salía del establo. Respiró profundamente y tomó las riendas de White. No era que ella había olvidado como hacerlo, no. Solo le faltaba un poco de práctica. Pateó el costado del caballo y este comenzó a andar a toda velocidad. _______ ahogó un gritito y la luz del sol le dio en el rostro cuando salió del establo. Divisó a Nial a unos cuantos metros, esperándola. El caballo se dirigió hasta él.
Ella lo detuvo cuando estuvo cerca. Niall la miró realmente divertido. _______ se aferró con firmeza y lo miró con seguridad.

—Te juego una carrera —le dijo. Él arqueó una ceja
—¿Una carrera? —inquirió.
—Si —sonrió ella —Hasta el viejo roble.
—¿Aún recuerdas donde queda? —dijo sorprendido.
—Claro que si, salvaje.
Él sonrió bobamente. _______ se acomodó mejor y lo miró. Niall también se acomodó.
—Nada de trampas, enana.
—Jamás hice trampa —aseguró.
—No lo sé, no lo sé.

Ella rió divertida.

—¿Listo? —él asintió —¡Ya!.

White comenzó a tomar ventaja. Sorprendido, el azulino, intentó alcanzarlos. Pero le fue imposible, ese caballo era salvaje.
Ella llegó y detuvo a su caballo. Se bajó y comenzó a festejar divertida. Volvió a abrazar al gran corcel blanco. Parecía ese caballo de los cuentos de hadas, que traían encima al príncipe azul.
—¡Ay que lindo eres, White! Gracias hermoso, gracias por dejarme ganarle —le dijo sin soltarlo.

Niall llegó hasta ellos y se detuvo.

—Tú sigue, White, sigue que voy a contarle a Estrella que le estas coqueteando a la hija del jefe.
________ se giró a verlo y sonrió divertida.
—¿Quién es Estrella? —le preguntó.
—Estrella es la novia de White —le contó

Ella se giro a ver al caballo.

—No puedo creer que mi caballo tengo una novia —le dijo divertida. El caballo pateo el suelo unas cuantas veces. Ambos rieron. Ella volvió a mirar a Niall —¡Te gane!.
—Eso fue trampa —dijo él.
—¿Trampa? Claro que no —dijo ella sin poder creerlo —Siempre haces lo mismo, eres un mal perdedor.
—¿Yo mal perdedor? Tú eres una tramposa —le dijo él.
—Ahora por eso recibirás tu castigo.

Él la miró bien y cautelosamente comenzó a caminar.
_______ se agachó y buscó lo que estaba buscando. Barro.
Se puso de pie y le arrojó lo que había tomado.
Niall no pudo evitar la maldad de la rubia y no llegó a salirse a tiempo de su camino. El frío barro cayó justo en su brazo derecho. Se miró a si mismo para luego dirigir su mirada a _______. Ella rió divertida y volvió a tomar barro. Se acercó a él y comenzó a pasarle barro por la cara.

—Creo que así, te verás muy bien —dijo divertida.

Cuando quitó sus manos de su rostro, Niall tomó un poco de barro de su cara e imitó su acción.
________ cerró los ojos al sentir el asqueroso y frío barro sobre su piel.
—Creo que así, te verás igual de linda que Estrella —le dijo y se alejó de ella para empezar a correr.

Ella abrió los ojos y lo encontró corriendo.

—¡Ven aquí, Niall! —le dijo fuerte y comenzó a seguirlo.

El azulino rió divertido al verla correr detrás de él. Detuvo sus pasos y la esperó de espalda.
______ corrió más rápido al verlo detenido. Cuando lo alcanzó se subió a su fuerte espalda.
Niall la sujetó con firmeza y comenzó a correr.

—¡Ya, Niall! ¡Bájame! —gritó divertida.
Él no le hizo caso, siguió corriendo. Hasta que a causa del cansancio se dejó caer con ella encima. Ambos rieron divertidos.
—Creo que ya no tenemos 12 y 13 para hacer esto —le dijo agitado.

Ella rió divertida e intentó ponerse de pie, pero sus manos resbalaron en el barro y cayó de lleno sobre él. Lo volvió a mirar a los ojos.
Niall pensó que iba a volverse loco y no podría detenerse si ella seguía mirándolo así. Había tantas cosas en aquella mirada. Su corazón se aceleró aun más
______ otra vez intentó ponerse de pie, y está vez si tuvo éxito. Le entregó una mano y lo ayudó a ponerse de pie. Niall se rascó la nuca, algo nervioso.

—Creo… creo que deberíamos volver.
—Si, también yo... —asintió ella.

Se subieron a sus respectivos caballos y cabalgaron en el más completo silencio hasta la estancia.

Capítulo 19: Recuerdos flotando en el aire.

Llegaron al establo y se bajaron de los caballos. _______ se miró a si misma y se aguantó la risa. Estaba tan embarrada que si Matt la veía iba a darle un infarto.

—Niall… —lo llamó. Él la miró y a ella le temblaron las piernas.
—¿Qué sucede? —quiso saber.
—¿Qué te parece si bañamos a los caballos? Los pobres quedaron tan sucios y todo por nuestra culpa.
—¿Tú bañar a los caballos? —dijo y comenzó a reír.

_________ abrió los ojos y la boca de la sorpresa a causa de su risa. Aquella risa viajó a través de ella en forma de escalofrío. Era totalmente injusto que el hombre le provocara tantas cosas. ¿Cómo era posible?.

—¿Qué? ¿Acaso no puedo? —le preguntó recuperando sus pensamientos.
—Se te estropearían las uñas —le dijo divertido.
—No me subestimes, Niall. No he perdido la maña de hacer las cosas —le dijo amenazante.

Él sonrió levemente ante su tono de amenaza. No, él no debía subestimarla. Ella no era una mujer a la que podía subestimar. Debía admitir que no era como todas las mujeres refinadas y estiradas de la cuidad.

—Tienes razón, lo siento —se disculpó. Ella se aguantó una sonrisa.
—No sé, no sé si voy a perdonarte. Por mí puedes comerte tus palabras. Y no voy a perdonarte.
—Tú sabes que si lo harás, enana —sonrió Niall —Jamás fuiste muy buena enojándote conmigo. Te durará apenas unos segundos.
—Ya te demostraré que vas a comerte tus palabras.
—Ya lo veremos.

Niall se alejó un poco de ella para buscar las dos mangueras y bañar a los caballos. Se sentía extrañamente feliz. Se sentía emocionado. Estar con ________ lo hacía olvidarse de todo y de todos. Encontró las cosas y luego le tendió una manguera a __________.

—¿Sabes? —comenzó a hablar ella —Vivir en Londres jamás fue tan lindo como vivir aquí.
—Yo jamás me iría de Estados Unidos, ni mucho menos de este campo. Así que te creo cuando dices que jamás fue tan lindo.

Ella rió por lo bajo. Sabía que él le diría algo así. Niall amaba aquel lugar.

_________ desenroscó la manguera y se acercó a White.

—¿Listo para asearte, bonito? —le preguntó al caballo. White le contestó.
—El que limpia primero al caballo, gana —dijo él.

Ella sonrió y asintió levemente. El juego comenzó. Aquel instinto de competencia estaba dentro de ella de una manera asombrosa. Le gustaba competir con Niall. Era algo total y completamente sano.
_________ rió divertida cuando White sacudió su cuerpo, provocando que ella se mojara. ¡Hacía cuanto que no hacía nada de esto!.
Niall vio como ella iba tomando ventaja en eso. No pensó que sería tan rápida, y de alguna manera quería ganarle. No sabía o entendía bien por qué. Pero tenía que hacerlo.
Así que decidió tomar ventaja. Sin que _________ se diera cuenta, él quitó la manguera del caballo y la apuntó.
________ pegó un pequeño grito al sentir la fría agua sobre ella.
Niall comenzó a reír con fuerza, todo esto era tan divertido.

—¡Eres un tramposo! —le reprochó ella.
—No lo creo, señorita cuidad —le dijo él sin dejar de reír.

Ella tomó su manguera y lo mojó. Él la miró sin poder creerlo, y la volvió a mojar. Ambos reían. Parecían dos niños pequeños jugando con el agua y saltando y corriendo.

—Ya, ya me rindo —dijo ella agitada de tanto correr y saltar.
—Si, yo también —le dijo él mientras se sentaba en un banco. ________ lo miró divertida y negó con la cabeza —¿Qué sucede?.
—Nada, solo recuerdo cosas.
—¿Qué cosas? —le preguntó mientras veía como ella se sentaba a su lado. Su piel se erizó y no fue a causa de que estaba mojado. Su corazón bombeó más sangre de la normal al sentirla tan cerca. Ella lo miró fijo a los ojos.
—Recuerdos que tengo de todo esto… recuerdos de ti, recuerdos de nosotros.

Niall no pudo evitarlo y levantó una de sus manos para secar una pequeña gota de agua que pendía de la comisura derecha de sus labios.

________ se congeló. Cada célula de su cuerpo fue conciente de aquel gesto tan… simple.
La respiración se le atoró en la garganta. Quiso levantarse y salir corriendo de aquella extraña sensación. Pero no consiguió moverse.
Niall quitó al fin la pequeña y molesta gota, pero no fue capaz de dejar de acariciarla. Llevó su mano hasta su mejilla, y como lo había hecho la primera vez que la volvió a ver, la acarició.
Ella suspiró. Debería sentirse completamente alarmada por aquello, pero no lo hacía. Es más, ella quería quedarse así. Ambos se sobresaltaron ante el repentino sonido de algo rompiéndose. Giraron la cabeza para ver como White se paraba entre sus patas traseras y luego salía hecho una fiera de la caballeriza. Niall se puso rápidamente de pie.

Capítulo 20: Una estúpida interrupción.

Ambos se sobresaltaron ante el repentino sonido de algo rompiéndose. Giraron la cabeza para ver como White se paraba entre sus patas traseras y luego salía hecho una fiera de la caballeriza. Niall se puso rápidamente de pie.

—¡White! —lo llamó en un grito y salió rápidamente para ver hacia donde se dirigía.

_______ lo siguió. Aun estaba algo tonta por lo que había pasado.
—¿Qué sucede? —le preguntó confundida.

Niall seguía mirando el camino del caballo. No podía dejarlo, tenía que ir tras él.

—Algo no… —la miró y no pudo decirle nada. Ella estaba tan cerca. _______ fue conciente y se alejó rápidamente.

—Lo siento —dijo apresurada. Niall sacudió la cabeza.
—Va a ser mejor que vuelvas a la casa. voy a ir a buscar a White…

Entró de nuevo al establo, ella detrás de él. Niall se acercó a un nuevo caballo y lo montón sin ningún problema.

—Pero, Niall, estás todo mojado —dijo preocupada.

Él le dedicó una pequeña sonrisa.

—No te preocupes, enana —la calmó —Casi siempre vivo así.

Sin decir más nada salió galopando en el caballo. _______ se quedó parada observando el lugar por el que él había salido. No era posible que él hombre se viera tan bien mojado, sudado, lleno de barro y olor a caballo. Pero lo hacía.
Una suave brisa sopló dentro del establo haciéndola temblar. Decidió hacerle caso a Niall y volvió a la casa.
Cuando ingresó el reconfortante calor hogareño la hizo cerrar los ojos. Lo que ella necesitaba ahora era un buen baño de espuma y dormir un poco.
Pero a decir verdad no iba a poder hacerlo. No hasta que Niall volviera y ella lo viera sano y salvo. Subió hasta su habitación, entró al baño y abrió la puertita en donde estaba el espejo para sacar las sales de baño. Cuando la cerró dio un respingo ante el repentino reflejo de Matt detrás de ella.

—¡Matt, me asustaste! —lo retó.

El rubio sonrió pícaramente. Ella ya conocía esa sonrisa.

—¿Dónde estabas? —preguntó.
—Mmm… yo estaba…
—¿Por qué estás toda mojada?.
—Bañé a los caballos y tan torpe como soy, ya sabes, me terminé bañando yo.
—¿Se puede saber que estabas haciendo con el papitaso de telenovela?.
—Nada, yo no estaba haciendo nada —dijo nerviosa.

De repente recordó la manera en la que él la había acariciado en el establo. Había sido tan tierno, tan delicado.

—Pero por favor, querida —dijo como si estuviera ofendido. Se acercó a la bañera y prendió el agua mientras le quitaba a _______ las sales de las manos —¿Cuándo vas a entender que no puedes ocultarme nada? Soy como tu gemelo, sé todo lo que te sucede, siento tus emociones.
—Wow, eso me asusta —dijo ella.
—Lo que pasa es que tú te estabas haciendo la Heidy en versión moderna y en rubia. Te vi, Sweetness. Te vi yéndote con el bombón campestre hacia el bosque ¿Qué hicieron?.
—No hicimos nada de lo que estás pensando —aseguró ella.

Matt soltó una divertida carcajada.

—Yo no pensé nada. La que esta pensado eso eres tú.

_______ lo miró con los ojos entrecerrados.

—Solo me acompañó a montar, ¿contento?.
—Mucho —sonrió.
—Matt…
—¿Qué? —inquirió.
—A ti… ¿te gusta Niall?.
—¿Si me gusta Niall? —dijo confundido —Claro que sí linda, ¿a quién no?.

Capítulo 21: Pequeñas sorpresas.

Niall casi perdió de vista a White, pero logró alcanzarlo. El caballo blanco parecía algo alterado y nervioso. El castaño empezó a reconocer a donde se dirigía el animal. Estaba yendo hacia le estancia de los Montoya, lugar en donde estaba Estrella. Aquella yegua negra lo era todo para White. Era extraño, para ser animales entendían muy bien la palabra amor.
White dobló detrás del viejo establo de los Montoya y Niall lo siguió. Se detuvo al ver aquella escena. Estrella estaba acostada en el suelo y Carl estaba arrodillado delante de ella. white se acercó a ella y bajó la cabeza para tocarla con su hocico.

—¿Qué sucede, Carl? —le preguntó al viejo peón de aquella estancia. El hombre se giró a verlo y le dedico una pequeña sonrisa.
—Estrella está por parir —le contó.

Los ojos de Niall se abrieron por la sorpresa. Así que eso era… White iba a ser papá. Se bajó con cuidado del caballo y se acercó hasta donde estaban. Estrella se veía algo cansada y White estaba muy cerca de ella.

—¿Por qué no me dijiste que estaba premiada? —le preguntó.
—Queríamos que fuera sorpresa, ¿verdad, White?.

El caballo blanco relinchó. Niall se acercó aun más. La yegua parecía estar muy cansada, y Carl se encargaba de limpiar la sangre y todo lo que ella estaba perdiendo.
Y de repente todo fue rápido, Estrella hizo un raro sonido y dos segundos más tarde el pequeño potrillo estaba fuera. Niall lo miró encantado. Era tan pequeño y se veía completamente vulnerable. El pequeño comenzó a ponerse de pie, mientras Estrella se incorporaba rápidamente y se acercaba a él para olerlo. White también se acercó. Y una tonta sonrisa se dibujó en el rostro del azulino.
El pequeño potrillo era igual de blanco que White, asombroso y muy pequeño. Pero entonces vio aquella pequeña mancha color negro alrededor de su ojo derecho. Rió levemente. Carl se puso de pie y se secó la frente.

—Pfff, ha sido difícil —le dijo a Niall .
—Ya lo creo —sonrió el azulino.
—¿Te parece si los dejamos solos? —preguntó el anciano.
—Si, necesitan su espacio.

Se alejaron de la nueva familia para llegar hasta la parte delantera de la caballeriza de los Montoya. Niall miró extrañado hacia la casa de estos ya que unos cuantos gritos llegaron a sus oídos. Y entonces los vio, Alejandro y Federico caminaban a grandes zancadas hacia un par de caballos. Mientras que Robert Montoya los seguía a paso decidido.

—¿Qué habrá pasado? —inquirió Niall .
—Greta —murmuró Carl. Niall se giró a verlo rápidamente.
—Greta, ¿Qué?.
—Seguramente escapó… otra vez.
—Mierda —musitó él y corrió hacia su caballo.

Seguramente la pequeña Greta había ido a buscar a Alex. Y si eso era así y ellos tres los encontraban juntos iba a haber muchos problemas.

_______ salió contenta de su habitación. Se sentía sumamente feliz, renovada. Y eso que apenas habían pasado unas cuantas horas desde que había llegado. Bajó las escaleras y vio que Matt también salía de su cuarto.

—¿A dónde vas? —le preguntó el rubio.
—A caminar —contestó ella con una sonrisa —¿Me acompañas?.
—Mmm… no lo sé.
—Vamos, Mattie. Desde que llegaste no has salido a ningún lado. Tienes que conocer un montón de lugares.
—Es que no lo sé, Sweet_______ —dijo por lo bajo —Deben haber tantos bichos por ahí.
—¿Sabes que más hay? —preguntó mientras meneaba las cejas.
—¿Qué?.
—Peones —respondió con una media sonrisa —Muchos sudados, acalorados, musculosos y bronceados peones para ti.
—Oh my god —dijo él y se abanicó con una mano —Eres una manipuladora horrible. Pero si que sabes convencer a la gente.

Ella rió y juntos bajaron las escaleras para salir de la casa. Pero entonces _______ divisó a Alex. Frunció el ceño.

—¿A dónde vas? —le preguntó ella sobresaltándolo.

Alex giró algo asustado y maldijo por lo bajo ante el punzante dolor en su brazo herido. Se las arregló para pararse derecho y disimular. Pero _______ no era tonta y pudo notarlo.

—Yo… no iba a ningún lado —le respondió.
—Deberías estar en cama Alex. Tu tía va a enojarse mucho si alguien llega a contarle que no estás en la cama.
—No —murmuró él —No le digas nada, por favor.
—Entonces vuelve a tu cuarto.

El rubio dirigió sus pasos hacia la puerta de salida. _______ se acomodó la garganta.
Alex resopló y dio media vuelta para entrar en la cocina.

—Seguramente iba a ir a buscar a la hija de Montoya —dijo ella.
—Aaaw, eso es tan romántico.
—No, es suicidio. Está herido, casi lo matan. Debe ser más prudente.
—Si, tienes razón… Pero aun así sigue siendo romántico.

_______ miró divertida a su amigo y luego tomó su mano para dirigirse hacia el mundo exterior.
El sol del atardecer era una suave caricia para el verde pasto que se presentaba ante sus ojos. Todo se veía calmo y pacifico. Varios hombres estaban trabajando por allí.
_______ comenzó a caminar hacia lo que ella recordaba era el viejo gallinero. Sería divertido ir a juntar un par de huevos con Matt para el desayuno. Más divertido sería ver como Mattie insultaba a las gallinas porque están iban a picotearlo.
Caminaron hablando sobre cosas tontas mientras se empujaban y hacían chistes malos. Pero muy malos. Llegaron. _______ se giró a verlo.

—¿Listo para juntar huevos, Mattie? – le preguntó. Él puso su mejor cara de asco.
—No lo sé, _______. Tu cara me dice:'' Vas a sufrir mucho Matt Donovan. Por haberme robado mi novio en primer año''.

_______ soltó una estrepitosa carcajada.

—Eres un tonto.

Ingresaron. Los cacareos no eran tantos. Solo un par que estaban riñendo por ahí eran las rebeldes. _______ sonrió. Matt puso cara de asco.

—_______, esto es asqueroso.
—Oh, vamos… no es tan malo.

Se acercó a una de las gallinas y revisó si había algo debajo de ella. Se sorprendió de no encontrar nada. Era raro. Ella recordaba que casi siempre a esa hora era que pasaban a recolectar los huevos. Quizás alguien les había ganado de mano.
Algo se cayó del otro lado del gallinero. Matt se acercó rápidamente a _______ y se escondió detrás de ella como animal asustado. Ella miró en la dirección del sonido.

—_______, tengo miedo.
—Shh —lo calló ella —No pasa nada.

Se alejó de él y comenzó a acercarse hacia la parte trasera. Estaba segura de que había alguien ahí. Su corazón latió rápido. Sintió algo de miedo.

—Ten cuidado —murmuro su amigo.

Ella asintió. Y entonces alguien se asomó. _______ dejó de caminar para mirarla bien. Ella también la miró fijo.

Capítulo 22: Encubriendo de cierta forma al enemigo.

—Ten cuidado —murmuro su amigo.
Ella asintió. Y entonces alguien se asomó. _______ dejó de caminar para mirarla bien. Ella también la miró fijo.
—No eres Alex —dijo la chica.
—No, soy _______ —dijo ella.
—Oh, lo siento. Yo… no debería estar aquí —se disculpó y se dispuso a irse.
—¡Espera! —la detuvo la morena —¿Tú eres Greta?
La castaña asintió tímidamente. Matt se acercó a _______ y le sonrió a la muchacha.
—Así que tú eres la famosa Greta por la que el lindo rubiecito está herido y postrado en la cama.
—¡Matt! —lo retó _______. Greta se sonrojó.
—Lo siento —se disculpó —Yo no quise que eso pasara.

Greta desapareció de allí. _______ miró mal a Matt y salió detrás de la chica para pedirle disculpas por su amigo. La divisó caminando hacia la parte delantera del gallinero.

—¡Oye, Greta! —la llamó. La castaña no se detuvo. Pero entonces _______ aceleró el paso y la alcanzó —Espera, espera —Greta se giró a verla —Disculpa a mi amigo, es algo… tonto.
—No pasa nada —murmuró ella.

Entonces escucharon los galopes de varios caballos. Las dos miraron hacia la casa. y allí estaban ellos. A Greta se le detuvo el corazón. Allí estaban su padre y sus hermanos, buscándola.

—Oh, oh... hay problemas —dijo _______.

Niall llegó justo cuando vio que Robert Montoya intentaba entrar a la casa de los Hoffman a la fuerza. Greg y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Federico, el hijo mayor de Robert, se giró a verlo. Sonrió con malicia.

—Pero miren a quien tenemos aquí —dijo con sarcasmo—Al peón jefe.
—Cállate, Federico —dijo Robert —No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, Hoffman.
—Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.
—Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?
—Porque usted no es bienvenido aquí —habló Gloria apuradamente —No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.
—Ya dije que fue un error.
—Si, haber fallado —murmuró Alejandro. Robert lo miró mal.

Niall se acercó hasta dónde estaba su madre y Greg, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Montoya.

—Creo que el señor Hoffman fue claro, señor Montoya. Su hija no está aquí.

Robert se acercó otro paso a él, desafiándolo. Niall ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Federico y Alejandro sacaron sus armas.

—Van a dejarme pasar —aseguró Robert.
—No —sentenció el castaño. Sintió la mano de su madre apretarlo con fuerza por detrás.
—Esto es demasiado, Montoya —dijo Greg algo nervioso —No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.
—Entonces déjenme pasar.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó una voz femenina.

Todos los ojos giraron a verla. _______ estaba parada con una mueca preocupada, y a su lado estaban Greta y Matt, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Niall y sus hijos guardaron sus armas.

—¿_______? —preguntó Federico. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.
—Federico —le dijo distante y volvió la vista a Niall —Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?.

Robert dio unos pasos hasta Greta y justo cuando iba a tomarla del brazo, _______ se puso en su camino. El azulino se tensó.

—Greta, ven aquí —le dijo. Ella ni se movió.
—Espere, espere, espere —dijo la rubia. —Necesito saber que sucede.
—Ellos vinieron a buscar a Greta porque creyeron que estaba con Alex. - Contestó Niall.

_______ y Matt soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.

—¿Con Alex? —dijo el rubio —Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.
—Y Greta ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos —dijo _______ mientras le mostraba una de las canastas.

Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a Greg.

—Lo siento, Hoffman.
—Está bien —dijo Greg.
—Nos vamos, muchachos —les dijo a sus hijos —Greta.
La chica le entregó la canasta a _______ con una pequeña sonrisa en los labios.
—Muchas gracias —murmuró.
—De nada —sonrió ella.

Greta se acercó a su padre. Luego de unos cuantos segundos todos vieron como ellos se alejaban. _______ y Matt suspiraron aliviados, habían logrado convencer al ogro. Chocaron sus manos y luego hicieron el baile que habían sacado de juego de gemelas.
Niall los miró divertido, al igual que Greg y Gloria.

—En realidad no estuvieron todo el tiempo con ella, ¿cierto? —preguntó Greg.
—No —dijeron los dos al unísono.
—Estaba por ver a Alex, ¿verdad? —preguntó Gloria.
—Si —volvieron a decir como loritos.
—Vamos a tener que ponerle verdaderamente los límites a ese jovencito —dijo la madre de Niall —Pero ya, entremos que el sol ya no está y la noche se pone algo fresca.

Todos asintieron. Pero _______ y Niall se quedaron parados en sus lugares, mientras que el resto ingresaba a la casa. La pequeña chica le sonrió levemente, él también lo hizo. Parecían dos tontos.


Capítulo 23: Apolo.

Todos asintieron. Pero _______ y Niall se quedaron parados en sus lugares, mientras que el resto ingresaba a la casa. La morena le sonrió levemente, él también lo hizo. Parecían dos tontos.

—¿Qué pasó con White? —preguntó ella luego de unos segundos.
—¿Quieres ir a ver? —dijo él.
—Si —asintió emocionada.
—Bien, vamos.

Se acercó a ella y tomó su mano para conducirla hasta su caballo. Se subió el primero y luego la subió delante de él. _______ se puso algo nerviosa. Estaban demasiado cerca el uno del otro. Su corazón comenzó a palpitar con más fuerza.
Niall tenía aún el pelo húmedo por su tonto juego en las caballerizas, pero su ropa estaba seca. _______ se percató de que él se tensaba. ¿Sería por el mismo motivo que ella? Sin importar cuanto quisiera mirarlo a la cara, mantuvo la vista al frente.
Niall comenzó a andar. El suave viento de la noche les golpeó el rostro. Y no se dijeron nada en todo el camino, era como si no pudieran hablarse. El galope del caballo comenzó a disminuir. _______ vio que entraban como a un viejo establo. Niall giró a la derecha y se detuvo. La bajó a ella y luego se bajó él.

—¿En dónde estamos? —preguntó ella.
—Ya verás —dijo él.

La volvió a tomar de la mano. Un tonto cosquilleó se formó en el estomago de ella. Era tan lindo que él la tomara de la mano como cuando eran niños. Era para darle seguridad. Caminaron entre la oscuridad hasta detenerse en la nada. _______ frunció el ceño y de repente Niall la soltó. Sintió miedo.

—¿Niall? —lo llamó.
—Espérame un segundo que voy a buscar un poco de luz.

Ella solo asintió, aunque sabía que él no podía verla. Los segundos comenzaron a pasar lentamente para _______. Ella podía escuchar perfectamente a Niall buscando algo, pero estaba nerviosa. Quería que él volviera a tomar su mano.
Entonces una luz se prendió. Ella entrecerró un poco los ojos, para poder mirar bien. Y allí estaba su caballo blanco, parado al lado de una yegua de color negro.

—¿White? —lo llamó. El caballo la miró y relinchó un poquito.

Niall volvió a acercarse a ella y se puso a su lado, mirando a la linda pareja frente a ellos.

—Espera a ver lo que hay entre ellos —le dijo por lo bajo. Ella frunció un poco el ceño y de repente algo pequeño y blanco salió debajo de la yegua. Los ojos de _______ se abrieron bien a causa de la sorpresa.

—Me muero —musitó anonadada.
—Si, eres abuela —dijo Niall sonriendo.

El pequeño potrillo caminó unos pasos torpes hacia ellos, pero luego volvió hacia atrás. _______ lo miró realmente enternecida. Era la cosa más bonita que ella había visto en su vida. Tenía hasta los ojos claros de White, pero la diferencia la hacía la mancha color negro en su ojo derecho.

—Es tan hermoso —dijo ella emocionada.
—Si —murmuró Niall —Cómo tú…

_______ siguió con la mirada fija en el potrillo, pero había escuchado perfectamente esas palabras. Aunque estaba segura de que él no había querido decirlas en voz alta, ya que apenas las había susurrado.
Lo miró de reojo, él miraba fijamente al frente, y ella pudo distinguir un pequeño sonrojo en su rostro. Se aguantó las ganas de reír.

—¿Cómo se llama? —preguntó para cambiar de tema. Niall se acomodó la garganta.
—No lo sé… no le puse ningún nombre ¿Cómo quieres llamarlo? —le dijo.
—No soy buena para los nombres. Le puse White a mi caballo blanco, es un poco obvio que es blanco, ¿verdad?.

Niall rió por lo bajo y la miró. Sus miradas conectaron. Y sus rostros de diversión desaparecieron, para pasar a rostros de concentración. Más bien a rostros de tontos. Lo único que haría que dejaran de mirarse así sería que Matt o alguien los viniera a buscar, interrumpir o lo que fuera.
Niall quiso que eso pasara. Porque por alguna estúpida razón quería acercarse más a ella, juntar sus frentes y luego sus labios.

—Que se llame Apolo —dijo Niall precipitadamente. Tenía que pensar en otra cosa.
—Si, estoy muy de acuerdo —asintió ella, también tenía que pensar en otra cosa que no fuera agarrar y besarlo.

Capítulo 24: Un impulso..otra vez.

Volvieron hablando animadamente. Por alguna extraña razón preferían hablar hasta del color de un sapo antes que quedarse callados. Se detuvieron frente a la casa. Niall la bajó con cuidado y luego se bajó él. __________ se giró a verlo.

—Muchas gracias por el paseo —le sonrió.
—No es nada. -dijo el rubio.

Ella se acercó a la puerta para ingresar a la casa, y se detuvo al ver que Niall no la seguía para entrar.

—¿Qué pasa? —le preguntó.
—Los peones no entramos por la puerta principal —dijo él. Ella lo miró bien.
—¿Por qué? —quiso saber.
—Porque somos empleados y entramos por la cocina.

Ella lo miró espantada. Eso era horrible.

—No quiero que vuelvas a decir eso —le dijo —Ustedes no son ladrones para entrar por atrás.
—Pero…
—Pero nada, Niall. Es una orden.

Él sonrió por lo bajo. Ella siempre había sido así de justa. Para ella todos eran iguales y nadie era mejor que nadie. Soltó un suspiro.

—Está bien, entremos.

Ingresaron y casi toda la casa estaba en un completo silencio.

—¿Dónde estarán todos? —preguntó la rubia.
—¿Durmiendo? —inquirió Niall. Ella sonrió.
—Debe ser eso —asintió —¿Vamos a tomar un té?.
—Mmm, no lo sé…
—Vamos, Salvaje, solo un té. Por los viejos tiempos.

Ella le había puesto su mejor cara de perrito mojado, y eso lo estaba matando lentamente. Trato de calmar a su acelerado corazón.

—Bueno, vamos.

______ dio un par de saltitos contenta y en un impulso se acercó a él para abrazarlo. Niall, algo asombrado, la envolvió. Y se quedaron así, abrazados y sintiéndose muy tontos. Luego de unos cuantos segundos ella se alejó algo avergonzada.

—Lo siento —se disculpó.
—No tienes por qué —aseguró el azulino.

Entraron a la cocina y ______ se dirigió a las hornallas, mientras que Niall tomaba asiento cerca de la mesada. Se quedó observándola. ¿Podía ser más hermosa? Seguramente si. Entonces a su mente vino la charla que ella había tenido en la tarde con ese tal… Ashton. ¿Debería preguntarle? Un nudo se le formó en medio del estomago. No podía tolerar la idea de ______ con otro hombre. Le daba rabia la idea.

—Oye, te gané una carrera, y el lavado de los caballos —comentó ella mientras buscaba té en una de las cajoneras de la cocina —¿No crees que me debes algo por eso? —indagó y lo miró sobre su hombro con una sonrisita de autosuficiencia.

Niall sonrió divertido y luego alzó una de sus espesas cejas. Ella se ruborizó y volteó, para seguir buscando el té.

—Y ¿se puede saber que es lo que te debo? —inquirió.

Saltó de la mesada sigilosamente y se posicionó detrás de ella. Cuando ______ al fin dio con el té, volteó y se sobresaltó al encontrar el gran cuerpo de Niall frente a ella. Abrió la boca, aunque incapaz de emitir palabra. Él se acercó un poco más.
Por dios, ¡¿qué había entendido?! O, ¿¡qué había insinuado ella!? Se ruborizó de sobremanera, y la respiración se le agitó al sentir como Niall se acercaba lentamente a ella.
Él no podía dejar de mirarla a los ojos, esos ojos profundos de color chocolate que siempre lo habían cautivado. Pero, inevitablemente, su celeste mirada bajó hasta los labios de la morena. Esos carnosos labios que había probado por primera vez cuando tenía 13 años. Y que quería volver a probarlos, justo ahora.
Ella no pudo moverse de su lugar, simplemente parecía que sus pies estaban pegados al suelo. Su respiración era algo irregular, y sentía como su corazón latía fuerte. Tenerlo así de cerca era de unas las cosas más… maravillosas que le habían pasado en los últimos tiempos.
Niall no podía detener la leve inclinación que estaba haciendo su rostro hacia el de ella, simplemente no podía. Él tenía que besarla, sacarse la duda, volver a sentirla.
Y justo, justo cuando estaba a muy pocos segundos de volver a hacerlo el agua comenzó a silbar y el vapor comenzó a salir, avisando que ya había hervido.
______ volteó con rapidez, rompiendo el encanto, y él se quedó allí, quieto, con ganas de besarla.
Se alejó, algo incómodo, y volvió a sentarse.
Ella vertió el agua en la taza azul, y ese fue el único sonido que llenó la habitación. ¿Cómo se suponía que iría a mirarlo ahora? Aquello había sido más que extraño.
Niall se rascó la nuca, nervioso. Se maldijo unas tres mil veces mentalmente. Él no debió acercarse así a ella, no. Pero el sentimiento era más fuerte que él.
Capítulo 25: Ella.
Iba a decirle algo pero la puerta trasera se abrió de golpe, dejándole el paso a una mujer de pelo color castaño oscuro y tez clara. Sus ojos verdosos decían casi todo de ella: Soberbia.
Casi corrió hasta Niall, quién apenas se había dado cuenta de que ya había ingresado, y le echó los brazos al cuello, para luego besarlo en la boca, demasiado acelerada.
Los ojos de ______ se abrieron como platos y su mandíbula tocó el suelo. Una repentina furia comenzó a crecer dentro de ella. Apartó la vista, repentinamente asaltada por una ola de furiosos celos.
Las ganas que tenía de arrojarle la taza con agua hirviendo encima eran enormes. Apretó el mango de la taza con más fuerza de la habitual, y justo cuando volteó, Niall intentaba apartarse a la chica de encima. Casi sonrió, pero se mordió los labios.
Al parecer la mujercita no tenía muchas intenciones de dejarlo en paz y ______ se sentía demasiado molesta como pensar con claridad y decirle algo.

—Evie, Evie… ¿Qué haces? —murmuró él entre dientes.
—Estoy totalmente indignada contigo, Niall ¿Por qué no me devuelves las llamadas que te hago?. —le preguntó ella, ignorándolo. ______ puso los ojos en blanco.

Niall suspiró, parecía un poco harto.

—¿Cuántas veces te dije que no puedes entrar aquí de esa manera, Evangelina?. -dijo el furioso.

Ella se encogió de hombros.

—No lo sé —contestó y se acercó para besarlo, pero Niall corrió la cara. Se percató de que ______ seguía allí. Apartó a Evie, y la miró severamente.
—No estamos solos —le susurró, y entonces ella miró a la morena.

Alzó ambas cejas para mirarla de arriba a bajo. ______ sintió como su mandíbula se tensaba y otra vez su mano apretaba con un poco de fuerza la taza.

—Señorita, ella es Evie —la presentó Niall.
—La novia —puntualizó ella. ______ asintió y fingió una sonrisa.
—Ella es la señorita ______, Evie, la hija del señor Greg —le contó.
—Oh, ¿enserio? —dijo algo asombrada —No sabía que él señor Hudgens tenía una hija. Nunca me la mencionaste, mi amor —le habló a él.

______ miró fijo al azulino. Él le devolvió la mirada. Ella apretó los labios y asintió con la cabeza. Así que nunca se la había mencionado.
Matt entró de repente a la cocina, salvándola. Miró a cada uno alternadamente, reparando en la presencia de Evie. Pudo percibir la tensión del ambiente.

—¿Sucede algo? —habló él. ______ lo miró y sonrió con ironía.
—No —musitó ella con rabia.
—Matt, ella es Evie —le dijo Niall.
—La novia —aclaró ______ con tono sarcástico. Matt le sonrió a la chica, pero su mirada pronto volvió a su amiga.

______ miró una vez más a Niall y negó levemente con la cabeza para luego tomar su taza con firmeza, y sin decir nada abandonar la cocina. Niall la siguió con la mirada.

—Un placer conocerte Evangelina, lindo color de pelo —le dijo Matt y volvió a desaparecer por la puerta.

Niall se volvió hacia Evie y la miró enojado.

—Que rara la hija del señor Hudgens —dijo ella no percatándose del enojo de su novio.
—Evangelina, te lo he dicho miles de veces, por favor. No lo hagas más, ¿entendiste? —dijo enojado.
—Si, mi amor pero… no me llamas y te extraño —dijo ella haciendo un leve puchero.
—Creo que sabes que trabajo todo el día y si no te llamo es porque no tengo tiempo —dijo con tono molesto aun. Se sentía ridículamente extraño. ______ se había ido de una manera un poco rara, parecía enojada.
—Si, pero… pero…
—Pero nada Evie, ahora la casa no esta sola. Los patrones están aquí y tienen invitados… Así que de verdad voy a pedirte que vayas a tu casa. Te llevo si quieres… pero es tarde, así que vamos —le dijo.

Ella asintió y Niall se bajó de la mesada, alejándose. Salió de la cocina y Evie se quedó allí, enojada. Dio una patada al suelo, enfurecida, y gruñó. Odiaba no encontrarlo de buen humor. Miró una vez más la puerta por la que se había ido la tal ______, y entrecerró los ojos. Algo le decía que esa ‘estiradita’ le traería varios problemas. Salió de allí, yendo detrás de Niall. Por lo menos pasaría unos cuantos minutos con él, hasta que llegaran a su casa…
Niall entró a su habitación y se tiró pesadamente en su cama, colocando sus brazos detrás de su cabeza. Su mente no dejaba de pensar ni un solo segundo. Acababa de llegar de la casa de Evie, la había dejado en la puerta… y había tardado un poco más de lo previsto ya que ella intentaba convencerlo para que se quedara.
Maldita sea, él era un mal novio...
Se había olvidado por completo de la existencia de Evie desde que ______ había llegado a la estancia. Y se sentía mal por ello, Evangelina era su novia, su compañera. Desde los 19 años estaban juntos, y nunca, nunca le había pasado algo como eso.
Y por otro lado estaba ella, ______… la niña de la que él había estado completa y perdidamente enamorado cuando apenas era un preadolescente.
La chica que pensó que jamás volvería a ver en su vida… había vuelto y había traído con ella una caja de recuerdos que lo estaban torturando.
Lo que estuvo a punto de hacer en la cocina, lo desconcertó. Él iba a besarla, si el agua no hubiese silbado el la habría besado. Eso era una locura, una total y completa locura. ______ era la hija del jefe, de su jefe. Y por ende él tenía que respetarla y mantener sus sentimientos lo más controlados posible. Pero el impulso que lo recorrió había sido mayor que cualquier autocontrol en el mundo entero. Se sintió preso de un sentimiento que nunca había sentido. Tuvo la sensación de que un caballo salvaje galopaba en su pecho, en vez de su corazón.
Y al verla de cerca, sentirla así de cerca, el calor de su aliento había rozado sutilmente su mentón. Eso había sido suficiente para enloquecerlo.
Escuchó que la puerta de su cuarto se abría y su madre entraba por ella. Gloria lo miró y con cuidado se acercó a él, para recostarse a su lado como lo hacía siempre, cuando veía que a su hijo algo lo perturbaba.

Capítulo 26: Confusión.

—¿Quieres contarme? —le preguntó ella.

Él la miró de costado y luego soltó un largo suspiro.

—¿Puedes dejar de amar a alguien de repente? —le preguntó.
—Quizás sea porque nunca la amaste de verdad —le respondió su madre —¿Ya no amas a Evie?
—No… no lo sé, mamá.
—¿Es por la niña ______? —inquirió. Él volvió a mirarla.
—¿Qué? —aquello lo tomó por sorpresa —Pff, ¿Qué cosas dices, Gloria? Claro que no.
—Siempre lo supe —dijo su madre con una leve sonrisa.
—¿Qué cosa? —preguntó confundido.
—Siempre supe que estabas enamorado de ella cuando eras un niño. No hacías otra cosa que hablar de ella. Estabas pendiente de todo lo que hacía, de lo que le dolía, lo que la hacía feliz. Cuando ella se enfermaba dormías parado en la puerta de su habitación por si ella necesitaba algo… Aaay, Niall —suspiró —Y ahora que volvió, volvió a traerte aquel sentimiento que perdiste el día en que se fue.
—Pero era un niño mamá…
—¿Y ahora lo eres? —dijo ella mirándolo. Niall no dijo nada —Ya no eres un niño, ahora eres un hombre. Y ese sentimiento puro y hermoso que sentías por ella aún esta… pero tal vez ahora que eres un hombre ya no solo este el sentimiento puro…
—Mamá —dijo reprimiendo un sonrisa —No creo que sea correcto que sigamos hablando de este asunto.

Gloria rió por lo bajo y se puso de pie, para luego inclinarse y besar la frente de su hijo. Le acarició el rostro, y lo miró de manera tierna.

—No seas tonto, no cometas el mismo error que yo —le aconsejó.

Él frunció el ceño y la miró bien.

—¿De que error hablas? —le preguntó.
—No importa eso ya —le dijo dulce —Solo voy a decirte que sigas a tu corazón. Quizás cuando te des cuenta sea demasiado tarde… —comenzó a caminar hacia la puerta y se giró a verlo —Mamá sabe lo que dice.

______ se acostó pesadamente en su cama luego de haber salido de la ducha. Matt se acostó a su lado en el más completo silencio. Ella se veía enojada, molesta, enojada de nuevo. Y desde que habían salido de la cocina no le había dicho ni una sola palabra.

—¿Vas a decirme que te sucede, darling? —inquirió.
—No me pasa nada —musitó ella.

En realidad ni ella misma sabía que le pasaba. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de golpear a alguien… a alguien llamada Evie. Sacudió la cabeza. Eso era completamente absurdo.

—Es porque el Bombón Campestre tiene novia, ¿cierto? —preguntó con suma delicadeza. No quería alterar la delicada línea de paz de ______.
—¡Ppffff! —escupió ella —¡Já! ¿Por qué debería estar así por eso?.

Matt no pudo aguantarse la risa, pero trató. Había tanto sarcasmo en las palabras de su mejor amiga.

—No lo sé —prosiguió él —Quizás estás un poquitín celosa.
—¿Celosa? —inquirió y se echó a reír —Ay, Mattie, no estoy celosa de esa… de esa campesina desubicada.
—¿Campesina desubicada? —inquirió divertido —¿Desde cuando utilizas la palabra CAMPESINA para insultar a alguien?
—Bueno —ella se sonrojó un poco —En realidad no quise decir eso… pero si lo de desubicada.
¿Quién se cree que es para entrar así a mi casa?.
—¿La novia del cuidador de este campo y casa? —inquirió con algo de duda. Ella lo miró molesta.
—Eso no le da derecho a entrar como si estuviera pancha por su casa.
—Es una muchacha bonita.
—Seeee, claro —murmuró entre dientes —Se nota a leguas que es teñida…
—¿Y? —quiso saber él.
—¡Y nada, Matt, nada! —chilló molesta y escondió el rostro en la almohada.

Mattie se puso boca a bajo y se apoyó sobre sus brazos para observarla realmente divertido. Era genial verla celosa… jamás la había visto de esa manera.

—Vamos Babe, admite que estás muy celosa de que el Papitaso tengo una novia tan linda...

Ella sacó el rostro de la almohada y lo miró.

—No, no estoy celosa… No tengo por qué estarlo. Niall puede tener un millón de novias si tiene ganas. No me interesa.
—Mentira —sonrió.
—Además, yo también tengo novio.
—Oh, por favor… no empieces a hablarme de ese imbécil. Y se te nota, se te nota terriblemente que te mueres por dentro. Tú quieres ser la novia de ese hombre, tú quieres estar con ese hombre. ¡Por dios! Si vieras como sonríes cuando está cerca… simplemente eres otra…
—¡Ya basta, Matthew Richard Donnovan!.

Él la miró sin poder creerlo, como si ella acabara de darle el peor insulto de toda su vida. Se puso de pie y la miró con cara de pocos amigos.

—¡Cuando aclares tus sentimientos y estés totalmente segura de lo que te pasa, podrás llamarme Matthew Richard! —dijo enojado —Antes no…

Él salió de la habitación de la rubia dando un firme portazo. _______ resopló y volvió a esconder el rostro en la almohada. Quería agarrar algo y romperlo. No podía entender por qué estaba celosa. SI, CELOSA. Muy celosa. Como jamás lo había estado por nadie en su vida.

Y lo peor de todo aquello era que al parecer Niall jamás le había hablado de ella. Pero ahora que lo pensaba bien ella tampoco le había hablado a Ashton sobre Niall.

Todo era demasiado confuso. No quería sentirse más así, no.

Capítulo 27: Ya no somos unos niños.

Todo era demasiado confuso. No quería sentirse más así, no.

—¿________?

Ella levantó rápidamente la cabeza y en ese mismo instante se puso de pie.

—¿Qué haces en mi habitación? —preguntó nerviosa.

Él estaba allí parado con cara de sueño, un pantalón de dormir y una musculosa blanca que dejaba a la vista los fuertes músculos de sus brazos. ________ tragó saliva.

—Necesitaba hablar contigo —dijo Niall.
—¿Sobre qué? —dijo y sacó su vista de él.
—Sobre lo que pasó en la cocina…
—Nada pasó en la cocina —se apresuró a decir.
—¿No? —inquirió él —Te fuiste así, como si nada…
—De verdad no pasó nada —sentenció ella —Y voy a pedirte que por favor te vayas ahora mismo. Ya es tarde… y que la próxima vez golpees antes de entrar. Ya no somos unos niños —él la miró extrañado —Y que tu novia no vuelva a entrar así…
—Comprendo —asintió él —Y perdón.
—No, no es nada.

Niall caminó hasta la puerta y luego se giró a verla.

—Hasta mañana —le dijo.
—Adiós —asintió ella.

Niall salió de allí. Ella se quedó quieta observando la nada… lentamente se sentó en la cama y de repente la culpa la invadió. Ella no tenía derecho de tratarlo de esa manera. Él solo había ido para hablar.

Se acostó en su cama y apagó la luz de la mesita de noche. ¿Qué estaba pasando con ella, por dios? No se sentía igual que hacía una semana atrás.

Soltó un suspiro y cerró los ojos. Quizás mañana se le iría todo el mal humor y las ganas de comportarse como una salvaje…

Se despertó peor de lo que se había acostado. Su humor no solo había empeorado, sino que se había despertado sin voz.

—No te aguanto más —le dijo Matt. Ella lo miró indignada.
—Ni yo —le dijo con poca voz mientras ambos bajaban las escaleras para ir a desayunar.

Desde que se habían encontrado en el pasillo no habían parado de pelear. Matt al parecer estaba decidido en fastidiarla. Y ella no estaba muy tolerante para eso.

—Te escuchas tan horrible —le aseguró él —¿Sabes por qué estás así?.
—Si, lo sé —aseguró ella con aquella horrible voz que le salía.
—Estás así por hacerte la Heidy ayer, por eso.

Ella lo miró mal. Pero no pudo decirle nada porque justo llegaron a la sala en dónde Greg ya estaba sentado leyendo el diario y tomando un café. Cada uno tomó su lugar y comenzaron a desayunar.

—¿Cómo durmieron? —les preguntó Greg.
—Ay, yo muy bien, Gregi —dijo Matt sonriente —Gracias a dios los mosquitos no entraron a mi cuarto y dormí como un bebé. Pero no sé como habrá dormido la mudita.
—¿Mudita? —inquirió y miró a ________.
—No… no tengo voz —logró decir ella.
—Oh, hija… ¿Qué le pasó a tu voz?
—Quise hacerme la campirana, papi —Matt imitó a la perfección la voz de ________ mientras se acercaba la taza a la boca.

________ se puso rápidamente de pie.

—Eres intratable —le dijo con la poca voz que le quedaba.

Salió rápidamente de allí. Greg miró algo confundido a Matt. El rubio se encogió de hombros y le dio un mordisco a una tostada.

—¿Qué? —preguntó —Ella empezó, lo juro.

________ salió de la casa y paso rápido comenzó a caminar hacia el establo. Necesitaba despejarse un poco, calmarse. Tenía que controlar su humor, porque sino iba a ser mucho peor. Y ella ya no quería estar así.

Entró, pero se detuvo al verlo allí. Niall giró a verla, pero al instante volvió la vista a White, que estaba parado frente a él. El azulino le cepillaba el pelaje.

—Buenos días, señorita ¿se le ofrece algo? —le preguntó sin mirarla.

Ella pudo notar el tono de ‘indiferencia’ en sus palabras. Se mordió el labio con algo de fuerza. Quería acercarse a él y pedirle perdón por lo que había pasado anoche.

—Niall… —logró decir.

Él se giró a verla y soltó un suspiro para luego dejar las cosas que estaba utilizando para arreglar a White, en el piso. Se acercó unos pasos a ella.

—Vamos a dejar las cosas claras —le dijo —Creo que usted las dejó bien claras anoche…
—Pero… —él volvía a tratarla de usted.
—Y va a ser mejor que las cosas se queden como están. Usted es la hija del jefe, y yo soy su empleado. Va a ser mejor no mezclar más las cosas.
—No, Niall…
—Ya no somos unos niños —él se fue de allí..dejándola con la palabra en la boca.
Capítulo 28: Te hecho de menos.

Tres días pasaron como si nada. Y para ________, Niall estaba cada vez más alejado de ella. Ahora apenas compartían un: "Buen día".
Él la evitaba a toda costa. Y ella se sentía cada vez peor. No solo por eso, sino que la culpa la carcomía.

Su voz había mejorado gracias a Gloria. Volvió a darle un sorbo a la asquerosa infusión que la madre del azulino le había estado dando en los últimos dos días. Ya se había acostumbrado al mal sabor.

Matt entró a la cocina y se sentó junto a ella. Ya no peleaban, y su mejor amigo le había pedido perdón por haberse comportado como un niño.

—¿Quieres ir a pasear por ahí, ________? —le preguntó él.
—No lo sé, Mattie —suspiró ella —No estoy de ánimos.

La puerta se abrió y él entró. Los saludó por lo bajo y se acercó al fregadero para buscar un poco de agua. Tan pronto como entró, se fue. Y a ________ el corazón se le encogió. Odiaba estar así con él. Simplemente lo odiaba.

—¿Sigue enojado? —inquirió Matt.
—Si —suspiró ella y apoyó su taza sobre la mesa —Odio que esté así…
—Entiéndelo, ________, heriste su orgullo…
—Yo no herí su orgullo —dijo frunciendo el ceño —Solo estaba enojada…
—Celosa —la corrigió él. Ella lo miró entrecerrando los ojos.
—Lo que sea —volvió a hablar —No quiero que esté así conmigo.
—¿Qué te parece si haces algo? No sé… una carta, una fiesta, lo que sea.
—No, esas cosas no sirven con él. Es terco como una mula.
—Entonces quédate sentada y espera a que se le pase el enojo. No creo que esté así por el resto de su vida.

Alguien volvió a entrar a la cocina. Ambos se giraron a verlo.

—Buenos días, Alex —le sonrió la rubia..
—Buenos días a ambos —dijo el rubio y se acercó al refrigerador para sacar un poco de leche.
—¿Cómo te sientes? —le preguntó Matt.
—Mucho mejor, por suerte —contestó mientras se servía un poco en un vaso —Ya no siento tanto dolor, y el médico dijo que dentro de poco podré volver a mis actividades normales.
—Tengo algo para ti —dijo ________.

El rubio frunció el ceño y la miró extrañado.

—Es una carta de Greta —murmuró Matt.

Al instante Alex se acercó a ________ y por poco y le arrebató de las manos el sobre blanco. Comenzó a abrirla casi desesperado pero se detuvo al ver que aun estaba en presencia de ________ y Matt. Carraspeó un poco.

—Voy… voy a ir a leerla a otro lado.
—¿Por qué? —preguntó Matt decepcionado —Queremos saber que te dice.
—¡Matt! —lo retó ella y golpeó levemente su hombro —No es de nuestra incumbencia lo que diga esa carta —miró a Alex —Ve tranquilo, Alex… pero recuerda que todavía no puedes verla. No después de que su padre vino a buscarla hasta aquí.
—Lo entiendo —murmuró este sin dejar de mirar la carta.
—Si le quieres responder nos dices y nosotros le alcanzaremos la carta a la pequeña…
—¿De verdad? —inquirió sorprendido.
—Si —sonrió ________ —No te lo había dicho pero ahora voy seguido a la casa de Greta a darle clases de piano —le guiñó un ojo —Empezamos justo ayer… hoy tengo que ir de nuevo. Así que si quieres que le lleve algo, apúrate.

Salió de la cocina hecho una flecha. Ambos amigos rieron y soltaron un suspiro. Les encantaba hacer de cupidos. Siendo más jóvenes, se encargaban de juntar parejas en la preparatoria y siempre todo salía bien.

________ volvió a tomar un poco de su té y miró la hora en el reloj. Casi se ahoga al ver que se le había hecho hiper tarde.

—¿Qué pasó? —preguntó Matt.
—Se me hizo tarde… tengo que irme ya hacia lo de los Montoya —se puso de pie y acomodó un poco el lío que había quedado —Dile a Alex que mañana le llevaré la carta a Greta. Ahora no tengo nada de tiempo.
—¿No quieres que te acompañe? —le preguntó él.

________ le dedicó una tierna sonrisa.

—No, cariño. Puedes ir a darte ese baño de sales que tanto quieres…
—Odio que me conozcas tanto —aseguró él sonriendo.

Ella tomó sus cosas y salió por la puerta de la cocina. Susurrando una vieja canción de cuna llegó hasta las caballerizas. Ingresó y divisó a su caballo blanco.

—White —lo llamó. Al instante el animal se giró a verla y se acercó a ella. Con una gran sonrisa la morena lo acarició y besó su hocico —¿Vamos a casa de Estrella?. —él relinchó contento. Ella rió —Vamos a ver al bonito de Apolo, cada día se parece más a ti. —dijo ella acariciando el ocico del animal.

Se subió a él y le dio la indicación para empezar a galopar. La tarde estaba perfecta para salir a montar. No hacía ni frío, ni calor. Pero un par de nubes se asomaban por el oeste.

‘Tormenta’ —pensó _______.

Si había algo que ella siempre había odiado eran las tormentas. Le daban miedo. Era raro de explicar. Pero un miedo que le nacía en lo más profundo de su alma. Y cuando era niña las sufría constantemente, ya que en el campo eran bastante comunes.
Pero siempre había estado él para cuidarla. Niall había sido su súper héroe enmascarado, sin mascara claro. Siempre le hacía ver todo del lado bueno, y se quedaba a su lado hasta que los infernales truenos y relámpagos terminaran.
Sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Si tan solo él la escuchara, podrían volver a esa infancia feliz sin ningún problema. Pero Niall Horan estaba empecinado en no hablarle.
¡Maldito testarudo! Había algo en él que ella quería alcanzar. No sabía qué. Miró su mano y vio el pequeño anillo que él le había regalado el día de su cumpleaños número 12, antes de que se marchara. Si, aun lo tenía. Guardado claro, pero lo tenía. Y hoy a la mañana lo había buscado en su joyero y allí estaba. Ya no le entraba en su dedo medio, pero si en el índice. Tal vez si ella le mostraba que también tenía guardado el regalo de él, la perdonaría de una vez por todas.
Se detuvo justo frente al establo de los Montoya. Allí estaban Estrella y el pequeño Apolo. Al instante White se acercó a ellos.

—Te dejo con tu familia, White. Vendré por ti en dos horas —le dijo.

Giró con intención de dirigirse a la casa, pero se sobresaltó ante la repentina aparición de un hombre allí. Lo miró bien hasta reconocerlo.

—Hola, ________ —sonrió soberbiamente.

Ella se tensó. Jamás le había gustado tratar con él o con su hermano. Y al parecer las cosas no habían cambiado porque ahora tampoco le gustaba.

—¿Qué tal, Federico? —le preguntó solo por amabilidad.

Comenzó a caminar hacia la casa y justo cuando estaba por pasar a su lado, él se puso en su camino impidiéndole el paso. Ella se tensó aún más.

—Así que… ahora eres profesora de piano de mi hermana.
—Si, así es —asintió fríamente —Ahora, si eres tan amable de dejarme pasar. Se me hace tarde y ella me está esperando.

Volvió a intentar pasar, pero Federico no se movió. Ella lo enfrentó con la mirada, no dejándose intimidar. Federico era un hombre atlético, hasta podría decirse que era algo atractivo. Tenía rasgos endurecidos y su mirada era de un raro color miel. Pero ______ no lo encontraba lindo, de ninguna forma en la que lo viera.

—Tengo una gran duda, cariño…
—Soy ________ —lo miró mal —Para ti soy ________.
—Lo siento —sonrió divertido. —Mi duda es, ¿Por qué volviste?.
—Ese no es asunto tuyo —intentó pasar, pero chocó de nuevo con él. Y si, ya se estaba cansando de él.
—Estás muy linda,________.

Ella respiró profundamente tratando de estar calmada. Pero su paciencia iba a llegar al límite y eso no iba a ser nada bueno.

—Federico, me estás cansando…

Él estiró su mano y le acarició un brazo. Ella retrocedió al instante, mirándolo ya algo perturbada.

—Vuelvo a repetírtelo, _______. Estás muy linda. —se acercó un paso a ella.

Por instinto la rubia comenzó a retroceder.

—Si… si te sigues acercando voy a gritar, Federico. —le advirtió.

Una macabra sonrisa se curvó en su rostro. Y de repente el miedo la invadió.Le dio la orden a sus pies de que corrieran, pero estos no obedecieron.

—Un beso no le hace mal a nadie. —dijo él.

Ella abrió bien los ojos.

—¡No te me acerques!. — gritó rápidamente.

Entonces sus piernas reaccionaron, pero cuando intentó correr él la tomó de un brazo y la pegó a su cuerpo. ________ comenzó a forcejear con él. Y si, el muy maldito era el doble de ella, pero aún así presentaría batalla. Ningún mal nacido iba a propasarse con ella, ninguno.

—Tranquila —murmuró él.
—¡Suéltame! —gritó ella —¡Ayuda!.—volvió a gritar.
—Nadie va a escucharte, ________. Todos están muy ocupados hoy. —se acercó más a ella.

________ echó la cabeza hacia atrás, para impedir que él la besara. Tenía asco, demasiado asco de ese hombre. Y él olía a alcohol, lo más segura era que estuviera borracho. Volvió a forcejear y comenzó a golpearlo en el pecho.

—Por favor, Federico, me estás lastimando. —le rogó ella.

La fuerza que estaba ejerciendo su mano sobre su brazo era demasiada. Y ________ comenzó a creer que si él seguía en cualquier momento iba a quebrarse.

—¿Qué crees que va a pasar, eh? —preguntó él y su boca tocó su mejilla. ________ cerró los ojos aguantando el miedo. Quiso largarse a llorar allí mismo. —¿Crees que va a venir el imbécil de Niall en tu ayuda? Cuando éramos niños él siempre estaba tu alrededor. Pero ahora ya no, ________, ya no.

Capítulo 29: Te voy a salvar.

Pero ahora ya no, ______, ya no.

Y de repente se alejó de ella en un respiro. ______ abrió los ojos para ver lo que pasaba.
Y allí estaba Niall. En ese mismo momento le dio un puñetazo a Federico en el rostro, haciéndolo caer al suelo. Ella se llevó una mano a la boca, y solo pudo quedarse allí parada.

Niall estaba completamente sacado. Había estado observando todo, ya que había estado siguiendo a ______. Desde que ella había informado que iría todos los días a la casa de los Montoya, él se había comprometido con si mismo a seguirla para asegurarse de que llegaría bien. Y lo mismo haría con la vuelta. Él sabía que algo así pasaría, el presentía que aquel maldito infeliz sería capaz de una cosa así. Se acercó a él y le proporcionó una patada en una de sus costillas.

—¡Tolero que robes nuestro ganado! —le gritó y volvió a golpearlo. Lo tomó de la nuca y lo puso de pie —¡Tolero que intentes quemar nuestras cosechas! —otro golpe más. La furia corría por sus venas —¡Tolero que intentes matar a mi primo, que no respetes a mi gente! —se acercó a él y lo tomó de la ropa acercándolo —Pero no voy a soportar que le toques un pelo a ella,
¿entiendes eso, imbécil? —lo soltó y volvió a golpearlo.
—¡Ya, Niall, ya basta! —escuchó que ella decía y pronto unos delgados brazos lo rodearon por detrás. La respiración del azulino salía agitada de su cuerpo, mientras observaba a Federico tirado en el suelo, agarrándose el rostro —Vamos, Niall, por favor llévame a casa…

Él giró y su corazón se encogió al ver el miedo que reflejaba los azulados ojos de ella. Ese infeliz debería morir por haberle causado aquello, claro que sí. La acercó a él y le besó la frente.

—Tranquila, ya pasó —musitó cerca del nacimiento de sus cabellos.

______ escondió el rostro cerca de su pecho y se quedó allí. Estaba segura de que no había lugar más seguro que ese.

—Por favor, vayámonos de aquí —le pidió.

Él asintió y comenzó a caminar sin dejar de abrazarla.

—¡Eres un maldito infeliz, Horan! —le gritó Federico.

Niall lo miró sobre su hombro. El bastardo se estaba poniendo de pie. Su nariz sangraba y pronto tendría un ojo morado.

—¡Vuelve a intentarlo, Montoya, no saldrás vivo la próxima vez! —le advirtió.

Sintió que ______ se tensaba contra él. La abrazó un poco más y volvió la vista al frente mientras se dirigían a su caballo.

Caminaron en silencio, simplemente abrazados. Ella aún estaba alterada, se notaba por los leves temblores que daba su cuerpo. Jamás había pasado por algo como aquello. Y definitivamente no quería volver a pasarlo.

Entonces comenzó a pensar. ¿En qué momento llegó Niall para socorrerla? Se alejó un poco de él y levantó la mirada. Él miraba fijamente al frente.

—Niall —lo llamó. Él alzó ambas cejas en forma de pregunta —¿Cómo sabías que yo estaba…?
—Te seguí —contestó simplemente.

Los ojos de ______ se abrieron a causa de la sorpresa. ¿Él la había estado siguiendo?.

—Pero, ¿Por qué?
—Desde ayer decidí seguirte. No me parecía seguro que vinieras sola para estas tierras. Ya vez que es bastante peligroso —la soltó y se subió al caballo. Le tendió la mano para ayudarla a montar también. Pero ______ no se la dio enseguida.
—¿Me perdonaste, Niall? —le preguntó.

El azulino la miró fijo. Él en realidad no estaba enojado, solo confundido. Había decidido alejarse de ella para aclarar un poco sus pensamientos. Soltó un suspiro.

—Vamos a la casa y hablaremos más tranquilos.

______ se acercó un poco más al pecho de Niall, ya que de repente un frío viento se había levantado. En menos de dos minutos todo el cielo se cubrió de las negras nubes que ______ había estado contemplando unos cuantos minutos antes.

Niall percibió el movimiento de ella y miró hacia el cielo. Alzó ambas cejas. Esas nubes sólo podían significar una cosa,que en cualquier momento comenzaría a llover. Se acercó un poco más a ella, para brindarle seguridad. Su corazón latía muy fuerte, por varias razones: tenerla así de cerca, sentir su perfume y el miedo/rabia que lo había invadido cuando aquel maldito infeliz la había tocado. Jamás había sentido tanto odio hacia alguien. Si no fuera porque ella lo detuvo, estaba seguro de que Federico Montoya no hubiese quedado de pie.

Y de repente un rayo pareció partir la tierra. ______ ahogó un grito mientras que el caballo se paraba, asustado, sobre sus patas traseras. Niall tomó con más firmezas las riendas y trató de calmarlo. Pero otro trueno llegó, el caballo comenzó a correr sin dirección, mientras que la densa lluvia se hacía presente.

—¿Qué está pasando, Niall? —preguntó asustada.
—Solo está asustado —dijo él —Y no obedece a mis órdenes de detenerse.
—Yo también tengo miedo —murmuró como si de una niña se tratara.
—Tranquila, enana, no estás sola.

Niall divisó que el caballo se dirigía hacia las afueras de las estancias, más hacia la nada que hacia el pueblo. Trató de detenerlo de nuevo, pero no tuvo éxito. Y la lluvia comenzó a ser torrencial, apenas se podía ver el camino. Entonces el azulino supo que tendrían que saltar.

—______, tenemos que saltar.

Ella se incorporó un poco y lo miró aterrada.
—Debes estar bromeando —dijo. Él negó levemente.
—No puedo detener al caballo.

Entonces ella le quitó las riendas y comenzó a tirar de ellas con fuerza. Niall la miró divertido.

—¿Cómo se llama el animal? —preguntó nerviosa.
—¡Helios! —dijo él. Ella volvió a tirar de las sogas.
—¡Para, Helios, para ya! —dijo elevando la voz lo más que pudo.

Y como si el caballo hubiese sido hechizado se detuvo. Niall estaba realmente asombrado. Ella se alejó un poco de él y se bajó de un salto. Estaba completamente empapada y el agua seguía cayendo como si de una catarata se tratara.

Otro rayo hizo temblar todo. ______ gritó y entonces el caballo comenzó a correr de nuevo con Niall a cuestas.

—¡Niall! —exclamó ella y comenzó a correr detrás de él.

Su corazón dio un vuelco al ver que él saltaba del caballo. Helios siguió corriendo y ella lo perdió de vista bajo la lluvia. Corrió hasta llegar a Niall que estaba tumbado boca arriba sobre la tierra lodosa. Se arrodilló junto a él y se desesperó al verlo con los ojos cerrados. Tal vez se había la cabeza o algo por el estilo.

—Niall, Niall, Niall —repitió su nombre nerviosa y tomó su rostro con ambas manos. Lo acarició, tratando de secar su piel. Y entonces su ojos se llenaron de lágrimas —Por favor, Niall, abre los ojos… sabes que le tengo miedo a las tormentas.

Él ni se movió. Tampoco hizo algún movimiento de abrir los ojos. ______ se mordió los labios para ahogar su sollozo. Y volvió a acariciar sus mejillas. ¿Qué iba a hacer ella sola con él desmayado? Por dios, lo necesitaba despierto. Necesitaba que la abrazara y le dijera que la tormenta ya se iba a ir, que sola era una estúpida lluviecita.

De repente él abrió los ojos y la miró. Una suave sonrisa se curvó en sus labios al verla con los ojos cerrados, rezando en voz muy bajita.

—Lo sé —dijo él —Sé que le temes a las tormentas.

Ella abrió los ojos rápidamente para observarlo. Sonrió levemente pero después frunció el ceño. Acto seguido le dio un firme golpe en el pecho y se puso de pie. Comenzó a caminar hacia no sabía donde.

—¿______? —la llamó mientras se sentaba.

Siseó por lo bajo ante el dolor en una de sus piernas. Pero se puso de pie y comenzó a caminar tras ella. La alcanzó y la tomó suavemente del brazo. Ella giró y volvió a golpearlo en el pecho.

—¡Eres un idiota, Niall, creí que te había pasado algo! —chilló mientras lo seguía golpeando. Él sólo la observaba. Sabía por qué estaba enojada. Él había estado fingiendo estar desmayado. Solo para ver que le provocaba. No había sido buena idea, pero no estaba arrepentido.
Otro trueno iluminó todo el campo. Ella dejó de pegarle para poder abrazarlo, metiendo los brazos entre los de él.

—Te odio, Niall.

Él se rió suavemente y también la abrazó.

—Ambos sabemos que no. —le dijo.

Ella se alejó un poco para mirarlo y le sacó la lengua. Otro trueno llegó y ella volvió a abrazarlo.

—Dime que sabes donde estamos y que vamos a llegar pronto a casa. —le pidió asustada.

Capítulo 30: Perdidos.

—Dime que sabes donde estamos y que vamos a llegar pronto a casa. —le pidió asustada.

Niall miró a su alrededor. No estaba del todo seguro, pero apostaría su cabeza a que estaban en la vieja estancia de los Mc adams.

—Creo que sé donde estamos —le contó —Pero lo malo es que no estamos cerca de la casa. Y con esta lluvia vamos a tardar más en llegar.
—Tengo miedo, Niall.

Se alejó un poco de ella y la miró fijamente a los ojos.

—No tienes que tener miedo, ______. Yo estoy aquí para cuidarte, ¿si? —ella asintió levemente —Pero va a ser mejor que nos resguardemos en el viejo establo de los Mc adams.

______ lo miró aterrada.

—¿Estamos en las tierras de los Mc adams? —Niall asintió —Por dios, esto es horrible.
—______, nada va a pasarnos.
—Por si no lo recuerdas estas tierras están… embrujadas.

Él soltó una sonora carcajada y pellizcó la nariz de ella. No podía creer que ella todavía creyera en esas cosas.

—Bonita, no puedes estar hablando en serio. ¿Todavía crees en eso?.

Ella pestañeó seguidamente, por el tonto cosquilleo que sintió en la panza al escuchar que él la llamaba bonita.

—Yo…claro que las creo.
—Esas historias que nos contaban cuando éramos niños no son verdad, enana.
—Claro que son verdad, ¿Por qué nadie volvió a saber de ellos?.

Él sonrió y levantó la mano para acariciar la mejilla de ______. Estaba fría por la lluvia y el viento. Las sonrisas, los miedos, la tormenta, todo desapareció alrededor de ellos. Fuerte y extraño era lo que ambos sentían. Raro de explicar, porque había sucedido de repente.
Niall tenía una novia. Él la quería, claro que si. Pero desde que había vuelvo a posar sus ojos en los ojos de ______ todo había cambiado.
______ creía estar enamorada de Ashton. Pero ¿Por qué Niall hacía latir su corazón así de fuerte? Había sentido tantos celos cuando lo había visto con aquella muchacha. Y lo peor de todo era que ella no tenía derecho a sentir celos, claro que no.

—Va a ser mejor que…comencemos a ir, acabas de salir de un resfriado —dijo él.

Dejó de acariciarla y comenzó a caminar. ______ se quedó quieta en su lugar, con la sensación caliente de su mano contra su piel. Se sentía tan tonta. Cada vez que él tenía un gesto tierno hacia ella todo su mundo giraba.

Seguía lloviendo pero no tan seguido como antes. ______ reaccionó y comenzó a caminar rápido detrás de él. Pronto lo alcanzó y se acercó lo más que pudo. Tenía miedo y frío, necesitaba tenerlo cerca.

Luego de caminar, callados unos cuantos minutos, llegaron al viejo y abandonado establo de los Mc adams. Niall abrió la pesada y oxidada puerta, haciendo un gran ruido. Entraron… todo estaba tirado, no habían caballos y si había unas cuantas telas de araña.

______ puso cara de asco y volvió a acercarse al azulino.

Él buscó un viejo mechero y logró prenderlo, dándoles luz y un poco de calor. Corrió un poco de las cosas hacia un costado e improvisó una especie de colchón.
Ella solo lo observaba en silencio, temblando levemente del frío. Se acercó un poco más al pequeño fogón que él había hecho.
Cuando Niall terminó de arreglar todo se giró a verla. Ella también lo miró y le regaló una tímida sonrisa.

—¿Terminaste? —inquirió ella.
—Si —asintió él algo embobado.
—¿Y qué haremos ahora? —quiso saber —Mi celular no tiene señal para poder pedirle ayuda a alguien.
—Tendremos que pasar la noche aquí hasta que la tormenta termine.
—¿Toda la noche… solos? —fue una pregunta que le salió del alma. Él se encogió de hombros.
—Al parecer si… toda la noche solos.

Ella miró a su alrededor, reparando en lo tétrico que se veía aquel lugar. Las viejas historia que su padre le contaba a Niall y a ella cuando eran niños rondaban por su cabeza. Y en ese momento estaba en las viejas y misteriosamente abandonadas tierras de los Mc adams.
Simplemente se sentía como una niña, no tenía otra explicación. Se abrazó a si misma cuando un nuevo escalofrío bajó por su espalda.
Niall se había ido a buscar algo para poder secarlos. Ella había decidido quedarse sentada cerca del fuego… y al parecer no había sido una buena idea. Escuchaba algunos sonidos, no estaba segura de lo que podían ser. Y la tormenta seguía siendo intensa afuera. Para su suerte ningún trueno había vuelto a sonar. No quería estar sola cuando eso sucediera.
Se sobresaltó un poco al ver a Niall saliendo repentinamente de la oscuridad con un par sábanas y toallas.

—Tranquila, soy yo —le dijo.
—Lo sé —asintió ella —¿De dónde sacaste eso?.

Niall le tendió una toalla y se acercó a ella para sentarse a su lado.

—Del lado trasero hay una especie de patio con techo… estaban colgadas en una especie de tender. Las revisé y están limpias.

______ miró extrañada la toalla que tenía en la mano pero no lo dudó y se secó un poco el pelo para luego envolverse con ella.

—¿La lluvia sigue siendo fuerte? —le preguntó.
—Así es… hacía bastante que no llovía de esta forma.

Se puso de pie y sin decir nada se quitó la camisa. La mandíbula de ______ se abrió hasta casi tocar el suelo. Sintió que la sangre le corría a toda velocidad hacía sus mejillas. Al instante giró dándole la espalda.

—¿Qué estás haciendo, Niall? —le preguntó algo nerviosa.

Él la miró divertido al verla mirando hacia otro lado.

—Voy a empezar a secar mi ropa por partes… no quiero dormir empapado —le dijo y estrujó su camisa para luego estirarla cerca del fuego —Deberías hacer lo mismo.
—Si, claro —dijo irónicamente —¿Y que voy a ponerme mientras tanto?.
—Te puedes envolver con la toalla que acabo de darte o si quieres te improviso un vestido con una de las sábanas.

Ella se mordió los labios. Quería girar para mirarlo pero no se animaba… ¡Por dios! ¿Cómo podía un hombre ser tan perfecto? Pero se armó de valor y giró su cabeza para mirarlo sobre su hombro. Él estaba sentado, con la toalla alrededor de sus anchos hombros. Miraba fijamente el fuego, pero de repente levantó la mirada hacia ella.

—Voy… voy a sacarme la remera —le dijo ella —Pero… no mires.

Él evitó sonreír, pero sus comisuras se elevaron sin permiso. Sin decir nada comenzó a girar hasta darle la espalda.

—No voy a mirarte, lo prometo —dijo mientras alzaba una mano.

______ se puso de pie y dejó la toalla a un costado. También se dio la vuelta, no quería mirarlo mientras se sacaba una parte de la ropa. Trató de hacerlo rápido, pero sus nervios la estaban traicionando. Logró quitarse la mojada remera y la estrujó lo más que pudo.

Niall escuchaba uno y cada uno de sus movimientos con mucho cuidado. En ese momento estaba terminando de estrujar su remera. Entonces la curiosidad lo embargó. Tenía que mirarla un poco… solo un poco. Lentamente comenzó a girar la cabeza, hasta tenerla en su línea de visión. Su corazón comenzó a latir con fuerza al ver que estaba de espalda… era la espalda más pequeña y ‘suave’ que él había visto. Su piel era dorada y el fuego hacía un raro juego de luces contra ella. La observó detenidamente, no había ninguna imperfección en ella. Vio como su piel se erizaba, él tragó saliva. Tenía que dejar de mirarla, pero se le estaba haciendo imposible.

______ subió las manos por su espalda para desabrochar su sostén y poder sacarlo también… era incómodo tenerlo así. Pero entonces se detuvo, algo le decía que debía mirar hacia atrás. Giró la cabeza y se encontró con su mirada.

—¡Niall! —lo retó. Él miró rápidamente al frente mientras reía nervioso y divertido.
—Lo siento, lo siento… no vi nada, lo juro.

Ella volvió la vista a dónde estaba y terminó de quitarse el sostén. Tomó rápidamente la toalla y se envolvió con ella, como si acabara de salir del baño. Todavía tenía puestos sus vaqueros… y no planeaba quitárselos.

Se sentó mirando de nuevo al fuego, colocó su ropa a un costado de ella y rogó a dios que se secara pronto.

—Ya puedes girar —le avisó al azulino, por lo bajo.

Niall soltó un suspiro y giró, pero no la miró. Tiró una ramita al fuego y se abrazó a sus rodillas.
Capítulo 31: Preguntas.

______ lo observó en silencio. Miró detenidamente su perfil. La luz del fuego se reflejaba en sus ojos. Todavía no creía que aquel era su Niall, su primer amor. Bajó la mirada hacia la confección de sus brazos. Era como si él estuviera hecho de hierro, parecía irrompible. Siempre había sido fuerte, pero ahora se notaba más. Él era un hombre trabajador y cada músculo que surcaba su cuerpo era muestra de ello. De repente él la miró.

—¿Por qué te fuiste así de la cocina la otra noche? —le preguntó.

Eso la tomó completamente desprevenida. Se esperaba cualquier cosa, menos esa pregunta. El estomago se le encogió. ¿Qué iba a decirle ahora? No podía decirle: ¿Sabes que, Niall? Estaba celosa, sí,muy celosa.

Sacudió la cabeza. Pero si no le decía eso. ¿Qué cosa iba a decirle?.

—Yo… —dejó de hablar y suspiró.
—¿Tú, qué? —dijo él para que siguiera hablando.

Por alguna razón él necesitaba escuchar sus razones, para así quedarse completamente tranquilo.

—Sentí celos —dijo al fin luego de unos cuantos segundos.

Niall la miró bien, sus ojos se abrieron más de la cuenta. ¿Qué era lo que ella acababa de decir?.

¿Celos?. Frunció el ceño y sacudió levemente la cabeza para volver a mirarla.

—¿Qué? —fue lo único que le salió decir.

Ella comenzó a mover nerviosa un pie.

—Si… me… me puse celosa… eso —no sabía de donde estaba sacando el valor para decirle aquello, pero lo estaba haciendo —Me enojé,… a decir verdad no estaba enojada, solo molesta.Fue raro.

Él trató de digerir una y cada una de sus palabras. Estaba algo confundido. ¿Fueron celos o molestia?.

—¿Quién es Ashton? —preguntó luego de guardar silencio por varios minutos.

Los ojos de ______ se abrieron como platos.

—¿Cómo sabes de él? —se apresuró a preguntarle. Si había sido Matt, iba a matarlo.
—Te escuché hablando por teléfono el día que llegaste.

Ella apartó su mirada de él… La había escuchado discutiendo con Ashton, entonces la había visto llorar, y decir cosas que en realidad no eran verdad.

—Ashton es… mi novio —le dijo al fin.

Niall sonrió sin ganas y volvió a tirar una ramita al fuego. Él ya sabía eso, pero escucharlo de ella fue como recibir un golpe en medio de la cara.

—¿Estás enamorada de él? —quiso saber.

Al instante ella lo miró. Hablar de esto con Niall era lo más… extraño del mundo. No le parecía correcto, pero al parecer estaba muy interesado en saber.

—Creo… que sí —le contestó.
—Entonces lo que sentiste el otro día no fueron celos… solo incomodidad.

Ella asintió levemente. Tal vez él tenía razón y lo que había sentido cuando vio a esa chica besándolo no habían sido celos. Pero volvió a recordarlo, y la presión en su pecho volvió. Y esas estúpidas ganas de agarrar de los pelos a esa teñida también.

—¿Hace mucho que estás con… Evie, cierto? —le preguntó.
—Si, Evie —asintió y alzó ambas cejas mientras miraba fijamente la nada —Hace 3 años que estoy con ella.
—Oooh, que bueno —murmuró. Pero para sus adentros no era bueno. Era horrible, simplemente un asco.
—Si, es bastante tiempo.

Un sonido proveniente de la oscuridad alertó a ambos. ______ se arrastró rápidamente hasta quedar al lado de Niall. Se ocultó un poco tras su espalda.

—¿Qué fue eso, Niall? —le preguntó por lo bajo y con voz angustiada.
—Shhh —la calmó él mientras miraba hacia el lugar de dónde había provenido el ruido —Tranquila, seguro fue el viento.

Algo cayó al suelo, en el mismo lugar de antes. ______ se acurrucó más contra Niall.

—¿Quién anda ahí? —preguntó el azulino en voz alta.

Entonces un trueno iluminó todo, mostrándoles a ambos la sombra de alguien parado frente a ellos. Niall se puso rápidamente de pie y de un tirón paró a ______ a su lado, la acercó a él lo más que pudo. Había alguien allí, y él estaba dispuesto a enfrentarse a quien fuera con tal de que ella no fuera lastimada.

______ se aferró a él como si su vida dependiera de ella. Otro trueno sonó, ella ahogó un grito.

—Tengo mucho miedo, Niall —murmuró con un hilo de voz.
—Tranquila, enana… no voy a permitir que nada te pase —le aseguró él.

Le tomó una mano y entrelazó sus dedos. Buscó algo para protegerlos a ambos, y en sus pies encontró un largo palo de madera. Iba a atacar con eso si era necesario.

—¿Pero que demonios pasa aquí? —dijo una vieja y rasposa voz.

Y de repente una luz se prendió sobre sus cabezas. Ambos entrecerraron un poco los ojos y luego miraron al frente.

______ por poco y se desmaya de todos los nerviosa que su corazón estaba sufriendo. Pero comenzó a calmarse al ver que no era un monstruo, ni nada por el estilo lo que estaba ahí.
Solo era un viejo y arrugado hombre que los apuntaba con una vieja escopeta. Vestía un anticuado piloto color patito, tenía botas y sombrero de lluvia.

Niall lo miró bien, entonces su boca se abrió del asombro. ¿Podría ser él? ¿Era aquello posible?.

—¿Señor Mc adams? —inquirió. El anciano bajó la escopeta y los miró bien.
—Si, ese soy yo —dijo y se quitó el sombrero de lluvia —¿Quiénes son ustedes y qué hacen en mis tierras?.
—Soy Niall Horan, señor. Peón de la estancia de los _______ —le contó —Y ella es ______ _______, hija del dueño.

Los miró consecutivamente, reparó en que ambos estaban algo desnudos. Entonces sonrió mostrando unos amarillentos y astillados dientes.

—¿Qué hacen aquí y con esta lluvia, hijos? —quiso saber y arqueó una ceja —¿Acaso iban a usar mi establo como lugar de encuentro prohibido?.

Las mejillas de ______ no tardaron en mostrar su vergüenza y se ocultó mejor detrás de la espalda de Niall.

—No, no señor Mc adams —dijo algo nerviosa —Solo nos perdimos en la tormenta y nuestro caballo huyó. No pudimos volver.

Él los miró con algo de desconfianza.

—Bien —suspiró —Voy a creerles —caminó hacia la salida cojeando —Veo que han encontrado un poco de mis cosas secas. Pero voy a traerles ropa y algo para comer. Será mejor que se queden aquí a pasar la noche… está tormenta planea quedarse hasta que amanezca.

Siguió caminando. Niall solo lo miraba. Pero quería saber un poco de él. Todo el mundo creía que ese hombre estaba muerto. Y no lo estaba.

—Señor Mc adams —lo llamó él. El anciano se detuvo y se giró a verlo —Todo el mundo cree que usted está muerto, ¿Por qué no ha salido a desmentir aquello?.

El hombre se encogió de hombros, y ______ vio la tristeza en sus grisáceos ojos. Según lo que ella sabía, o mejor dicho lo que su padre le había contado cuando era una niña, era que hace muchos años hubo un gran incendio en la casa de los Mc adams, en la que murió toda la familia, menos el hombre que estaba parado frente a ellos. Supuestamente Joe Mc adams había quedado completamente loco después de aquello, ya que no había podido salvar a su esposa e hijos. Entonces un día desapareció y nadie supo más de él. Se decía que se había suicidado y que su alma vagaba por aquellas tierras lamentando la perdida de sus seres queridos.

—Es como si lo estuviera, muchacho —murmuró sacándola de sus pensamientos.

Salió de allí, dejándolos solos y desconcertados. Niall giró la cabeza para mirarla.

—¿Cómo estás? —le preguntó.
—Algo perturbada —asintió ella —No puedo creer que ese hombre esté vivo…
—Yo no estaba seguro, pero lo sospechaba. Varias veces vi movimientos por estos lados.
—¿Y si en realidad es su fantasma y nosotros estamos perdiendo completamente el juicio, Niall?.

Él se rió y se alejó de ella solo para observar bien el lugar en el que estaban, ya que ahora tenían un poco de luz.

—Enana, nada de eso es verdad. Y no estamos perdiendo el juicio.

Ella asintió y buscó su celular. ¡Tenía señal! Lo abrió rápidamente y marcó el número de Mattie. Luego del primer tono, atendió.

—¡POR EL AMOR DE CRISTO, ______ ANNE! ¿DONDE DEMONIOS ESTÁS?.

Ella tuvo que alejarse un poco el teléfono ante el histérico grito de su mejor amigo.

—Tranquilo, Mattie —intentó calmarlo —Estoy bien…
—¿Es ______, Matt? —ella escuchó que su padre preguntaba y luego le quitaba el teléfono a Mattie —¿Dónde estás?,dios santo. Ya estaba montando un operativo para salir a buscarte a ti y a Niall… tampoco sabemos dónde está él. Gloria está por sufrir un ataque.

Capítulo 32: Contigo.

—Niall está conmigo, papá. —le dijo ella.
—¿Contigo?. —inquirió.
—Si… es largo de contar ahora. Pero para hacerlo corto, nos perdimos, el caballo escapó y estamos atrapados en el establo de los Mc adams.
—Dios santo. —suspiró Greg. —Juro que llegué a pensar lo peor. Gracias al cielo estás bien, mi vida. Y por suerte bien acompañada.

Ella miró a Niall y le sonrió.

—Si, es una suerte muy grande.
—¿Están bien protegidos? ¿Podrán aguantar hasta que la tormenta acabe?. —le preguntó.

______ miró a su alrededor. Gracias a la luz, aquel lugar ya no era tan tétrico. Miró hacia la ventana y vio el fuerte viento que había.

—Si, papi… estamos bien. Podemos esperar.
—Cuídate mucho, mi cielo —dijo dulce —Y ahora pásame con Niall.
—Adiós —se despidió ella y le dio el teléfono al azulino.
—Señor —dijo él al atender. ______ lo observó atenta, reparando en aquel devastador gesto de concentración. ¿Por qué era tan lindo? Sacudió la cabeza —Está bien, señor, no se preocupe.
Colgó y le devolvió el aparato.

—Aquí tienen, muchachos —dijo el viejo Mc adams entrando de nuevo.

Se giraron a verlo y se acercaron a él. Les había traído todo lo que les había prometido. Niall tomó las cosas.

—De verdad muchas gracias, señor Mc adams —le dijo ______ —Y… perdón por creer que estaba muerto.

El anciano sonrió cortamente y volvió a caminar hacia la salida.

—No se preocupe, niña. No me ha hecho ningún mal. Ahora los dejo. Que pasen una buena noche.

______ se acercó a Niall para buscar algo que ponerse. Él le dio una vieja remera de mangas largas y un pantalón gris de dormir. Ella los aceptó más que encantada. Fue hacia un rincón para cambiarse. Él también se apartó para hacer lo mismo. Se cambiaron el silencio, escuchando los movimientos del otro. ______ se aguantó las ganas de girar a verlo… no podía hacerlo. Suspiró aliviada al sentirse seca y abrigada. Volvió hacia el fuego y vio que Niall terminaba de colocarse la remera.

—Ven, vamos a comer un poco —le dijo él mientras se sentaba.
—No tengo hambre —dijo ella y se sentó a su lado. Pero entonces su estomago gruñó. Niall la miró divertido y le tendió un poco de pan.
—Mentirosa, tu panza está implorando por un poco de lo que sea.

Ella rió y tomó el pan. Volvieron a quedarse en silencio, comiendo despacio. El sonido de un rayo llegó a sus oídos y la luz se fue en un instante.

______ buscó la mano de Niall en la oscuridad, pero encontró que él se acercaba por detrás y la abrazaba, formando un refugio para ella con su cuerpo. Más tranquila se apoyó contra su pecho. Al parecer la luz se había cortado. Ella pensó en Mattie, sabía lo miedoso que era con la oscuridad.

Entonces sintió que él tomaba una de sus manos y la elevaba un poco, ella miró sus manos unidas y observó sus diferencias. Su mano era el doble de la de ella, era fuerte y caliente.
Niall no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Ella tenía el anillo que él le había regalado antes de que se fuera. Con uno de sus dedos acarició la pequeña joya.

—Aún lo tienes —murmuró más para si mismo que para ella. Pero ya que ______ estaba apoyada contra su pecho lo escuchó.
—Siempre lo cuidé mucho, por eso lo tenía guardado —le contó y giró un poco la cabeza para observarlo. Él miraba fijamente su mano —Fue raro… antes de volver hacia aquí lo había estado perdiendo cada dos por tres, por eso había decidido guardarlo en mi joyero.

Niall alzó ambas cejas y siguió mirando el anillo. Aquello era bastante extraño. Se tocó, con la otra mano, el pecho, buscando su medallita. Y allí estaba, pegada a su corazón.

Desde que ______ estaba allí, no había vuelto a perdérsele.

¿Aquello era casualidad o algo más?.

El silencio que había allí adentro los dejaba escuchar con perfecta claridad los sonidos de la lluvia y el viento. Entre ellos ya no había tensión, solo un poco de confusión. Niall sintió como el cuerpo de ______ se relajaba contra él, y supo que estaba por quedarse dormida.

—¿Vamos a dormir? —le preguntó.

Ella solo asintió. Se pusieron de pie y Niall arregló un poco el improvisado colchón que había armado. Le dio el paso y ella se acostó. La tapó con una de las sábanas y se sentó en el suelo, a su lado.

_______ lo miró extrañada. No esperaba que él se sentara allí, sino que se acostara a su lado. El colchón era amplio y ambos entraban perfectamente.

—Niall, ¿acaso vas a dormir allí sentado?

Él la miró algo sorprendido por su pregunta. No tenía ningún problema en dormir así, no le resultaba incomodo.

—Si, ¿Por qué?.

—Ven aquí, Niall —le dijo y abrió las sábanas indicándole el lugar —Entramos los dos… no quiero que duermas sentado.

Estaba sorprendido, sí. No esperaba que ella le dijera aquello. Sintió cosquillas en la panza, pero sacudió la cabeza.

—Yo… no creo que sea correcto.

______ sonrió.

—Hablas como un anciano, Horan —le aseguró —Cuando éramos niños dormíamos hasta en el suelo del establo juntos…

‘Pero ya no somos niños’ —pensó él.

—Lo sé —le dijo —Pero yo aquí estoy bien. No quiero que duermas incómoda.
—¿Puedes dejar de tratarme como a una princesa? No lo soy. Conozco los dolores, las incomodidades, etc. No soy de cristal, Niall. No me rompo. Ni me quejo.
—Pero le temes a las tormentas…
—Eso le puede pasar a cualquiera. Desde a la princesa Carolina de Mónaco, hasta a un pobre hombre que duerme en la calle.
—No me refería a que no eres fuerte o capaz, ______ —le sonrió —Solo… aagh, nada.

Se puso de pie y se acostó a su lado. ______ sonrió abiertamente sin que él la viera. Estaba segura de que aquello era solo una tonta excusa.

—¿A quien iba a abrazar si no era a ti cuando haya un rayo? —le preguntó.

Niall suspiró, se acomodó mejor y abrió sus brazos para ella. En ese momento un trueno llegó y ______ lo abrazó más rápido de lo que se tarda en dar un respiro. Una estúpida sonrisa se le escapó, ella lo hacía sentirse así. Su corazón latió rápido cuando ella apoyó la cabeza en su pecho.

—Hasta mañana, súper Niall —le dijo. Él sonrió aun más.
—Hasta mañana, enana bonita.

Él comenzó a despertarse, por el suave canto de un pájaro. Abrió un ojo para encontrarse en un lugar que no era su habitación. Miró a su alrededor y reparó que estaba en un viejo establo. La luz del sol entraba implacable por la ventana. Entonces se despertó del todo y recordó por qué y con quien estaba allí. Bajó la mirada hacia el suave peso que descansaba contra su pecho. Su corazón comenzó a latir rápido al tener su bello rostro tan cerca. ¿Cómo podía ser tan hermosa? ¿Cómo podía hacer latir su corazón de aquella forma?.

Debería estar sintiendo rencor por ella, por haberle roto el corazón siendo solo un niño. Pero extrañamente no podía sentir aquello por ella. Y lo que sentía lo confundía, lo abrumaba. Se encontró levantando la mano y corriendo el cabello claro que caía sobre su frente. Lo llevó detrás de su pequeña oreja, en una caricia silenciosa. Ella se movió un poco, pero no despertó. Se concentró en mirar cada facción de ella, cada línea de expresión. Estaba complemente relajada, una pequeña sonrisa parecía tirar de las comisuras de sus labios. Sus pestañas se arqueaban elegantes e imponentes en aquellos ojos suavemente cerrados. Con cuidado acarició aquella parte de su rostro, luego bajó por su nariz, siguió bajando hasta descansar el pulgar contra su labio inferior. Estaba húmedo y algo tibio. Hizo una pequeña presión separándolo del otro labio y entonces un suave suspiro escapó de la boca de ella. Al instante el dejó de tocarla.

______ se removió de nuevo y esta vez sus ojos se abrieron lentamente. Lo miró algo confundida con los ojos entrecerrados, pero luego de unos segundos le regaló una linda sonrisa.

—Buenos días —lo saludó con la voz algo rasposa.
—Buen día, enana —dijo él algo nervioso. Ella volvió a cerrar los ojos sin dejar de sonreír. Se acomodó para seguir durmiendo —Oye, no sigas durmiendo. Debemos levantarnos, hay un sol radiante.

Capítulo 33: Por poco te beso.

—Nooo —se quejó —Un ratito más.
—______ —rió él —Si nos vamos ahora vas a poder dormir más cómoda en tu cama.
—Dormir contra ti también es muy cómodo.

Entonces abrió los ojos para mirarlo. A Niall se le cortó la respiración, realmente estaban cerca, a escasos centímetros.

______ se olvidó de cómo respirar. Todo su cuerpo fue conciente de la cercanía de él, del calor y protección que le brindaba. Ahora que lo tenía así de cerca podía apreciar perfectamente el azul de sus ojos. Pequeñas motas de un color grisáceo se esparcían por su perfecto iris y sus pupilas negras se agrandaban cada vez un poco más. Ella se mordió el labio inferior mientras sin intención bajaba la mirada a la boca masculina. ¿Era normal las ganas terribles que tenía de besarlo? No, no lo era. Encima se veía demasiado bien con aquella expresión de recién levantado, algo despeinado y mirándola de manera tierna.

‘Al diablo con todo’ —pensó Niall. Él tenía que besarla, quería hacerlo.

Acercó su rostro un poco más al de ella. Solo para ver si se alejaba. ______ no se alejó, sino que también se acercó un poco. Cerraron los ojos y se acercaron otro poco. Sus labios rozaron los de ella. Fue una pequeña caricia que hizo estragos en él. Se alejó un poco para observarla. Ella tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados para él. Sonrió bobamente y volvió a acercarse.

Pero se detuvo al escuchar aquel peligroso sonido. Lentamente abrió los ojos para observar lo que justo había detrás de ______. Se paralizó al ver que era nada más y nada menos que una maldita serpiente de cascabel, y agitaba su cola, enojada.

—¿Niall? —inquirió ella y abrió los ojos para mirarlo.
—No te muevas —murmuró él.
—Pero, ¿Qué sucede? —quiso saber.
—Tú solo quédate quieta —le ordenó.

La cascabel seguía agitando su cola con furia. Niall sabía que si ______ hacía algún movimiento la serpiente iba a atacar. Pero tenía que sacarla de allí.

—Niall, ¿Qué pasa? —dijo ella. No entendía nada. Él iba a besarla, pero de repente no lo había hecho.
—Voy a moverte hacia mi lado, ______. Hay una serpiente detrás de ti…

Ella se tensó al instante.

—¿Una… serpiente? —inquirió nerviosa.
—Tranquila, no voy a dejar que nada te pase —le aseguró. Ella solo pudo asentir. El miedo recorría cada parte de su ser —Voy a contar hasta tres, bonita, y te voy a pasar para este lado
¿Si? —volvió a asentir. Ni siquiera se animaba a hablar —Uno… dos… tres…

La alzó rápidamente de una manera tan natural y fácil que ______ pensó que no pesaba ni un gramo. La rodó hacia su lado y entonces él sintió un fuerte pinchazo en su hombro derecho. Siseó por lo bajo.

—¡Niall! —exclamó ______ y observó como la serpiente se alejaba a toda prisa de ellos. Se acercó a él y vio como la remera comenzaba a llenarse de sangre justo en su hombro —Oh por dios, Niall…

Simplemente le desgarró la remera para ver mejor la herida.

—______ —dijo él algo agitado —Ve a buscar un poco de ayuda.
—¡No voy a dejarte aquí solo! —dijo nerviosa —Debe haber algo que yo pueda hacer en este momento…
—Necesito que alguien extraiga el veneno —dijo apretando los dientes. El dolor comenzaba a ser insoportable. Sentía como el veneno comenzaba a correr por su sangre —Y no quiero que tú lo hagas…
—¡Claro que voy a hacerlo! —chilló y tomó su rostro —Dime que tengo que hacer.
—No, ______, no…
—¡Dímelo! —le exigió. Él suspiró, ella podía ser muy terca.
—Tienes… tienes que extraer el veneno, succionando la herida y escupiendo toda la sangre que saques de allí.

A ______ se le revolvió el estomago. Jamás había sido una persona muy tolerante a la sangre. No sabía como era que todavía no se había desmayado al ver la sangre de Niall. Pero iba a hacerlo.

—Voy a hacerlo, Niall —le contó —Voy a hacerlo.

Él la miró fijo a los ojos. Sabía que a ella le impresionaba la sangre. Y no quería hacerla pasar por aquello. Pero vio la firmeza en sus ojos y sabía que no iba a aceptar que él se negara.

—Está bien —suspiró y se apoyó contra una pequeña montaña de paja.
—¿Vas a decirme cuando tengo que detenerme? —le preguntó con miedo.
—Si —asintió algo débil. Comenzaba a sentirse mareado y lugar de la mordida le ardía como mil demonios.

Ella respiró profundamente y se arrodilló a su lado. Contó mentalmente hasta diez para calmarse. Ella solo tenía que succionar y escupir, nada más. Se inclinó sobre su hombro y sus labios hicieron el primer contacto con la sangre de la herida. El sabor metálico le tocó la lengua. Ella retuvo una arcada y posicionó sus labios bien. Comenzó con la succión. Cuando un poco de sangre llenó su boca, se alejó y escupió. Tosió un poco y volvió a acercarse a él.

—______ —murmuró Niall —No tienes que hacer esto…

Ella volvió a escupir.

—Cállate la boca —le pidió —Claro que tengo que hacerlo.

Volvió a repetir la acción una y otra vez. De vez en cuando observaba a Niall y él mantenía sus ojos cerrados y una leve mueca de dolor. Su boca estaba repleta de aquel extraño y algo salado sabor. Tenía ganas de vomitar, pero se las aguantó. Escupió una última vez y lo miró.

—¿Debo seguir, Niall? —le preguntó preocupada.

Por así decirlo ya se le había ido un poco el asco. Pero no quería dejarlo sin sangre.

—Solo una vez más —musitó él.

Ella asintió y repitió la acción por última vez. Luego se puso de pie y fue por un poco de agua para enjuagarse la boca. Rápidamente volvió a su lado y le acercó la botella a los labios. Él estaba con los ojos cerrados y abrió la boca levemente para recibir el líquido. Se ahogó un poco y comenzó a toser. ______ dejó la botella a un lado y tomó su rostro. Niall abrió los ojos para mirarla. Había tanta preocupación en sus ojos.

—¿Estás bien? —le preguntó. Él sonrió débilmente.
—Gracias —murmuró. Ella lo acarició y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—No, lindo, gracias a ti. Esa mordida debió ser mía, no tuya.
—Enana, te dije que no iba a dejar que nada te pasara.

Volvió a cerrar los ojos al sentirse tan cansado.

—Ya vienen por nosotros, ¿si? —le volvió a acariciar el rostro. Él hizo el esfuerzo de mirarla.

Pero realmente comenzaba a sentirse mal. Pero por suerte ______ había actuado rápido y estaba seguro de que su cuerpo ya no tenía tanto del veneno que la serpiente le había proporcionado. Pero un poco del veneno que ya había actuado en su cuerpo, estaba haciendo efecto. De repente comenzó a sentir que su estomago se contraía y un terrible mareo lo atacó.
Cerró los ojos fuertemente para soportar el malestar.

______ se puso de pie y buscó su celular. Ellos ya debían estar allí por ellos. Entonces escuchó el sonido de un auto y salió para ver. Su padre y Alex bajaban del auto. Ella corrió hacia ellos.

—¡Gracias a dios que ya están aquí! Niall no está bien —sus lágrimas se hicieron más presentes. Estaba tan asustada —Lo mordió una serpiente.
—¿Qué? —preguntó Alex espantado y corrió hacia el establo en busca de su primo.
Ingresó y lo vio acostado contra una pared de paja. Se acercó rápidamente a él. El azulino abrió los ojos para mirarlo.
—Alex…
—Shhh, tranquilo —le dijo él y se acercó a un mas. Vio los dos agujeritos profundos que estaban sobre su hombro —Vamos, hermano, salgamos de aquí…

Colocó un brazo debajo del hombro sano y lo paró. Niall sentía las piernas pesadas y dormidas, pero hizo todo el esfuerzo para caminar.

—______ … ha sacado el veneno.
—Bien —asintió Alex —Ahora solo tenemos que desinfectar eso y que te vea el doctor…

Greg ingresó al establo y se acercó a ellos.

—Por dios, hijo —dijo preocupado —¿Cómo fue que pasó?.
—Iba a morderme a mi —dijo ______ entrando —Pero Niall lo impidió y lo mordió a él.

Niall la miró y vio en sus ojos las lágrimas que luchaban por salir.

—No llores, por favor —susurró.

Y entonces la primera lágrima cayó por su mejilla.

—Tranquila, ______ —le dijo Greg —Niall va a estar bien…

Ella asintió y entre los tres lo llevaron hacia el auto. ______ se sentó atrás y Alex metió a Niall a su lado. El azulino no podía mantenerse sentado así que lentamente fue acostándose hasta apoyar la cabeza sobre el regazo de ______. Ella acarició sus cabellos. Él abrió los ojos y la miró. Ambos sintieron como el auto comenzaba a ponerse en marcha.

—No quiero que llores —le dijo con voz débil.
Capítulo 34: Perdón.
—Lo siento —murmuró ella —Pero no puedo evitarlo —se le aguaron los ojos —Todo es mi culpa.
—No, no —susurró —No digas eso…

Ella volvió a acariciarlo. Se le hacía tan familiar tocarlo. Darle consuelo de aquella manera tan simple. Él volvió a cerrar los ojos. Solo quería dormir.

—¡No le dimos las gracias al señor Mc adams! —dijo ______ recordándolo. Greg la miró a través del espejo retrovisor.
—Tranquila, cariño, luego se las das —le dijo.
—¡Y nuestras cosas quedaron ahí! —exclamó.
—Yo vendré por ellas luego —le aseguró Alex —Tranquila.

Ella asintió y volvió la vista al rubio. Al parecer se había quedado dormido, se inclinó un poco para escuchar si respiraba. Si, su respiración estaba allí. Estaba tan preocupada por él, tan asustada. El auto se detuvo frente a la casa y Alex se bajó rápidamente.

—Niall —lo llamó _______. Él ni se movió —Niall, ya llegamos.

Está vez abrió un poco los ojos. Eso la calmó bastante. Él le sonrió como un bobo y ella no pudo evitar reírse.

—Eres tan linda —le dijo. Las mejillas de _______ se sonrojaron al instante. Tragó saliva y le acarició el pelo.
—Tú también lo eres —le aseguró.

La puerta del auto se abrió y Alex sacó a Niall con una facilidad terrible. ________ salió del otro lado y todos entraron a la casa. Gloria se acercó a ellos y miró horrorizada a su hijo.

—¿Qué le pasó, dios mío? —preguntó.
—Lo mordió una bicha —le dijo Alex. Gloria se cubrió la boca espantada y se acercó a su hijo para tocarle el rostro.
—Llévalo al cuarto, Alex —le pidió a su sobrino —Voy a llamar al doctor…
—No hace falta, Gloria —dijo Greg —Ya lo llamé yo y esta en camino.
—Gracias —dijo ella.

Llevaron a Niall a su cuarto y lo acostaron en la cama. Alex se encargó de limpiarle la herida. _______ estaba parada fuera de la habitación. Mattie llegó corriendo hacia donde ella estaba.

—Sweetness, ¿Qué pasó? —le preguntó y la abrazó.
Al instante ella se echó a llorar en los brazos de su mejor amigo. Se sentía tan culpable por todo lo que estaba pasando. El doctor llegó y Gloria lo llevó hasta la habitación. _______ y Matt observaron como él ingresaba y sacaba a todo el mundo de allí adentro. Ella soltó un suspiro y miró a Matt.

Capítulo 35: Me muero si te pierdo.

Ella soltó un suspiro y miró a Matt.

—A Niall lo picó una serpiente.
—Oh my god —dijo sin poder creerlo —Eso es horrible.
—Me muero si le pasa algo, Matt, me muero —aseguró ella.

Él volvió a abrazarla y le acarició la espalda.

—Nada va a pasarle a tu galán, darling —le aseguró —Él es fuerte.

Ella solo asintió y se quedó junto a él. No iba a irse de esa puerta hasta que el doctor saliera. Luego de unos interminables minutos al fin salió. Todos se acercaron a él.

—¿Cómo está mi hijo? —le preguntó Gloria.
—Él esta bien —sonrió el doctor —Solo tiene mareos, pero es normal… tiene un poco de veneno, pero la gran parte ha sido extraída a tiempo. La persona que lo hizo, lo hizo muy bien.

Todos miraron a ______. Ella no supo que decir y solo pudo sonreír nerviosamente.

—¿Puedo pasar a verlo? —preguntó ella.
—En este momento está sedado y le dejé un par de medicamentos que tiene que tomar por una semana. Lo más probable es que levante fiebre en estas primeras 48 horas. Pero si quieres puedes entrar a verlo.

_______ iba a entrar pero se giró a mirar a Gloria.

—¿No quieres entrar tú, Gloria? —le preguntó. La mujer le sonrió dulcemente.
—No, cielo, ve tú.
—¿Segura? —inquirió.
—No hay nada mejor para Niall, que su dulce ______ —le dijo.

Gloria entró al cuarto de su hijo y encontró a Evie sentada en una de las sillas, mirando una revista de moda que seguramente Matt había dejado tirada por allí. La castaña la miró al instante y se puso de pie para acercarse a Niall y fingir preocupación. Gloria resopló, ella ya conocía aquel teatro. Lo peor de todo era que se había quedado todo el día en la casa, no dejando a su hijo descansar realmente. Por suerte ya habían venido por ella.

—Tu padre está esperándote en la puerta —le dijo. Evie la volvió a mirar.
—Dile que voy a quedarme a dormir aquí.
—No —dijo Gloria —Vas a irte ahora, Evie.
—¿Qué te pasa, Gloria? —le preguntó —¿Por qué me tratas así?
—Niña, estoy cansada. Ha sido un largo día y quiero ser yo la que cuide de mi hijo. Tú vete a tu casa y mañana puedes volver a verlo.
—Pero…
—Sin peros, Evie. Vamos.

Evie se puso de pie y salió de allí sin siquiera despedirse de Niall. Gloria negó con la cabeza y miró a su hijo una vez más antes de cerrar la puerta y dejarlo solo.

—_______ —murmuró el rubio entre medio despierto y medio dormido.

Levemente abrió los ojos, pero los volvió a cerrar al sentirse tan cansado. Comenzaba a despertarse y la sensación de que un millón de caballos le pasaron por encima lo invadió. Le dolía todo el cuerpo, principalmente el hombro derecho.

Respiró profundamente y se destapó un poco. Estaba sudado, pero sentía un molesto frío calándose hasta los huesos. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en su cuarto.
Pero ¿Dónde estaba ______? ¿Por qué no estaba allí con él? Él la quería a su lado, quería ver su bello rostro. Verla sonreír, escucharla hablar, sentirla respirar. Simplemente la quería frente a él. Si, necesitaba verla, necesitaba buscarla y tenerla cerca.

¿Qué podía pasar? Absolutamente nada. Desde que ella había llegado solo había hecho estragos con él, y ahora él tenía que cobrarse aquello. Si, claro que si.
Se puso lentamente de pie. Todo dio vueltas a su alrededor. Sonrió estúpidamente, se sentía como un borracho. En ese momento se sentía perfectamente bien como para ir hasta el cuarto de ______ Hoffman y cantarle las 40 de una vez…

Capítulo 36: Quiero decirte algo.

_______ suspiró mientras salía del baño luego de una merecida ducha. Había estado todo el día con Matt, recorriendo el campo, haciendo cosas de mujeres, mirando películas y comiendo las ricas comidas de Gloria. No había ido a ver a Niall porque sabía que la indeseable de su novia
seguía pegada a él como la garrapata asquerosa que era. Apretó los dientes al pensar en ella y que en ese momento estaba con él.

Terminó de vestirse en el baño, se puso se camisón de dormir. Tomó una toalla y comenzó a secarse el cabello. Abrió la puerta y salió hacia su habitación.

Su corazón se sobresaltó cuando levantó la mirada y él estaba allí parado. Lo observó bien. Y él sonrió bobamente al verla. ______ sintió una linda presión en el estomago al verlo sin remera… era tan… masculino. Una gran venda blanca cubría todo su hombro derecho. Recordó el dolor que vio en sus ojos cuando la serpiente lo había mordido. No quería volver a ver dolor en su linda mirada.

—¿Niall? —inquirió confundida.

Otra estúpida sonrisa se formó en el rostro de él. Ella se aguantó las ganas de reír. Se veía realmente gracioso. Dejó su toalla a un costado y se acercó a él.

—Hola, enanita —la saludó algo tonto. Ella arrugó la nariz, divertida.
—No deberías estar aquí, Niall —le dijo dulce —El doctor dijo que tenías que hacer reposo.
—¿Quién es ese doctor que cree saber todo, eh? —preguntó —Yo no necesito hacer eso… necesito decirte algo.

_______ se acercó un poco más y tocó su frente. Se sorprendió al sentir lo caliente que estaba su piel. Volaba de fiebre.

—Niall, estás volando de fiebre —dijo preocupada.
—_____ —murmuró él y entonces tomó su rostro con ambas manos.

Ella se vio apresada por aquel toque que se le había vuelto tan familiar en tan pocos días.

—Vamos, Niall, voy a llevarte a tu cuarto…

Intentó salir de su agarre pero no pudo. Él unió sus frentes, y ella se quedó totalmente hipnotizada por aquellos ojos azules.

—¿Por qué estás todo el día metida en mi cabeza? —le preguntó. ______ se estremeció ante el calor de su aliento rozándole la boca. Tenía aquella mirada tan fija en la suya, que se le hizo imposible respirar —¿No estás cansada de estar allí? —ella se mordió el labio inferior. Él solo estaba delirando. Debía llevarlo a su habitación.
—Niall —le habló —Debes ir a la cama. Deja que te lleve…
—¿Sabes todo lo que sufrí el día que te fuiste? —quiso saber él. ______ se quedó callada. Quería llevarlo a su habitación, pero también quería escucharlo —Tenía 13 años, y fue el dolor más… extraño y fuerte que sentí en mi vida. ¿Cómo es aquello posible? Era solo un estúpido niño que se había enamorado de la hija de su jefe. Y ese día lloré, lloré luego de que te llevaron. Y supuestamente yo era el niño que nunca lloraba —se sentía bien consigo mismo. Tenerla así de cerca era tan maravilloso como estar diciéndole todo eso. Se sentía libre, no le importaba lo que podría pasar después. Solo tenerla así —Y esperé que volvieras, ______. Pero no lo hiciste —un nudo se formó en la garganta de ella y se agarró a las manos de él, que sostenían su rostro —Así que simplemente… te olvidé.
Capítulo 37: Bésame.

—Yo…— dijo ______ confundida.
—Y ahora vuelves como si nada y llenas mi vida de confusión y peligro —siguió hablando como si nada importara —¿Con qué derecho, ______? ¿Con qué derecho llegas aquí y pones mi mundo al revés? ¿Con qué derecho haces latir mi corazón tan rápido?.

Los ojos de _____ se poblaron de lágrimas. Levantó un poco el rostro y acarició la nariz de él con la suya.

—Yo jamás quise hacerte daño, jamás —murmuró y sus ojos se cerraron. Era tan maravilloso tenerlo tan cerca —Perdóname, Niall… por favor, tienes que…

Se vio interrumpida por un par de labios que tomaron los suyos, acallándola completamente. Todo a su alrededor pasó a ser nada, en comparación a las cosas que su corazón estaba sintiendo. Sus labios comenzaron a moverse suavemente sobre los de ella. El corazón de _____ dio un vuelco. La boca de Niall tenía el sabor más maravilloso que ella había probado en su vida. Era tan terrenal y masculino. Estaba segura de que jamás iba a poder olvidarlo. Se dejó llevar por él, por su boca, por su sabor. Se encontró apretando las manos de él sobre su rostro, en un silencioso pedido de que no la dejara.

¿Cuándo fue la última vez que alguien la había besado de aquella manera? Ella no lo sabía. Y si alguna vez había pasado no lo recordaba. En ese momento no podía pensar en nada más que no fuera aquel beso.

Le respondió de la misma manera dulce y delicada, recorriendo cada centímetro de su boca, dejándole conocer un poco más.

Entonces él comenzó a alejarse de ella, otorgándole pequeños y suaves besos. ______ no podía abrir los ojos, no quería perder la sensación que se mantenía en sus bocas.

Él volvió a unir sus frentes. Su respiración agitada le enfrió los labios húmedos.

—Besarte era algo tan necesario —murmuró él agitado —Tan necesario como respirar.

_______ solo asintió con los ojos cerrados. Se sentía tan… no podía explicarlo. No podía entenderlo. ¿Y qué iba a hacer ella ahora con todo aquello?.

—Niall…
—Era necesario, _____.

Ella abrió los ojos para mirarlo y él aun no los abría. Entonces ella sonrió.

—¿Quieres acostarte a dormir aquí, en mi cuarto? —le preguntó dulcemente.
—¿Crees que sea correcto? —quiso saber él y entonces abrió los ojos para mirarla.
—No deberías estar aquí, eso no es correcto. —dijo ______ divertida.
—Entonces, ¿Qué hago? ¿Te vuelvo a besar?. —dijo inocente.
—No puedes —musitó ella. Niall sonrió.
—¿Por qué? —murmuró en el mismo tono que ella.
—Porque estás volando de fiebre y tienes que descansar.

De repente la soltó y ella se sintió tan dejada que casi se lo reprochó. Él giró y sin dudarlo se tiró en la cama que estaba frente a sus ojos.

—Tengo frío —le contó. ______ se acercó a él.
—Eso es porque tienes fiebre —le aseguró mientras abría las sábanas y lo tapada. Niall se acurrucó bien y se acomodó en la almohada.
—¿Vas a dormir conmigo? —le preguntó con los ojos cerrados.
—Tal vez… — contestó haciéndose la difícil.
—Mejor si lo haces. — le sugirió.
—¿Por qué? —preguntó ella.
—Porque cuando me despierte también voy a besarte. Y..te necesito cerca para eso. — respondió él. Una hermosa sonrisa se dibujó en el rostro de ______.

Capítulo 38: ¿Dónde estoy?

Cada parte su cuerpo se quejaba. Se sentía tan cansado. Pero extrañamente se sentía bien. Bastante bien. No tenía ganas de abrir los ojos. Pero sabía, o algo le decía, que no estaba en la cama de su habitación. Su cama no era así de cómoda y no tenía aquel agradable perfume de mujer. Respiró profundamente, y entonces abrió los ojos.

Se sentó rápidamente en la cama al observar en que habitación estaba. ¿Cómo demonios había ido a parar al cuarto de _____? Miró a su alrededor buscándola. Al parecer ella no estaba allí. Se destapó y se puso de pie. Un leve dolor de cabeza lo invadió así que se volvió a sentar. Lo último que recordaba era que estaba en el auto del señor Brooks, con la cabeza apoyada en las piernas de _____. Pero después de eso su mente estaba completamente en blanco. Se miró a si mismo y vio que no llevaba remera. Miró la venda que cubría su hombro derecho y siseó un poco cuando la apretó ligeramente.

La puerta del cuarto se abrió y ella ingresó con una bandeja. Le sonrió al verlo despierto. Niall frunció el ceño levemente.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó amable mientras se acercaba a él y apoyaba la bandeja con el desayuno sobre la mesita de noche.
—Bi… bien —logró decir —Algo confundido.
—¿Algo confundido? —inquirió ella divertida.

Tenía ganas de acercarse a él y besarlo. Pero se aguantó las ganas. Quería que fuera él quien lo hiciera. Se había despertado hacia una hora y al verlo dormir tan tranquilo había decidido ir a prepararle el desayuno y avisarle a Gloria en dónde estaba su hijo.

—Si —dijo Niall y se rascó la nuca —Verás… no tengo ni la menor idea de cómo es que estoy en tu habitación…

______ lo miró bien y dejó la tostada que había agarrado de nuevo en el plato.

—¿Qué? —preguntó. El chico volvió a rascarse la nuca.
—Lo último que recuerdo es que estábamos en un auto, viniendo hacia aquí. Después de eso mi mente parece estar… vacía.

Ella procesó cada palabra que él acababa de decir. ¿No recordaba nada? ¿NADA? Se sintió terriblemente decepcionada. Pero entonces recordó que él había ido a verla cuando volaba de fiebre. Simplemente estaba delirando. Miró hacia la bandeja sintiéndose una completa idiota. ¿Y ahora que iba a hacer? ¿Decirle que él la había ido a buscar a su cuarto, le había dicho cuanto lo había hecho sufrir y luego la había besado de aquella manera tan tierna? No, simplemente no podía.

—Bien —habló y volvió a mirarlo —¿Vas a desayunar?.

Él la miró fijo. Había algo raro en ella. De repente había cambiado su aura. Su linda sonrisa había desaparecido y parecía preocupada.

—¿Cómo llegué aquí, ______? —quiso saber.

Pudo notar el repentino nerviosismo en ella.

—Yo… dije que te trajeran aquí porque era más cómodo para tu hombro y esas cosas…
—Ah, ¿si?.
—Sisisisi —dijo rápidamente y tomó una tostada para llenarla de manteca y dársela. Él la tomó y le dio un pequeño mordisco —Ya estás mejor, ¿verdad?.
—Al parecer si —le sonrió —Me duele un poco el maldito hombro.

Ella lo miró con ternura.

—De verdad muchas gracias por haberme protegido,Niall…
—Para eso estoy, enana —le aseguró. Ella sonrió con los labios sellados.

Entonces él se encontró levantando la mano y acariciando su mejilla. Recordó que antes de que la maldita serpiente lo mordiera él iba a besarla. ¿Se hubiese atrevido a hacerlo realmente? Estaba seguro de que sí. Pero entonces tuvo la sensación de que había algo raro entre ellos. No podía explicarlo, no entendía.

La puerta de la habitación de ______ se abrió de golpe y ella entró furiosa.

—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó histérica al ver a _____ arrodillada frente a Niall y a él acariciando el rostro de ella.

______ se puso de pie mientras ponía los ojos en blanco. ¿Por qué tenía que llegar ella a arruinarle la vida? Matt entró agitado a la habitación.

—Juro… juro que intenté detenerla. Pero es tan rápida como parece…

______ se aguantó la risa mientras Evie lo miraba mal. La rubia volvió la vista a Niall.

—Estoy esperando una respuesta, Niall Horan.—le exigió.

Niall suspiró y se puso lentamente de pie. Miró a ______ y le dio la tostada que había empezado a comer. Se acercó a ella y besó su frente.

—Muchas gracias —le murmuró antes de alejarse. Se giró a ver a su novia. Era hora de que tuvieran una seria charla. —Vamos abajo, Evie. Tenemos mucho de que hablar…

La castaña miró asesinamente a _____ antes de salir del cuarto. Niall salió detrás de ella y cerró la puerta dejando a Matt adentro. El rubio miró a su mejor amiga.

—Dime que te besó.

_____ se sentó lentamente en la cama.

—Si, me besó —le dijo.

La mandíbula de Matt casi tocó el suelo y se acercó rápidamente a ella para sentarse a su lado.
—¡¿Y CÓMO FUE?! —le preguntó emocionado. ______ suspiró.
—Hermoso —dijo simplemente.
—Me muero muerto…
—Pero él no lo recuerda…
—¿Qué? —la cara del rubio cambio radicalmente. ______ lo miró a los ojos.
—Fue anoche, cuando vino a buscarme —le contó —Estaba delirando de fiebre. Y ahora cuando despertó me dijo que… lo último que se acordaba era que estábamos en un auto.
—Eso no puede ser posible, ______ —dijo algo angustiado.

Ella bajó la mirada desilusionada.

—No lo recuerda, Matt, no lo recuerda.

Capítulo 39: Nuestro beso.

Greta se asomó por la puerta del establo y lo vio allí, peinando a uno de los caballos. Sintió su corazón latir con fuerza.

—Alex. —lo llamó.

Él giró rápidamente a verla.

—Princesa —dijo algo sorprendido y dejó todo lo que estaba haciendo para acercarse a ella. Cuando llegó a su lado la abrazó.

—Es tan lindo verte por aquí.
—Te echaba de menos —le confesó ella.

Él se alejó y la miró.

—Lo mismo digo…
—¿Cómo sigue, Niall? —le preguntó.
—¿Cómo sabes que está mal? —dijo sorprendido.
—Oh, Niall, las noticias malas vuelan por aquí. —dijo divertida —Además de que ayer tu primo golpeó a Federico.
—¿Qué hizo que?.
—Estás más tonto de lo normal, Alex.—le aseguró. El chico se sonrojó ligeramente. Maldita sea, parecía idiota. —Lo golpeó… lo dejó casi en cama.
—¿Por qué?.
—No lo sé bien —le contó ella —Pero creo que fue por _______.
—_______ —murmuró pensativo. Sacudió la cabeza —Esos dos van a terminar más que juntos, yo lo se.
—¿Crees que Niall va a dejar a Felicity? —quiso saber.

Alex se acercó un poco más a ella y acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja. La miró bobamente.

—Puede que si. Ya casi ni la puede ver… Es tan exasperante.

Greta tembló ante aquel tonto gesto de parte de él. Recordó que la última vez que lo había visto casi la había besado.

—¿Crees que ella lo ama de verdad? —preguntó como para seguir hablando de algo.

Alex se encogió de hombros y luego acarició su mejilla.

—No lo sé. Pero ¿sabes que cosa si sé?.
—¿Qué?.
—Que nos quedó algo pendiente el otro día.

El corazón de la castaña latió más rápido. Sus mejillas se sonrojaron al instante y sus piernas temblaron al escuchar la suave risita de él.

—¿Qué cosa? —se atrevió a preguntarle.

Él suspiro y miró a su alrededor para percatarse de que nadie los estaba mirando. Volvió la vista a ella.

—Nuestro beso —murmuró y se inclinó un poco para chocar por primera vez con los suaves labios de su princesa.
Capítulo 40: ¿Un sueño?

Niall suspiró y se sentó lentamente en su cama. Levantó la mirada para observarla. Ella tenía cara de enojada, preocupada, enojada de nuevo. Era hora de que él le aclarara un poco la situación en la que se encontraba su corazón en ese momento. No quería seguir mintiéndole y mucho menos hacerla sufrir.

—¿Quieres sentarte? —le dijo Niall. Evie se sentó frente a él sin decir nada. —¿Por qué entraste así a la habitación de la señorita ______?.
—¿Ahora es señorita _______? —le preguntó ella .—Creo que no tienes derecho en recriminarme nada, Niall. Yo soy la ofendida aquí… ¿Qué diablos hacías en su cuarto?.
—Ella solo me estaba cuidando…
—Para eso estoy yo, Niall.
—¿Y dónde estabas entonces? —quiso saber.
—Tu madre me echó como un perro anoche…
—¿Qué? —preguntó sin poder creerlo.
—Si, no sé que le sucede. Pero desde que esa estirada está aquí tu madre ya no es la misma. Antes por lo menos me trataba bien.
—Creo que estás exagerando, Evie.
—No son exageraciones, Niall. —aseguró —Todo ha cambiado desde que ella está aquí. Y no me gusta la manera en la que te mira…
—Evie, voy a ser franco contigo. —le dijo. Ella se tensó —Estoy confundido. Y necesito que nos tomemos un tiempo.
—¿Un tiempo? —inquirió ella.
—Sé que esta pasando de la nada, Evie. —asintió él —Pero no quiero seguir mintiéndote.
—No quiero escucharte. —dijo ella y se puso de pie —Debes estar solo asombrado por ella, nada más. ¿Acaso crees que la hija de un importante empresario se fijaría en un simple peón como tú?.Eso solo pasa en las novelas, Niall…
—No se trata de eso, Evie —dijo él sin mirarla.

Sabía que él no tenía muchas cosas para ofrecerle a _____. Sabía que no era su mejor opción. Pero no podía simplemente ignorar a su corazón.

—¿Entonces qué es?. —quiso saber ella. Él no le contesto —Mi amor, voy a irme a casa y mañana volveré para que veas que solo estás…cometiendo un error.
—Pero…

Ella se acercó a él y lo besó en los labios, impidiéndole hablar. Se alejó de él y salió de la habitación. El chico suspiró y se dejó caer en la cama, su mirada quedó clavada en el techo.Aquello no podía ser peor. No podía.

Tal vez Evie tenía razón y aquello que le estaba sucediendo era algo completamente pasajero. Solo una ilusión. Pero entonces recordó la sensación de ella arrodillada frente a él, le había traído el desayuno y lo había estado cuidando. Aun no tenía del todo claro como era que fue a parar a su cuarto. Pero la sensación de saber que ella había estado con él toda la noche le llenó el corazón.

Volvió a suspirar y sonrió. Ojala todo fuera más fácil. Ojala solo pudiera decirle todo lo que le pasaba y lo que ella le hacía sentir. Si eso pasaba todo iba a ser mucho más fácil. Pero por ahora no podía…

Cuatro días pasaron rápidamente y la mejoría de Niall era cada vez más notoria. Lo que también era notorio era el cambio de ______. Si, era como siempre. Pero él intuía que había algo más. Ella simplemente estaba bastante rara y él no lograba encontrar el motivo. Y lo más extraño de todo era el constante sueño que él tenía. Siempre era el mismo. Él entraba a su cuarto, le decía varias cosas y luego la besaba.

Siempre se despertaba a mitad del beso, con el corazón acelerado y algo agitado. Lo raro de ese sueño era lo real que él lo sentía. Era como si de verdad hubiese pasado y simplemente estaba guardado en su cabeza.

Las cosas con Evie estaban… no sabía como decirlo. Ella evadía constantemente todo lo que él le quería decir. Simplemente no podía más con eso.

—¿En qué piensas, tonto? —le preguntó Alex acercándose a él.

Ya era tarde, el sol se estaba ocultando. El calor del verano era devastador cerca del medio día. Por eso mismo Niall había decidido esperar hasta que el sol bajara para salir a trabajar un poco.
Aún no tenía el permiso médico para hacerlo del todo. Pero de a poco se iba sintiendo mejor, así que creía que ya no era necesario esperar.

—En nada, ¿Por qué? —quiso saber mientras acariciaba el lomo de White.
—Porque tienes cara de idiota, ¿estás pensando en ______?.
—Es: señorita _____, para ti, confianzudo. —le dijo mirándolo amenazantemente.

Alex rió ligeramente.

—Oye, no me dijiste que le diste una paliza a Federico Montoya el otro día, ¿Por qué?.
—¿Por qué debería decírtelo? —le preguntó sin mirarlo.
—Dicen varios peones que su ojo derecho quedó completamente negro —rió divertido y palmeó la espalda de Niall. —Te juro que me hubiese gustado verte, dándole su merecido. ¿Por qué le pegaste?.
—Se había propasado con ______ —le contó.
—Es muy cómico como cambia tu mirada cuando dices: _______.

Niall lo miró sobre su hombro.

—¿Qué es lo que quieres?. —quiso saber —¿Por qué estás molestándome? .
—Iba a contarte algo de la ‘señorita’ _______, pero ahora no sé si hacerlo.

Niall lo miró curioso.

—¿Qué cosa?. —inquirió. Alex sonrió.
—Ooooh, te atrapé, primo. Te mueres por saber.
—Y si te haces el interesante claro que voy a querer saberlo. Ahora anda, dime, ¿Qué pasó?.
—Bien, te lo diré por qué soy un buen primo y no me hago rogar. —sonrió. Niall lo apuró a que hablara. —Tranquilo, te lo diré. Estaba pasando por la cocina cuando escuché a dos personas hablando. Esas dos personas eran Matt y ______. Hablaban casi por lo bajo, pero logré escucharlos perfectamente.
—¿Y de qué hablaban?. —preguntó ansioso.
—Bien, ellos…

Capítulo 41: No era un sueño.

—¿Hasta cuando piensas guardártelo, _____? —le preguntó Matt.

Ella se giró a verlo con un vaso de jugo en la mano.

—No se lo diré, Matt —le dijo ella.
—¿Por qué no?, tienes que decírselo. Él tiene todo el derecho del mundo de saberlo.
—Por dios, Mattie, fue solo un beso. nada más… él no lo recuerda. Mejor para ambos… él tiene una novia. Y creo que la ama.
—Si, por eso te besó y te dijo que estabas metida en su cabeza todo el día, ¿cierto? No ama realmente a esa muchacha.
—¿Y tú que sabes? ¿Eres dios acaso? —preguntó irónica.
—¿Entonces dime por qué llamaste a Ashton y lo mandaste al demonio? —dijo él en defensa.
—Porque me atendió Mindy, la muy perra estaba en su departamento —rió entre divertida y decepcionada —Solo por eso…
—Y también porque sientes cosas por el bombón campestre.
—¿Y qué quieres que haga?, ¿Qué vaya corriendo hacia él, me le tire encima y le diga: "Niall, me besaste la otra noche que estabas volando de fiebre y desde entonces no puedo sacarte de mi corazón"?. Eso es demasiado irreal, Matt. Demasiado novelesco.
—Pues deberías, deberías decirle eso…

Niall se quedó quieto en su lugar, procesando todo lo que Alex le acababa de decir. Entonces dejó las cosas del caballo a un lado y salió de allí rápidamente, dejando a su primo completamente atónito.

Podría decirse que comenzó a correr hacia la casa. Ella le debía muchas explicaciones. Principalmente la del beso. ¿Por qué no le había dicho la verdad? Casi sonrió. No era un sueño constante. De verdad había pasado. La había besado. Llegó a la casa y entró.

—_______ —la llamó mientras entraba a la cocina. No había nadie allí. Salió y entonces la divisó bajando las escaleras. Ella sonrió algo nerviosa.
—Hola —lo saludó.
—Tenemos que hablar —le dijo. Ella se tensó.
—¿Hablar? —inquirió.
—Si, hablar —asintió mientras se acercaba a ella.
—¿De qué? —quiso saber. Su corazón había comenzado a latir precipitosamente apenas lo había visto. Y ahora que él tenía aquella mirada ansiosa aún más.
—De nuestro beso —dijo. Ella abrió la boca pero la cerró al instante.
—Yo… no… no sé de qué estás hablando, Niall. —murmuró nerviosa.
—Si que lo sabes —aseguró y dio un paso más, teniéndola completamente cerca. Sus miradas fijas —Sabes perfectamente que te besé la otra noche…

Capítulo 42: No era un sueño.

_______ solo supo que en ese mismo momento quiso que la tierra se la tragara. ¿Cómo demonios él se había enterado de aquello? Seguramente había sido el chismoso de Matt. Ella iba a matarlo si descubría que había sido él.

—¿Por qué no me lo dijiste, _____?. —le preguntó él.

Ella miró a su alrededor, percatándose de que estaban completamente solos en aquella sala. Simplemente ya no podía seguir haciendo la tonta.

—No creí que fuera necesario. —dijo ella volviendo la vista a él. Sintió esas lindas cosquillas en el estomago —Tú estabas con fiebre ese día, no sabías lo que hacías. Además que estás con Evie, no creí que quisieras lastimarla…
—¿Qué sentiste?. —preguntó curioso interrumpiéndola.
—¿Qué sentí?. —dijo nerviosa. El rubio asintió —Mmm… yo sentí que… que… no creo que debamos hablar de esto, Niall. Mejor me voy.

Intentó alejarse, pero entonces Niall la detuvo, la giró hacia él y entonces unió sus bocas.

Los ojos de ella estaban bien abiertos a causa de la sorpresa. Sentir de nuevo sus labios sobre los suyos simplemente era una sensación sorpresiva. Desde que él la había besado la otra noche no había hecho otra cosa que soñar con él y ese beso. Sus ojos comenzaron a cerrarse y ella comenzó a responder a sus demandas.

Niall la abrazó por la cintura y la acercó más a él. No podía creer que simplemente la estaba besando. No sabía de donde había sacado el valor. Pero sabía que era lo correcto. Era lo correcto por como su corazón latía. Era correcto por las cosas que ella le hacía sentir. Era correcto por la forma en la que ella levantó los brazos y rodeó su cuello. Aquello era lo correcto. Besarla era tan hermoso, como en su supuesto sueño que en realidad no era sueño. Su boca tenía el mismo sabor que él creía imaginar, era dulce y delicado. ¡Por dios! Un simple beso no podía hacerlo sentir así de idiota.

Entonces ______ rompió el beso pero no se alejó, ni lo soltó. Niall abrió los ojos para mirarla. Ella aún los tenía cerrados.

—Esto no está bien, Niall. —musitó agitada.
—Lo sé… —asintió —Un simple peón que siente cosas por la hija del jefe, que solo piensa en besarla todo el día, no está nada bien…

Entonces ella lo miró. ¿Acaso él creía que eso era lo que no estaba bien? ¿Cuándo iba a entender él que eso a ella no le importaba ni en lo más mínimo? Niall Horan era el hombre más maravilloso del mundo. No importaba si él era un peón y ella la hija del jefe. Eran personas, iguales, humanas. Personas que sentían..y al parecer lo mismo.

—Eres un idiota, Niall. —le aseguró y entonces lo besó de nuevo.

Esta vez el beso se volvió más apasionado. Simplemente no podían evitar sentirse desesperados el uno por el otro.

Niall casi gruñó cuando ella mordió levemente su labio inferior. Entonces sus lenguas se encontraron. ______ se aferró a él necesitada de más y de un poco de aire. Pero simplemente no podía soltarlo.

Él separó sus bocas y miró agitado a su alrededor.

—Estamos en un lugar muy visible…
—Lo sé —asintió ella. Lo besó cortamente. El ojiazul rió embobado. Ella copió su acción.
—No puedo creer que esto este pasando. —murmuró divertido.
—Eres un idiota por creer que a mi me importa que seas el cuidador del campo de mi padre. Eres mucho más que eso para mí…
—¿En serio?. —sonrió animado.
—Si. —dijo por lo bajo entonces se puso en puntas de pie y acarició su nariz con la suya- —Estoy algo confundida por todo esto, Niall. Pero lo que siento por ti es… único.
—________ —susurró cerrando los ojos al sentir sus labios tan cerca de nuevo.
—¡Me muero muerto!. —exclamó él y ambos se alejaron al instante. Matt bajó corriendo las escaleras y se paró frente a ellos.
—Mattie .—dijo ella apretando los dientes. —¿Qué haces aquí?.
—Sin querer pasé por aquí y escuché así como sonidos de gente besándose y me asomé y ustedes dos se estaban dando terriblemente…

_____ se puso más que colorada mientras que Niall,sonrojado se rascó la nuca mientras soltaba una pequeña risita nerviosa.

—No,… creo que viste mal —dijo el rubio. Matt arqueó una ceja.
—Si tú no le estabas metiendo la lengua hasta la garganta a mi mejor amiga entonces yo soy Madonna.- Inquirió Matt atrevido.
Capítulo 43: La historia se repite.

Después de aquella nueva interrupción por parte de Matt, Niall y ______ no habían tenido la oportunidad de estar a solas de nuevo. Cada vez que se cruzaban, alguien aparecía allí.

______ tenía tantas ganas de agarrar a White y secuestrar al rubio. Alejarse de todo y de todos.

Pero sabía que aquello no estaba bien. Niall aún estaba con Evie. Y ella había ‘terminado’ con Ashton por teléfono. Sabía que tendría que hablar con él personalmente para aclarar del todo las cosas. Pero ahora realmente no le preocupaba. Solo quería encontrar un momento para poder hablar con Niall y arreglarlo todo. Más que arreglarlo la palabra era aclararlo. Simplemente sonreía como una tonta cada vez que recordaba sus besos. Jamás la habían hecho sentir tan… idiota.

Se sobresaltó un poco cuando alguien entró a la sala. Se giró a ver y sonrió al reconocerlo.

—Papá, me asustaste. —le dijo.
—Lo siento, hija, no era mi intención. —se disculpó él y se acercó a ella para sentarse a su lado.
______ lo abrazó, apoyando la cabeza en su hombro. Greg sonrió levemente. Sabía que _____ quería preguntarle algo. Siempre que lo abrazaba de aquella forma, lo hacía.
—Papi —lo llamó.
—¿Qué sucede, cielo?.
—¿Crees que esta bien sentir algo por una persona a la que conoces hace mucho tiempo, pero por X motivos dejaste de ver por un par de años y ahora volviste a ver?.
—¿Estás hablando de Niall,verdad? —dijo él.

______ se incorporó rápidamente y lo miró nerviosa.

—Mmm… no, no hablo de Niall. —dijo torpemente.
—______, si estás hablando de Niall. – dijo divertido. Ella pestañeó seguidamente, sintiéndose descubierta. —Y no, no esta mal que sientas cosas por él. Es más… me agrada que sientas cosas por él.
—¿No te opondrías?. —inquirió con inseguridad. Su padre rió levemente.
—No soy Robert Montoya. Y para mi nada es más importante que tu felicidad. Pero, ¿y Ashton?.
—Terminé con él… — Greg frunció el ceño.
—¿En que momento?.
—En realidad solo le dije que no quería volver a verlo.
—Bueno, eso puede tomarse como algo no claro, mi vida. Deberías solucionar bien eso. Pero si sientes cosas por Niall, sigue adelante y juégate por él.
—Gracias, papi. —sonrió ella y besó su mejilla.
—______…
—¿Si?. —dijo ella y lo miró.
—¿Qué opinarías si te digo que… quiero casarme?.

Los ojos de la chica se abrieron de par en par.

—¿Qué? —fue lo único que salió de sus labios. Greg sonrió nervioso.
—Sé que es algo que no te esperabas escuchar, hija, pero creo que… necesito casarme con alguien que siempre ha estado en mi corazón.
—¿Gloria? —dijo ella rápidamente.
—¿Por qué crees que es Gloria?.
—Solo limítate a responderme,papá. —lo retó. Él agachó la cabeza.
—Si, es Gloria.
—¿Ya le pediste que se casara contigo? —quiso saber.
—Se lo pedí como 5 veces… pero ella siempre dice que no.
—¿Por qué? —preguntó.
—Porque cree que lo hago por lastima…
—¿Qué pasó entre Gloria y tú, papa? —era algo que siempre le había querido preguntar. Pero jamás había encontrado el momento.
—Éramos jóvenes y nos enamoramos. Fue amor a primera vista. Ella tenía 15 años cuando su padre entró a trabajar aquí. Y yo era un tonto soñador y me enamoré de ella. Mantuvimos nuestro amor en secreto. Hasta que un día tu abuelo dijo que debía marcharme a la cuidad, buscar una esposa y formar una familia. —suspiró —Me fui. Fui un cobarde y no le dije a tu abuelo que amaba a la hija del capataz. Luego conocí a tu madre… amé a tu madre, ______, mucho. Pero jamás llegó a ser lo que sentía por Gloria. Cuando volví al campo, ella estaba embarazada de Niall, pero el padre jamás se hizo responsable. Y luego llegaste tú y jamás volvimos a hablar de nuestros sentimientos.

—Papá… —murmuró ella y se acercó a abrazarlo —Me parece hermoso que quieras casarte con tu primer amor.
—¿No te opondrías? —preguntó de la misma forma que ella. ______ rió y se alejó de él.
—No, claro que no.

Greg sonrió y besó su frente. Luego con un poco de dificultad se puso de pie.

—Me voy a recostar un rato, hija, me duele un poco la cabeza…
—Está bien —asintió ella y lo vio desaparecer.

Lo que acababa de escuchar de su padre la había dejado completamente pasmada. Siempre había intuido que su padre sentía un sentimiento especial por Gloria, pero jamás pensó que era tan intenso.

Y al parecer la historia volvía a repetirse. ¿Debería hacerle caso a su padre y jugarse por Niall? ¿O dejar que las cosas siguieran su curso?.

Se puso de pie, iba a averiguar bien que era lo que Niall James Horan le hacía sentir.

Capítulo 44: Estoy enamorado.

Niall estaba parado frente a todos los peones de la estancia. Era más que necesario terminar de una buena vez con las indicaciones. En los últimos días había hecho de todo menos su trabajo. Principalmente por culpa de ________. Ella se la pasaba metida todo el día en su cabeza, confundiéndolo cada vez más. Luego de que Matt los interrumpiera (sí, el inoportuno de Matt) no habían vuelto a estar solos. Y él tenía ganas de estar a solas con ella. Demasiadas ganas.

—Bien, los reuní porque es hora de repartir los trabajos de ganadería. ¿Alguien quiere algún puesto en especial?. —les preguntó.
—No. —dijeron todos a la vez.
—¿Seguros?. —quiso saber.
—Si. —volvieron a contestar como soldados. Niall puso los ojos en blanco.
—Ya les dije que no tienen que comportarse como maquinas cuando el señor Brooks está aquí. Solo hagan su trabajo como siempre.
—Bien, yo quiero encargarme del marcado de las vacas. —dijo uno de ellos. El rubio sonrió.
—Bien, Joselo, tienes ese puesto. —dijo contento.

Entonces todos comenzaron a pedir diferentes trabajos. Niall asentía y asentía, pero ya se estaba mareando con tantas voces a su alrededor. Hasta que todos callaron. Él frunció el ceño, ¿Por qué todos se habían quedado en silencio de tal forma?.

—¿Qué sucede? —les preguntó. Ninguno dijo nada —Oigan, ¿Por qué se quedaron callados de golpe?. —ellos miraban fijo hacia atrás de él. Entonces uno de ellos le hizo un gesto con la cabeza, de que mirara. Y así lo hizo. Se sorprendió mucho al verla allí parada con una media sonrisa en el rostro —_______… ¿Qué…qué haces aquí?.
—Buenas tardes a todos —dijo ella sin dejar de mirar a Niall.
—Buenas tardes, señorita —contestaron como coro. El rubio comenzó a sentirse nervioso. Ella estaba allí por alguna razón.
—Siento haber interrumpido su charla… pero necesito hablar unos minutos con su capataz. ¿Me dan el permiso? —preguntó.
—Claro… - Respondió alguien.
—Si, señorita… - Respondió otra persona.
—Lléveselo, ya nos estaba hartando… - Respondió un peón,divertido.

Niall se giró a verlos con un gesto serio. Todos volvieron a cerrar la boca al instante y se pararon erguidamente.

—Señorita _____, no creo que podamos hablar en estos momentos. Estoy muy ocupado con el trabajo —dijo él.
—¿Mucho? —inquirió ella y le hizo ojos. El pulso de Niall se aceleró.
—Pero si ya has terminado de darnos los trabajos —habló Juan.
—Si —dijo él apretando los dientes y con la vista fija en ella. —Terminé de darles los trabajos pero yo también debo trabajar.
—Oh, Niall, no te preocupes por eso. —siguió hablando Juan. —Nosotros hacemos tu trabajo. No puedes dejar a la señorita ______ con la palabra en la boca.
—Además de que si se tomó la molestia de venir a buscarte, es porque es algo realmente importante. —habló Alex, que hasta entonces se había mantenido callado. Niall lo miró serio.
—Voy a matarlos a todos. —murmuró para ellos. Todos se aguantaron una sonrisa. Niall volvió la vista a _____ —¿Le parece si hablamos más tarde? —le preguntó.

No sabía por qué le estaba diciendo que no. Si lo que más él quería era poder tener unos cuantos segundos a solas con ella. Pero algo dentro de él le decía que no. Que primero debía aclarar todas las cosas con Evie, y luego si podría seguir a su corazón.

—No será mucho tiempo, Niall. —aseguró ella —Lo juro.
—Bien, solo voy a decirles a estos que vayan a trabajar…

Giró y se le fue la voz al ver que ya no había nadie detrás de él. ¡Se habían ido todos! Por dios, esos eran más chismosos y metidos que viejas en una peluquería.

_______ sonrió por lo bajo. Él la escuchó y nervioso volvió a mirarla.

—Parece que ya se fueron —dijo ella.
—Si, me adoran —sonrió él nervioso.
—Ven. —le dijo y estiró su mano para tomar la de él. —Podemos dar un paseo y charlar un poco, ¿te parece?.

Él vio sus manos unidas y se le secó la garganta. Siempre que la tomaba de la mano, el cuerpo le empezaba a sudar.

—Tengo toda la mano llena de tierra —le dijo.
—No me importa —aseguró y comenzó a caminar, tirando de él.

Niall tuvo que seguirle el paso. Tenía que corazón desbocado y no sabía que decir o que hacer. Por dios, y él se hacía llamar el hombre con más carácter del mundo. En esta situación simplemente parecía un joven adolescente idiota de 14 años.

Caminaron en silencio, con los dedos entrelazados. Era hermoso tenerla de esa manera. Observó su perfil. Estaba atardeciendo, y los rayos anaranjados del ocaso jugaban con el color de sus ojos, cabello, piel… boca. Su mirada quedó clavada en aquella parte de su anatomía. No había dejado de pensar en sus labios ni un solo segundos. Entonces ella se detuvo y se giró a verlo. Niall sacudió la cabeza. Ella le entregó una dulce sonrisa.

—Llegamos —le indicó.

El rubio miró a su alrededor y se sorprendió al encontrarse frente al viejo roble que estaba cerca de las caballerizas. Justo al lado del árbol había un mantel blanco que estaba lleno de cosas. Él divisó dos tazas y una tetera. Miró a ______.

—¿Qué es esto? —le preguntó. Ella soltó su mano, él se sintió vació, y caminó contenta hasta el mantel.
—¿Acaso me vas a decir que no recuerdas cuando éramos niños y yo te daba clases de ‘modales’ mientras tomábamos el té debajo de este árbol?. —le preguntó.

Él se sorprendió de aquello. Si lo recordaba, claro que lo recordaba. ¿Cómo poder olvidar esas insufribles clases de palabras raras que luego él usaba en el colegio?.

—¿Cómo olvidarlas?. —dijo él. _____ sonrió y se sentó. Niall soltó un suspiro y se acercó para sentarse frente a ella,sólo a unos pocos centímetros.
—No eras un muy buen alumno, Niall. — dijo ella mientras servia un poco de té en su taza y la taza de él.
—Claro que era un buen alumno. Tú eres la maestra mala… siempre me retabas y me enseñabas esas palabras por las cuales luego peleaba en la escuela.
—Eso es porque siempre has sido un salvaje. —terminó de servir y tomó un poco de su taza. Lo miró sobre el borde de la misma.
—Yo… —empezó a hablar él, pero las palabras se trabaron en su garganta.
—Creo que me estoy enamorando de ti, Niall. —le dijo ella tranquila cuando apoyó la taza en su lugar.

Si, se lo había dicho así sin más. Sin anestesia, sin avisar. De una y bien frontal. Se sentía muy bien por haberlo hecho. Pero comenzó a sentirse nerviosa al ver que él estaba simplemente helado, mirándola fijamente, sin pestañear. ¿Y si había hecho mal en sacar su parte sincera? ¿Y si él no sentía lo mismo? Dios, no podía ser tan impulsiva.

Pero en un abrir y cerrar de ojos, los labios de Niall estaban sobre los suyos. La tenía con firmeza de la nuca. ______ cerró los ojos, respondiendo al desesperado impulso. Se aferró al cuello de su camisa sin mangas entreabierta. Las puntas de sus dedos acariciaron la piel expuesta de su pecho. Sus pulmones, alma y vida se llenaron de su sabor.

Entonces él la soltó para poder respirar. Apoyó la frente sobre la suya, y le dio un tierno beso esquimal. Ella sonrió con los ojos cerrados.

—Yo no lo creo… simplemente estoy enamorado de ti —le susurró aún algo agitado. ______ buscó sus labios con los suyos, para volver a besarlo.
—¡_______! —escuchó que él gritaba. Se alejó de Niall. No podía ser cierto. ¡¿Cuántas veces más Matt iba a arruinarles los momentos?! El chico llegó agitado hasta ellos. Ambos se pusieron de pie con caras de pocos amigos. —¡No me miren así! No quise interrumpirlos, lo juro. —dijo agitado. —_______, tu padre esta tirado en su despacho… parece como si estuviera…muerto.

Capítulo 45: Él.

Llegaron corriendo al despacho de Greg e ingresaron para encontrar que Gloria estaba arrodillada al lado de él y lo sostenía contra su pecho. Levantó la vista para mirarlos y vieron las lágrimas que corrían por sus mejillas. El corazón de _______ dejo de latir. Su padre no podía estar muerto, claro que no.

—¡Llamen a un doctor ahora!. —exclamó Niall y se acercó hasta ellos para alzar a Greg en brazos.

Con una facilidad que sorprendió a ______ salió de allí y comenzó a subir las escaleras, como si su padre no pesara nada. Ella simplemente no podía reaccionar, estaba totalmente ida.

—¿Qué estas esperando? —le preguntó Mattie. —¡Sube con ellos!.

Asintió tontamente y subió corriendo detrás de los pasos del rubio. Llegó a la habitación de su padre y vio como Niall lo acomodaba sobre la cama. Se acercó hasta ellos.

—Papá —lo llamó y se arrodilló a su lado. —Por favor, papi, despierta…

Greg no reaccionó. Entonces los ojos de_____ soltaron las lágrimas que había estado acumulando durante todo el camino. Su padre lo era todo para ella. Y si él… se iba ella… ella no iba a soportarlo.

—Tranquila, ______. —le dijo Niall y acarició su hombro. Ella siguió con la mirada fija en su padre —Le tomé el pulso, está vivo… solo está inconciente.

Ella se giró a verlo.

—Me muero si le pasa algo —dijo con la voz quebrada.

NIall se arrodilló a su lado, la tomó del rostro y la acercó a él para acurrucarla contra su pecho. Ella se echó a llorar a conciencia y se apretó más contra él.

—Nada va a pasarle, te lo prometo…

Alguien entró al cuarto. Era Gloria. Ellos la miraron y se pusieron de pie. Ella se acercó hasta la cama y se sentó al lado de Greg. Estaba pálida y el cuerpo le temblaba.

—Ya viene el médico. —dijo apenas audible.
—Mamá, todo va a estar bien. – la calmó él.

Ella simplemente asintió y miró a su primer amor. Había ido a buscarlo a su despacho para decirle que sí… que se quería casar con él y compartir el resto de los años que le quedaban… juntos. Y lo había encontrado tirado en el suelo, inmóvil, con los ojos cerrados. Su mundo se había venido abajo. Ella simplemente iba a morir si al amor de su vida le pasaba algo… Él creía que ella ya no lo amaba, cosa que no era cierta. Lo miró y levantó su mano para acariciar su rostro. Siempre iba a amarlo, no importaba el daño, el dolor, los años… Greg Brooks era la otra mitad de su alma.

Mattie entró corriendo al cuarto, todos se giraron a verlo.

—Llegó el doctor —avisó.

______ salió rápidamente de la habitación y vio al hombre bastante mayor que terminaba de subir con algo de dificultad las escaleras. Tardó un poco en reconocerlo, pero lo hizo. Ese era el doctor que los atendía a ellos cuando ella aún vivía allí. Por dios ese hombre todavía estaba vivo…!,debía tener como más de 100 años,pensó ______.

Sacudió la cabeza y se acercó hasta él.

—Por aquí está mi padre, doctor. —le indicó. El hombre la miró sobre sus anteojos y asintió con la cabeza. La siguió en silencio en ingresó al cuarto. _____ iba a entrar, pero él la detuvo.

—Necesito estar solo. —le dijo con voz rasposa. Ella asintió. Y se quedó parada en la puerta.

Apoyó la frente contra esta, y suspiró.

—Ven, Glory. —dijo Mattie. —Vamos abajo…Voy a hacerte un té de tilo así te calmas un poco…Gregorito va a estar bien.
—Vamos, vamos. —susurró ella un poco mejor.

Niall vio como ellos dos desaparecían por las escaleras. Giró y observó a ______ apoyada contra la puerta, dándole la espalda. Se le encogió el corazón. Saber que ella estaba mal lo angustiaba. Se acercó un poco…

—Tengo miedo. —escuchó que ella murmuraba.
—Ven aquí, _____ —le dijo él.

Ella giró para mirarlo. Y sin dudarlo dos veces casi corrió hacia él y se metió entre sus fuertes brazos. Aquel único aroma a campo, sol, hombre y algo dulce la invadió. Era el aroma de Niall. Aroma que la calmaba, que la abrumaba. Él la abrazó con firmeza, haciéndole escuchar los latidos rápidos de su corazón.

—¿De verdad crees que él va a estar bien?. —le preguntó ella contra su pecho.
—Si, mi amor, va a estar bien…

Ella alejó su cabeza para mirarlo a la cara. Le había dicho 'mi amor'. Miró a sus ojos fijamente,había quedado perpleja por unos segundos. Se le fue la respiración de los pulmones. La mirada de él era de un celeste intenso, que la dejó sin habla. Entonces lo comprendió… ella lo amaba. No había otra explicación a lo que sentía. Levantó una de sus manos y acarició su mejilla. Él la miró de manera tierna.

—Niall yo…

—¿_______?. —dijo una voz que por desgracia le resultó familiar.

Ella giró la cabeza y se paralizó al verlo allí. ¿Qué diablos hacía él ahí? pensó. Torpemente se alejó de Niall.

—¿Ashton? ¿Qué haces aquí? —preguntó. Sintió como Niall se tensaba, e instintivamente se puso delante de él. No quería montar un espectáculo en ese momento.

Ashton miró fijamente a el rubio y luego volvió la mirada a ______.

—Vine a buscarte para que arreglemos nuestro amor, cariño ¿Para que más voy a venir?.
—Yo… —dijo ella nerviosa y miró al ojiazul. —Este no es un buen momento, Ashton.
—¿Quién es ese? —preguntó serio refiriéndose a Niall. —¿Y por qué estabas abrazada a él?.

Ella iba a contestar pero alguien la interrumpió.

—Soy Niall Horan,capataz y encargado de la estancia… —respondió él con seguridad.

Ashton miró a ______ y sonrió ironicamente negando con la cabeza.

—______, dime que no has caído tan bajo de involucrarte con un simple peón solo por despecho…

Niall lo miró algo sorprendido. ¿Él había dicho despecho?.

—Ya dije que este no es un buen momento, Ashton. —dijo ella apretando los dientes.
—Cariño. —sonrió él —Vine para que arreglemos nuestros problemas. Tú me amas, lo sé… y lo nuestro aún no esta terminado.
—No way… —dijo él sin poder creerlo. Todos lo miraron —¿Qué haces aquí, imbécil?. —preguntó Mattie seriamente.
—Lo que me faltaba. —murmuró Ashton. — No tenía ganas de toparme contigo, mariquita.
—______ te dejó, estúpido, ¿Qué haces aquí?. —dijo el amigo de la rubia sin entender por qué él estaba allí.

Niall volvió a mirarla. ¿Lo había dejado?. Una tonta sonrisa se dibujó en su rostro. Y aprovechó que el estirado ese no los estaba mirando para acercarse a su oído.

—¿Lo amas, ______? —le preguntó en un susurro. Un escalofrío recorrió la espalda de ella y giró la cabeza para mirarlo. Lo tenía tan cerca.

—N… no, no lo amo —murmuró.

Él sonrió y recorrió su rostro con una boba mirada. Y no pudo evitarlo, cortó la distancia y la besó. _____ suspiró, olvidándose de todo lo que estaba a su alrededor y giró del todo para rodear el cuello de Niall y responderle el beso.

—¡Hey! —exclamó Ashton.

Ella reaccionó y se alejó del rubio. Se aguantó una risa. ¡Dios santo!. ¿Qué estaba mal con ella?.
Su padre estaba adentro, con un médico y no sabía lo que tenía… y ella simplemente no podía sacarle las manos de encima a Niall y le importaba poco y nada que Ashton estuviera allí,ella jamás había sido así.

—Ashton. —dijo ella y sonrió. Escuchó que Niall se aguantaba la risa,totalmente diveritdo. —Creo que te dije que no quería volver a verte…—dijo ella levantando una ceja.
—¡No puedes hacerme esto, ______! —gritó él.
—¿No?- —inquirió ella —Ya lo hice, idiota!. Ahora encontré lo que estaba buscando, lo que me hacía falta. – miró al rubio.
—¿Estás completamente loca?- —preguntó Ashton sin poder creerlo —¡Es un peón, _____,un estúpido peón!. Tu empleado…
—Es mucho más que eso para mí —dijo ella sin dejar de mirar a Niall.
—Enana..¿Puedo encargarme de él?.—preguntó él.

Ashton retrocedió un paso para chocarse con alguien. Giró y miró algo ‘asustado’ a otro hombre que tenía tres hombres más detrás de él.

—Primo. —dijo Alex sin dejar de sonreír. —Nosotros podemos sacarlo por ti…
—¿Me harías ese favor?. —Niall sonrió divertido.
—Más que encantado…

Se acercaron a él y lo tomaron entre los tres. ______ simplemente observó como Ashton maldecía y gritaba cosas horribles sobre ella. Niall estuvo a punto de acercarse a él pero ella colocó una mano en su pecho para que se quedara justo donde estaba.

—No vale la pena. —le aseguró negando con la cabeza y luego lo miró a los ojos.

La puerta de la habitación de Greg se abrió y el doctor se asomó. Todos se giraron a verlo.

—Pasen por favor… necesito hablar con ustedes.
Capítulo 46: Dejar las cosas en claro.

______ fue la primera en entrar, pero se detuvo al ver que Niall no la seguía. Se giró a verlo.

—¿Por qué no vienes?. —le preguntó frunciendo el ceño.
—Yo…¿quieres que entre?. —dijo inseguro.
—Claro que si,salvaje, te necesito aquí…conmigo.

Él sonrió e ingresó. Mattie también entró junto a ellos y cerró la puerta con cuidado. ______ se acercó rápidamente a la cama al ver a su padre con los ojos levemente abiertos.

—Por Dios, papá…me asustaste tanto —le dijo ella y se acercó a él para abrazarlo. Greg sonrió levemente.

La puerta de la habitación se abrió y Gloria ingresó como un rayo. Corrió hacia la cama y se sentó del otro lado.

—Dios santo, estás bien. —derramó un par de lágrimas y también lo abrazó.

_____ sonrió y se puso de pie. Miró al azulino y este se encogió de hombros. Mientras que Gloria abrazaba y lloraba sobre Greg, ellos dos y Mattie se acercaron al doctor.

—¿Qué es lo que tiene, doctor?. —preguntó Niall,curioso.
—No es para alarmarnos. —les dijo primero. —Pero si para tomar precauciones. Greg sufre de presión alta…por eso últimamente ha estado teniendo dolores de cabeza, mareos y falta de aire, como me lo ha mencionado…

______ miró a su padre.

—¿Por qué no me dijiste nada?. —le preguntó enojada. Greg se sentó en la cama, con la ayuda de Gloria.
—No quería preocuparte, hija…
—Eres un inconsciente. —le aseguró. —Pero ya voy a hablar seriamente contigo…prosiga doctor.
—Esto de la presión se puede deber o mejor dicho… se debe a una serie de situaciones de nervios y preocupaciones.
—¿Qué más me has estado ocultando, Greg Brooks? —dijo _____ sin poder creerlo.
—Ya niña _____ —dijo Gloria —No lo retes más…

____ suspiró y volvió la vista al frente.

—¿Qué es lo que tenemos que hacer?. —le dijo al doctor.
—Debe descansar, relajarse, estar en cama, dar paseos tranquilos…Eso si, ya nada de sal en las comidas. Y no más negocios por un tiempo.
—Doctor… —murmuró Greg. Todos lo miraron. —Usted no me puede pedir dejar mis negocios. Todo se va a venir abajo…
—Yo voy a hacerme cargo de ellos —sentenció ______.
—Pero hija, estás son tus vacaciones…
—También las tuyas, papá. Yo puedo hacerlo, Mattie va a ayudarme y —miró a Niall y no pudo evitar sonreír. —Niall también.
—Claro que si, señor. —dijo él.
—Bien. —suspiró Greg. —Voy a tomarme las vacaciones… realmente.

Todos sonrieron. El doctor guardó sus cosas y caminó hacia la puerta.

—Lo acompaño abajo, doctor. —dijo Mattie. Ellos dos salieron de la habitación. _____ se giró a ver a su padre.
—Te vas a salvar de mi regañada, Greg Brooks, sólo porque no quiero que te vuelva a dar un ataque…
—_______ —dijo su padre y luego sonrió. —Voy a estar bien, hija. Voy a hacer todo lo que me diga el doctor,¿sí?.
—Más te vale —miró la escena de Gloria sentada a su lado. Ellos dos necesitan unos momentos a solas. Miró al rubio. —¿Me acompañas a hacer una sopa para mi padre?.
—Por supuesto. —asintió él.

Salieron con cuidado del cuarto. Y suspiraron a la vez cuando cerraron la puerta. Ahora estaban solos. Si, solos. El corazón de ______ se aceleró.

—¿_______? —dijo Niall.
—¿Si?. —preguntó ella.
—Voy a besarte…

Ella rió y comenzó a retroceder. Jugar un poco en aquel momento podía ser realmente relajante.

—Solo… si logras alcanzarme, salvaje —aseguró y comenzó a correr.

Corría tan rápido como podía. Pero entonces giró la cabeza y Niall no estaba detrás de ella. Frunció el ceño. ¿Por qué no la había seguido?. ¿Acaso no había entendido el juego?.

Llegó hacia las escaleras y las bajó sin dejar de mirar hacia atrás. Se sentía algo decepcionada. Él no la había seguido. Pero entonces chocó con algo y ahogó un grito… miró al frente y él estaba allí. ¿Cómo demonios lo había hecho?.

—Te atrapé. —dijo tomándola de cintura. Ella miró hacia atrás y balbuceó tontamente.
—Pero… pero… ¿Cómo es que… estás aquí?. ¡No me seguiste!. —exclamó.
—Primero te beso, y luego te explico. —sonrió él.

Bajó la cabeza y capturó sus labios. _____ cerró los ojos y abrió la boca, recibiendo su sabor.
¡Que descarada que estaba siendo!. Besar así como si nada a un hombre que todavía tenía novia. Pero no le importaba, realmente no le importaba.

—¡¿QUÉ DIABLOS SIGNIFICA ESTO?! —chilló ella.

Ellos se alejaron asustados y se giraron a verla.

—¡Evie! —dijo Niall. La castaña los miraba sin poder creerlo,totalmente enojada.
—Uups, creo que hoy mataremos dos pájaros… ¿de dos tiros?. —inquirió ella en voz baja.
—¡Estoy esperando una respuesta!. —gritó histérica.

Niall tragó saliva, nervioso. Ya era hora de dejar todas las cosas bien claras.

Capítulo 47: Se terminó.

Niall se sentó lentamente frente a una nerviosa Evie. Sabía que en cualquier momento iba a explotar, pero se estaba controlando bastante. La miró fijo a los ojos.

—¿Y bien?. —inquirió ella nerviosa.
—Evie, lo siento…
—¡Lo sientes! —exclamó —¿Es lo único que vas a decir?.
—Traté de decírtelo miles de veces, Evie. Pero siempre evitaste el tema…
—¡Aaaah, y por eso ahora soy la cornuda más grande de todo el condado!. —casi gritó.
—Te voy a pedir por favor que no grites. —dijo él serio.—Lamento que esto tenga que ser así, Evie… Pero estoy enamorado de _____.
—¿Acaso no te das cuenta de que ella va a cansarse de ti, Niall?. —le preguntó reteniendo un par de lágrimas. —No eres nada para esa mujer. Eres poca cosa. Un simple peón. ¿Acaso vas a vivir de ella dentro de par de años? O mejor dicho, ¿Acaso vas a aceptar irte a la cuidad detrás de ella? Porque ella no va a quedarse en este mugroso lugar para siempre…

Él se puso a pensar en aquello. Sacudió la cabeza. En ese momento aquello era lo que menos importaba. Fueran como fueran las cosas, él ya no podía seguir con Evie.

—No sé lo que va a pasar, Evie. —dijo mirándola fijamente a los ojos —Pero lo nuestro se terminó. Ya no puedo seguir mintiéndote.
—Bien. —aseguró ella mientras se ponía de pie —Espero que no te arrepientas. Yo no estaré esperándote cuando ella te de una patada…
—Evie…

Ella salió de allí rápidamente. Niall dejó la cabeza entre sus manos, mientras maldecía por lo bajo. Si, había hecho muchas cosas mal. Pero sabía que eran muy necesarias. Soltó un suspiro y se puso de pie. Por ahí dentro de unos días podría hablar perfectamente bien con Evie, y quedar como amigos. A pesar de muchas cosas, la apreciaba.
C
Se puso de pie y se acercó al refrigerador, para buscar un poco de agua. Se sirvió en un vaso y se sentó a tomarlo. Comenzó a pensar. Ahora _____ y él eran completamente libres para poder expresar lo que sentían.

Sonrió levemente y luego apretó los labios. ¿Qué iba a hacer ahora? Podía buscarla y llevársela a algún lugar. Entonces lo recordó. ¡Podía llevarla al valle!. Miró la hora y apenas eran las 5 de la tarde. Aun tenía tiempo. Si… al fin iban a poder estar solos y tranquilos.

Estaba por salir de la cocina cuando la puerta se abrió y Alex entró. Niall alzó ambas cejas al ver el rostro alegre de su primo.

—¿Qué pasó?. —le preguntó.
—Sacamos al carilindo ese de aquí y… le pregunté a Greta si quería ser mi novia…
—¿Y qué te dijo ella?.
—Me dijo que… no.

Niall se sorprendió. ¿Ella le había dicho que no a Alex? ¿Luego de todo lo que habían pasado, ella le había dicho que NO?.

—¿Te dijo que no?. —preguntó sin poder creerlo.
—¡Mentira! —Alex rió, haciendo que Niall frunciera el ceño- —¡Me dijo que si! ¡Maldita sea, tengo novia!.

Niall soltó un suspiro de alivio y sonrió. Su primo parecía un niño. Tenía aquella idiota mirada y los ojos le brillaban. Se preguntó si él mismo se veía así cada vez que estaba cerca de _____.
—Me alegro por ustedes, Alex.—le dijo —Solo espero que esto no traiga tantos problemas…
—Es un secreto —aseguró él. —Y lo mantendremos así… es mucho más… ¿intenso?.
—Si...puede ser. —dijo mientras pensaba en ______. — Bueno, Alex,ahora te dejo, tengo que ir a hacer unas cosas…
—Vi como tú y ______ se besaban, ¿algo que quieras compartir con tu primito?.
—No en este momento. —sonrió y salió de allí antes de que Alex lo llenara de preguntas. Escuchó que lo llamaba, pero no le prestó atención. De verdad quería ir a hacer un par de arreglos. Quería estar a solas con ______.

Salió de la casa para ir hacia las caballerizas. Preparó a White y se subió a él para salir de allí a toda marcha. Una gran sonrisa se curvó en su rostro, se le había ocurrido una gran idea. Primero iría al pequeño valle a arreglar todo y luego volvería a terminar de armar su plan maestro.

______ entró a la cocina y suspiró, él no estaba allí tampoco. Hacía como más de dos horas que lo estaba buscando por todos lados. Pero no lo había encontrado. Por ahí se había ido con la… con Evie. Apretó los dientes. Los malditos celos la invadieron al pensar que él podía estar con ella. No podía tolerarlo. Sacudió la cabeza. Él y ella no eran nada para que sintiera esas cosas, pero… no podía evitarlo. Su corazón se contraía de solo pensar que Niall podía estar abrazando a 'su novia' en este momento.

Volvió a salir de la cocina y se encontró con Mattie. Este tenía una pícara sonrisa en el rostro. Ella lo miró entrecerrando los ojos. Cuando Matt tenía aquella cara, era porque algo sabía. Se acercó a él.

—¿Qué me estás ocultando?. —le preguntó. Mattie apretó los labios.
—¿Yo?. —inquirió y miró a su alrededor —Nada, sweetness.
—Mentiroso. —lo acusó —Conozco perfectamente esa cara… algo sabes. Dímelo.
—Puedes averiguarlo por ti misma. —sonrió —Fíjate en tu habitación.

_____ miró hacia las escaleras y luego volvió la vista hacia Matt. No sabía si subir corriendo o quedarse allí hasta que él le dijera que sabía.

—¿Tiene que ver con Niall? —le preguntó curiosa mientras enarcaba una ceja. Él se encogió de hombros.
—No lo sé. —aseguró. —Solo sé que hace horas que no lo veo, ¿le habrá pasado algo malo?.

Luego de esas palabras, _____ salió corriendo de allí y subió las escaleras. Entró a su habitación y la puerta se cerró con algo de fuerza detrás de ella. Se quedó quieta al ver que en medio de su cama había un enorme oso de peluche que tenía una rosa al lado y un sobre encima de su barriga. Miró a su alrededor y no había nadie allí. Se acercó a la cama con cuidado y tomó el sobre. Lo abrió con cuidado y sacó el papel que tenía dentro:

{Hola, me presento, soy Teddy, un lindo oso de peluche, que hace mucho tiempo esta esperándote. Ahora estás aquí, así que…ya se terminó mi espera. Pero he observado que has estado mucho con ese tal…Niall. Por eso mismo me deshice de él, y no volverás a verlo a menos que vayas afuera y sigas las instrucciones. Hay alguien muy cercano a ti y muy blanco, esperándote. Si quieres volver a ver con vida al idiota ese, mejor has lo que te digo. Con amor, Teddy.

PD: Lleva la rosa que está a mi lado, sino mató a Niall.}.

Ella dejó la carta a un costado y lentamente giró la cabeza para mirar al oso. Entonces comenzó a reírse. Agarró la rosa y la acercó a su nariz. Tenía aquel suave aroma a tarde y sol, combinado con su propia esencia.

Se puso de pie y agarró al oso de peluche que era casi tan grande como ella. Lo abrazó y besó su nariz. Luego lo dejó sobre la cama y salió de su habitación para bajar corriendo las escaleras. Matt estaba sentado mirando la tele.

—¿Y encontraste algo?. —le preguntó.
—Si —asintió ella sin dejar de sonreír. —Pero ahora tengo que irme. La vida de una persona depende enteramente de mí.
—Si, ya lo creo. —dijo divertido.

______ besó la mejilla de su mejor amigo.

—Te amo, eres la mejor amiga que una persona podría tener.

Matt hizo un gesto de: ‘no exageres’, con la mano. Pero ella vio las pequeñas lágrimas que había en sus ojos.

—Ya, vete, porque voy a ponerme a llorar como niña de 5 años. Estoy sensible y tú me dices esas cosas… ¡vete ya! No creo que quieras que Teddy mate a su bombón campestre.
—Noooo!. —exclamó divertida —Ni por asomo.

Rió y salió de allí. Mattie suspiro. Sabía que esta noche, ______ no iba a volver para dormir.

Capítulo 48: Te amo.

_______ caminó con cuidado, acercándose a White, que estaba allí parado… como esperando algo. Llegó hasta él y le acarició el hocico.

—Hola, muchacho. —le dijo de manera tierna. —¿Tú eres lo que me estaba esperando?.

White meneó la cabeza y resopló en respuesta. Ella sonrió y entonces divisó la nota que colgaba en el bozal del animal. La tomó sin dudarlo.

{Para volver a ver a Niall, tienes que subirte a White y dejar que te lleve...él sabe el camino.
Mejor que vayas sola, puedo hacerle algo al ‘papitaso de telenovela’ si vienes acompañada… firma,Teddy}.

Sonrió y se guardó la nota en el pequeño bolsillo que tenía su vestido de verano. Se había puesto algo cómodo luego de que 'el papasito de telenovela' se había ido a hablar con Evie. Y había encontrado entre sus cosas un fresco vestido blanco que en el borde tenía un mar de florcitas rosas.

Se subió a White y el corcel blanco comenzó a andar apenas ella se acomodó. _______ se sorprendió un poco, pero lo dejó andar tranquilo. Levantó la cabeza para mirar el cielo. Estaba completamente despejado y las estrellas parecían interminables. Era perfecto. Era una agradable noche de verano. No hacia calor, tampoco frío. No había viento, pero si una suave brisa que casi pasaba desapercibida.

Entonces White comenzó a andar más rápido y a adentrarse en el bosque. ______ tomó las riendas e intentó detenerlo, pero el caballo no lo hizo. ¿Hacia donde la estaba llevando?.

Comenzó a preocuparse. No le gustaba la oscuridad que había en aquel lugar. Y sabía que había un par de animales salvajes por allí. El corazón comenzó a latirle con nervios. Pero entonces recordó la carta…White sabía a dónde la estaba llevando. Solo tenía que confiar en él y en… ¿Teddy,el asesino?.

Sonrió y negó con la cabeza. Aquello si que había sido una gran ocurrencia. Romántico, pero a la vez divertido. Conocía una nueva faceta de Niall. Al parecer se le daban bien las ideas…Pensó en las veces que Evie pudo haber recibido ese tipo de atenciones. El estómago se le encogió de celos. No, él ya no estaba más con ella. Lo presentía.

White empezó a andar más rápido y ______ se aferró con él con fuerza. Al parecer se estaban acercando a su destino. El caballo salió de entre los árboles para meterse a lo que ella sin duda llamó: 'Pequeña porción de paraíso'.

Su boca se abrió sin poder creerlo. ¿Cómo era posible que casi se había olvidado de aquel lugar?. White se detuvo y ella se bajó. El sonido de la cascada llegó a sus oídos y giró para apreciar el espectáculo que había frente a sus ojos. El pequeño lago estaba completamente iluminado por aquella enorme luna blanca, que parecía estar más cerca de ella de lo normal. Respiró profundamente y el suave olor a agua pura, noche calma y libertad le entró a los pulmones. Cerrando los ojos se dejó llevar por los sonidos de la naturaleza. Había tanta paz allí, se sentía tan bien. Pero entonces recordó que por allí tenía que estar su príncipe. Abrió los ojos de golpe y miró a sus costados, buscándolo.

—¿Buscas a alguien? —preguntó él.

_______ se sobresaltó un poco y giró rápidamente para encontrarlo allí. Su corazón había sufrido un gran susto por su causa, pero aun así le sonrió.

—Me asustaste —le comentó. Él sonrió y se encogió de hombros.
—Lo siento, no quise hacerlo —aseguró.

______ miró a su alrededor una vez más y luego volvió la vista a él. Se veía tan…hermoso. Y la luz de la luna jugaba con el brillo de sus bellos ojos. Llevaba puestos unos vaqueros desgastados y una de sus siempre camisas sin mangas…los botones llegaban hasta la mitad de su pecho. Dejándole ver un poco de aquella bronceada piel. Quería tocarlo…se mordió la mejilla por dentro de la boca. Tenía que controlarse un poco.

—¿Estás bien?. —quiso saber ella. —Temía por tu vida…ese Teddy parece ser muy malo.
—Y lo es. —asintió Niall poniendo su mejor cara de preocupación. Se le estaba haciendo imposible concentrarse y seguir el juego al pie de la letra. Simplemente porque ella no podía verse más hermosa y encantadora. Solo quería besarla hasta que el dolieran los labios y no pudiera respirar. — Está completamente loco. Cree que tú eres suya y me odia porque dice que nos vio…besándonos un par de veces.— Ella se sonrojó un poco. —Yo intenté decirle que no era nada serio… —______ alzó las cejas —Por ahora… Además creo que esta loco, porque de verdad hace mucho tiempo que está esperándote.

—¿Cómo? —preguntó ella.

Como quitándole importancia a la situación Niall frunció el ceño y dio un paso hacia ella, quedando un poco más cerca. Levantó su mano y acomodó unos mechones de su largo cabello detrás de su oreja.

—Verás… compré ese oso un año después de que te fuiste. Como pensé que ibas a volver ese verano, creí que iba a gustarte. Pero no volviste así que Teddy estuvo encerrado en un viejo baúl hasta hoy…

______ sintió una presión en el pecho. Así que ese era el motivo por el cual Teddy estaba completamente loco.

—Lo siento. — Murmuró mirando hacia el suelo,totalmente avergonzada. Una vez más se había sentido como una estúpida por no haber regresado.
—No, nonono, no, mi amor. —sonrió él y la tomó del mentón para que levantara su rostro y sus ojos quedaran a la altura de los suyos.. —No te disculpes. Mejor tarde que nunca, ¿verdad?.

Ella asintió levemente. Se mordió los labios para no sonreír como una imbécil a causa de que su corazón latía acelerado porque él la llamaba ‘amor’. Sonaba tan bien en sus labios.

Entonces se alejó de él para caminar a su alrededor y seguir observando aquel maravilloso lugar. Niall se acercó a White y le dio la orden de ir junto a Estrella y Apolo, pero volver por la mañana. El caballo se fue de allí, dejándolos completamente solos. Giró para ver en donde estaba su princesa. Y allí estaba, miraba todo como si jamás hubiese visto algo igual. Se le llenó el corazón de amor por ella. Si, era amor… mucho amor.

—Nialler. —dijo ella sin dejar de mirar hacia todos lados.
—¿Qué?. —le preguntó él mientras se acercaba.
—¿Por dónde bajaste hoy cuando te dije que me siguieras? —le preguntó. Él frunció el ceño. No esperaba que dijera eso. Se encogió de hombros.
—Descubrí que la casa tiene un atajo hacia abajo. —le contó. Ella se giró a verlo.
—¿De verdad?. —dijo sorprendida —Después vas a mostrármelo, ¿verdad?.
—Si eso te hace feliz, claro que si…

Ella lo miró de manera tierna y como si de una niña se tratara bajó su mirada para mirarlo con timidez. Él sonrió bobamente.

—Este era nuestro lugar secreto, ¿no?. —inquirió aun tímida.
—Así es… aquí nos escondíamos de los retos de nuestros padres. Y pasábamos tardes enteras jugando en el laguito y corriendo, saltando, etc.

Ella miró el agua.

—¿Nos metemos? —preguntó con entusiasmo y sonrió contenta.
—¿Te parece?. —dijo él confundido — No tengo un traje de baño y creo que tú tampoco trajiste uno…
—Por favor. —dijo ella casi de un ruego y comenzó a quitarse los zapatos. — Si yo me meto en ropa interior, es como si me metiera con una bikini…

El rubio se tensó y sin dudarlo giró para no mirarla. No quería mirar como se quitaba el vestido,no. Escuchó el sonido de un cierre y se lo imaginó perfectamente. Su cabeza tuvo la intención de girar, pero se mantuvo firme. Luego escuchó una pequeña risita y después el sonido del agua. Giró al instante y vio su pequeño vestido blanco tirado cerca de la orilla, junto a sus zapatos. Miró hacia el lago y ella justo asomaba la cabeza.

—______, ¿estás loca? —le preguntó divertido.
—¡Vamos,salvaje, ven aquí! El agua está hermosa…
—No lo sé…
—¿Quieres que salga a buscarte?. —inquirió.
—¡No!. —se apresuró él a decirle. —Pero no mires…
—¡Ay, Niall, por el amor de Dios!. ¿Me estás hablando en serio?. — él simplemente asintió. _____ negó con la cabeza —Bien, no voy a mirar…

Giró en el agua, dándole la espalda. Niall suspiró y comenzó a quitarse la camisa rápidamente. Podría decirse que casi rompió los botones para poder hacerlo rápido y dejar de parecer un idiota. Arrojó la prenda a un costado y fue hacia sus pantalones, pero entonces se detuvo y recordó aquello. ¡Maldita sea!.

—_______ —la llamó.
—¿Qué?. —le preguntó ella sin girarse.
—No puedo hacerlo. —le dijo.
—¿Puedo girar? —quiso saber.
—Si, puedes girar —asintió.

Ella giró con toda la intención del mundo y decirle algo, pero las palabras no salieron de su boca. Él simplemente parecía una especie de dios griego allí parado, observándola.
Sin duda alguna ese hombre era perfecto en todos los sentidos. Aquellos firmes músculos surcaban todo su torso, demostrándole que era un verdadero hombre de campo. Era perfecto con aquella camisa y era aun más perfecto sin ella. Como amaba a ese hombre…

—¿Ahora cual es tu excusa para no entrar?. —preguntó. Él se rascó la nuca,no sabía como decirlo.
—Bueno, verás yo no…—dejó de hablar.

Se sentía demasiado nervioso. ¿Cómo diablos había olvidado ponerse aquello?. La verdad era que él casi nunca usaba ropa interior, simplemente le era incomoda a la hora de montar o trabajar.

—¿Qué?. —insistió ella.
—No llevo ropa interior. —susurró.

______ frunció el ceño ya que no lo había escuchado y se acercó más a la orilla.

—Habla más alto, no te escuché…
—No llevo ropa interior —volvió a decir entre dientes.
—¿Qué? —preguntó de nuevo —Por Dios, Niall, habla bien de una vez…
—¡No llevo nada debajo del pantalón!. —exclamó nervioso.

______ lo miró sin poder creerlo. Entonces estalló en risas, sin poder evitarlo. Niall la miró severamente. Aquello no tenía nada de gracioso.

—Ni-Niall —dijo entre risas. —¿Por qué no llevas ropa interior?.
—No me parece cómodo. —dijo él simplemente. —Y ya deja de reírte, no es chistoso…
—Si lo es. —aseguró y luego de unos segundos más, se calmó. —Ya, ya no me río más de ti,
¿de acuerdo? Pero tengo la solución perfecta a todo esto…
—¿Cuál?. —quiso saber él.
—No veo en dónde este lo malo de nadar… desnudos.

Ella lo vio tragar pesadamente. Se aguantó una sonrisa. No sabía de dónde es que se estaba comportando tan descaradamente. Pero con él se sentía completamente libre de hacer lo que su corazón e impulsos le decían.

Entonces sin decir nada, se desabrochó el sostén debajo del agua y lo lanzó hacia dónde estaba su vestido. Luego estiró una mano hacia abajo y se quitó el culotte, lo arrojó fuera también.

Niall observó como cada prenda caía sobre su vestido y luego volvió la vista hacia ella. Si, él la había traído a ese lugar para confesarle completamente todo su amor y cenar algo dentro de la pequeña casita, que al parecer ella aun no había observado. Dentro de la casita había comida y velas esperándolos. Pero allí estaba ella, cambiando todos sus planes. Simplemente tentándolo a llegar al borde del abismo.

—Date la vuelta. —le ordenó. Ella sonrió y giró para dejarle su ‘privacidad’.

Niall se desabrochó los pantalones rápidamente y se los quitó de un tirón. La suave brisa de la noche le bajó como un escalofrío por la espalda. Sin quitar la mirada de ______, fijándose de que no lo viera, tiró toda su ropa junta hacia un costado. Se acercó rápidamente a la orilla y se tiró de cabeza. El agua realmente envolvió su cuerpo, y fue de una manera agradable. La temperatura simplemente era perfecta. Nadó hacia la superficie y sacudió la cabeza para poder mirar a su alrededor. Y allí a unos dos metros estaba ella mirándolo con una leve sonrisa en el rostro. El corazón se le aceleró.

—¿Ya se te fue la vergüenza?. —quiso saber ella.
—Esto no es lo que había planeado. —aseguró él.
—¿Habías planeado algo?. —inquirió algo sorprendida.

Niall asintió y nadó hacia más al centro. Alejándose un poco de ______. Quería tenerla lejos para contarle cuales habían sido sus ‘planes’.

—Si, planeé todo. —comenzó a hablar, —Primero, lo de Teddy… claro que obtuve un poco de la ayuda de Matt. La carta la hice yo y el nombre Teddy, también se lo puse yo. Es el único nombre que conozco para un oso de peluche. No me molesta si quieres cambiárselo. Luego le di las instrucciones a White y me pasé toda la tarde arreglando la pequeña casita que está detrás de ti…

______ giró y entonces la vio. La vieja casita de hadas, o así ella la llamaba cuando era una niña. Observó que un par de tenues luces iluminaban su interior. Volvió la vista hacia Niall.

—Intenté hacer una especie de cena… pero soy muy malo para la cocina. Así que le robé algo a mamá.. Supuestamente ahora tendríamos que estar allí dentro comiendo algo a la luz de la velas. Pero como siempre cambias todos mis planes y ahora estamos desnudos en el agua…

—Te amo, Niall. —le dijo ella sin dejar de mirarlo bobamente. El corazón del rubio se detuvo y por poco dejó de respirar.—Te amo y quiero besarte en este mismo instante…
Capítulo 49: Nuestra historia de dos. (CAPITULO PERVER, SI SOS MENOR SALTEATE ESTE CAPITULO)

______ sonrió al ver que él no hacía nada. Solo estaba allí, flotando, mirándola como si se tratara de una loca. Al parecer tendría que hacer algo más para hacerlo reaccionar de una buena vez. Entonces se acercó a la orilla y salió del agua, siempre dándole la espalda. Escucho una suave maldición por parte de él y se mordió los labios. Se acercó a su ropa y comenzó a vestirse. Cuando ya iba por el vestido, lo miró sobre su hombro. Él estaba en el mismo lugar. Realmente estaba teniendo una guerra en su interior. Ella terminó de vestirse y se giró del todo para verlo.

—Ya que has planeado algo… Vamos a hacer lo que preparaste. —le dijo cortante y entonces se dirigió hacia la pequeña casita.

Niall observó como ella se alejaba de allí e ingresaba a la pequeña casita. Bien, pensó, todo estaba saliendo perfectamente bien. Si, claro. Él se estaba comportando verdaderamente como un idiota que no sabía como reaccionar. Pero haber escuchado aquel ‘te amo’ de sus labios, lo había dejado completamente sin pensamientos, sin habla, sin reacción. Lo que si había reaccionado a ella había sido su cuerpo. Maldita sea, en situaciones así odiaba ser hombre y tener algo que demostraba completamente su excitación. Haber visto su cuerpo desnudo de espaldas, no lo había ayudado mucho a concentrarse. _______ Brooks comenzaba a jugar con fuego y él sabía que ambos iban a quemarse.

Suspirando nadó hacia la orilla y salió para vestirse rápidamente. Cuando se colocó la camisa, se dio cuenta de que no podía abotonarla, así que la dejó así nomás. Sacudió un poco la cabeza, para secar su cabeza y respiró profundamente antes de caminar hacia la casita. Bajó la mirada a su entrepierna, aún no se había calmado.

—Compórtate, compañero. —le pidió —Si te mantienes a la raya, va a ser mejor…

Se detuvo frente a la puerta y suspiró antes de entrar. Divisó que ella estaba parada mirando la parte de la pequeña cocina. Se giró a verlo y le entregó una dulce sonrisa.

—Esto es realmente hermoso, Niall. —le dijo.
—Me alegro que te guste…
—Veamos que hay para cenar. —ella se acercó a una cesta y comenzó a sacar la comida. Él solo la observaba. Entonces puso todo sobre la mesa y se sentó. —¿No te sientas?.

Él asintió,incómodo. Se sentó en la silla que estaba pegada a la de ella. ______ lo miró fijo a los ojos, haciendo que él se sintiera más intimidado. Pero, ¿Qué diablos pasaba con él?. Allí estaba la mujer de su vida y lo único que podía hacer era comportarse como un completo imbécil.

Entonces ya no lo dudó. Nada ganaba con seguir con ese estúpido jueguito de quedarse callado y haciendo nada. Se acercó en una respiración a ella y tomó su boca con la suya. ______ gimió suavemente contra sus labios. Niall la tomó de la nuca, acercándola más a su beso. Ella levantó los brazos y rodeó su fuerte cuello, para no caerse. Cada parte de ella temblaba con aquel hermoso sentimiento que latía en su corazón.

—Te amo. —murmuró él soltando su boca levemente para comenzar a besar su mentón. Los ojos de ellas seguían completamente cerrados, entregándose a cada sensación. Niall bajó sus labios hacia su garganta. Encontró aquel punto en donde su pulso latía desenfrenado y la lamió suavemente. Un escalofrío se caló hasta los huesos de ella. Pequeñas gotas de agua caían cerca del escote de su vestido, desde el cabello húmedo de él, erizándole la piel. Niall volvió los besos hasta su rostro. Besó sus ojos, uno por uno, con suma delicadeza. Bajó a su nariz, luego besó sus mejillas y cuando ella esperó que volviera a su boca. Él se puso de pie.

Ella abrió los ojos para mirarlo algo extrañada. Él estiró su mano y se la entregó. ______ no lo dudó y la tomó. Niall la puso de pie, en un solo tirón y la pegó a él, volviendo a capturar su boca. Ahora ya no era un beso suave. Era un beso cargado de pasión y deseo. Un beso que le hizo temblar hasta el alma. Sus lenguas se mezclaron y a ella le costó respirar. Pero no podía detenerse, tampoco quería que él lo hiciera. Sus manos se apoyaron sobre su pecho. Gracias a que la camisa estaba abierta pudo sentir el ardiente calor de su piel. Le cosquilleó el estómago con una irreverente expectación. Sabía que iban a hacer el amor. Pero no estaba lista para los sentimientos que se despertaban en su interior. Y se sintió asustada. Sintió miedo de no ser lo que él esperaba.

—Eres todo lo que siempre he soñado. —dijo él como si acabara de leer sus pensamientos.

_______ levantó un poco la mirada para encontrarse con su profunda mirada. —Eres eso y mucho más…
—¿Crees que esto funcione?. —preguntó dudosa.

Necesitaba saber si él creía que aquello no era algo pasajero. Niall levantó la mano y acarició su rostro. Volvió a besar la punta de su nariz.

—Apostaría mi alma a que sí…
—Te amo…
—Te amo.

Volvieron a besarse. Niall posó sus manos en la delicada espalda de ______, y buscó el cierre de su vestido. Lo bajó delicadamente. Llevó la boca a su hombro derecho y lo besó delicadamente. ______ hundió los dedos en sus cabellos mientras cerraba sus ojos y se dejaba llevar. El pequeño bretel del vestido cayó hacia un costado y Niall se encargó de hacer lo mismo con el otro. La prenda cayó al suelo delicadamente. Ella tenía los ojos cerrados, sintiendo que así sentía todo más intensamente. Entonces él la levantó en brazos, instintivamente _______ colocó los brazos alrededor de su cuello y lo miró a los ojos. Caminó con ella en silencio hasta llegar a un costado de la pequeña casita en donde se encontraba una cama, en la que apenas entraba una persona. ______ miró el lecho y luego volvió la vista hacia él. Iban a estar más que pegados en ese lugar. Acercó su rostro al de él y acarició su masculina mejilla con la nariz. Respiró profundamente para llenarse el cuerpo de su aroma. Niall la tendió delicadamente en la cama, que hizo un pequeño crujido ante el nuevo peso que llevaba encima. Ella simplemente lo observó allí parado. Él se quitó la camisa y se inclinó sobre ella volviendo a besarla. ______ comenzó a recostarse, llevándolo junto a ella. Niall se posicionó sobre el delicado cuerpo de ella. Pero trasladó todo su peso a su brazo derecho, para no llegar a aplastarla. La ropa interior de ella le mojó el pecho y entonces sin dudarlo, se alejó un poco y se lo quitó. Ella contuvo el aliento, y sintió que un suave calor le cubría aquella parte de su anatomía y corría rápidamente hacia sus mejillas. ¿Ahora sentía vergüenza?. Luego de haberse comportado tan descaradamente hacia unos cuantos minutos, no se atrevía a mirarlo a los ojos. Sintió que Niall le levantaba la barbilla con su mano.

—No volverás a irte, ¿verdad?. —le preguntó.
—No… —murmuró ella.

Él volvió a besarla, tomando hasta la última gota de dulzura de sus labios. Y ______ sabía, sabía que jamás iba a poder dejarlo. Él estaba metido debajo de su piel, en su corazón. El resto de las ropas que ambos llevaban terminaron silenciosamente en el suelo. Sus corazones latían al mismo ritmo, diciéndose todo sin decir nada. Entonces ______ rodeó aquellas fuertes caderas con sus piernas y Niall entró en su feminidad. Sin dejar de mirarla a los ojos. Ella se aferró a sus hombros y un suave gemido se le escapó de los labios. Notó que él estaba tenso, ¿Creía que podía hacerle daño?.

—¿Te provoco dolor?. —preguntó él en un gruñido. Lo que más odiaba era saber que podía lastimarla...de la forma que fuera.
—Se siente hermoso. —murmuró ella y lo alentó a que se moviera un poco más. Era la gloria, su cuerpo tan pesado encima de ella, su piel tan caliente, sus músculos duros y fluidos. —Más, Niall. No voy a romperme. No puedes hacerme daño…

Entonces él se enterró en ella. ______ gimió su nombre y arqueó su cuerpo hacia el suyo.
Elemental como respirar, era tenerlo en su interior. Jamás había sentido nada como aquello. Y era simplemente suyo. Cuando comenzó a moverse desenfrenadamente, sus labios encontraron los de ella y metió la lengua en su boca, tuvo el fugaz pensamiento de que nada en su vida volvería a ser lo mismo, jamás. Y luego perdió su cuerpo, que se disparó por encima del borde, para caer en una lluvia de estrellas. Como si estuviera a cierta distancia oyó a Niall rugir y convulsionar, sacudiéndose una vez, y luego otra y otra más y muchas otras veces más.
Él se dejó caer sobre ella pesadamente, y ______ lo acunó con sus brazos, para luego besarle la frente que estaba a su alcance. Permanecieron unidos, entrelazados y sus respiraciones continuaron siendo agitadas durante un largo rato. Niall levantó la cabeza y la miró a los ojos. Se sentía el hombre más afortunado del mundo. Nada podía salirle mal.

—______… ¿Qué vamos a hacer respecto al futuro?.
—Construirlo… juntos.

Él sonrió y la besó cortamente antes de volver a apoyar la cabeza en su pecho y escuchar los latidos de su corazón.

—Es muy novelesco esto de la hija del jefe y el peón de la estancia…

Ella rió entrecortadamente y acarició su espalda.

—Simplemente es nuestra historia.

Capítulo 50: Una persona nueva.

Ella se despertó sintiéndose completamente renovada, una nueva persona… Su cerebro aún estaba medio dormido, así que todavía no entendía bien el motivo. Entonces se movió un poco para sentir un poco de piel caliente debajo de su cuerpo.

Abrió un ojo y miró hacia arriba. Aquel rostro era el de un ángel. El ángel más hermoso que ella había visto en su vida. Levantó un poco la cabeza hasta apoyar el mentón en aquel perfecto pecho masculino.

Los leves rayos de sol que entraban por la ventana bañaban suavemente el rostro que ella estaba observando. Y sus pestañas brillaban, al igual que sus cabellos…mostrando un suave tono dorado. Sonrió y recordó cada caricia, cada beso, cada palabra que habían compartido hasta caer en un hermoso sueño, juntos.

Intentó levantarse, pero no pudo. Había un pequeño peso sobre su cadera que se lo estaba impidiendo. Miró y vio el brazo de Niall que la sostenía cerca de él de manera posesiva. Volvió la vista a su rostro y aquellos hermosos ojos celestes la estaban mirando.

—Pareces un ángel. —habló él con la voz ronca. ______ se mordió el labio inferior y luego escondió el rostro contra él.
—Y tú eres la cosa más hermosa que he visto en mi vida al despertar. —murmuró ella contra su pecho. El rubio sonrió y soltó el aire acumulado en sus pulmones.

Se incorporó un poco y tiró de ella, hasta que su rostro estuvo frente al suyo. ______ mantenía la mirada baja.

—Mírame. —ordenó él.
—No puedo. —dijo ella. Niall frunció el ceño.
—¿Por qué?. —quiso saber él… ¿Acaso estaba arrepentida de lo que había pasado entre ellos?.

Su cuerpo se tensó ante aquella idea. Tal vez ella simplemente no había sentido lo mismo que él, y ahora quería…huir.

—Porque si te miro voy a morirme de amor…

Sus músculos se relajaron bajo el suave peso femenino. Tenerla así, desnuda, contra su cuerpo era irreal. Sentir con cada célula de su cuerpo a la mujer que amaba era inexplicable.

—Vamos, mi amor, mírame. —le pidió.

______ levantó la mirada bajo sus espesas pestañas, hasta encontrarse con sus perfectos ojos. Y si, acababa de morirse de amor.

—Gracias. —susurró ella.

Él arqueó una ceja interrogativamente.

—¿Por qué?. —preguntó y marcó el contorno de su cuello con un dedo. ______ se estremeció y cerró los ojos suavemente.
—Por hacer galopar mi corazón como si fuera un…caballo salvaje.

Él alzó un poco más la cabeza y capturó sus labios, para luego recostarse con ella y girar sobre el pequeño colchón, atrapándola debajo de él. ______ gimió suavemente dentro de su boca. Y aquello fue un incentivo. Ella rodeó sus fuertes hombros, acercándolo más a ella. Pero entonces el relinche de un caballo los hizo alejarse. Niall se incorporó un poco para mirar por la ventana y observar a White allí acercándose al lago para tomar agua. Suspiró, era hora de volver a la realidad. Volvió a mirar a ______.

—Debemos volver…

Ella hizo un leve puchero.

—Nooo…
—Sí. —asintió él divertido y se puso de pie para comenzar a vestirse. Él, más que ella, tenía ganas de quedarse allí durante toda la vida junto a ella. Pero era consciente de que tenía un trabajo y varias cosas para supervisar y arreglar. Vio que ______ no hacia ningún esfuerzo por ponerse de pie. —Vamos, arriba.

—No quiero —dijo cruzándose de brazos.
—______, tengo que trabajar…
—Al demonio con tu trabajo. —aseguró. Él soltó una estrepitosa carcajada. Ella simplemente parecía una niña peleando por un dulce.
—Vamos, mi amor…Recuerda que tu padre necesita cuidados y que prometiste hacerte cargo de los negocios.

Ella se puso rápidamente de pie y comenzó a vestirse también. Él sonrió y la miró divertido.

—Tienes razón, soy una irresponsable. —aseguró ella mientras comenzaba a ponerse el vestido.

Niall terminó de acomodarse y se acercó a ella para abrazarla por detrás.

—Jamás podré olvidarme de esto, _______.—le susurró al oído para luego besarle el costado del cuello. Ella suspiró gustosamente y se recostó contra su pecho, sujetándose de los brazos que rodeaban su cintura.
—Ni yo…—aseguró.

Giró entre sus brazos para mirarlo bien de frente y divisó su camisa entreabierta. Intentó abotonarla pero descubrió que le faltaban varios botones. Lo miró divertida. El ojiazul se encogió de hombros.

—Bien…anoche cuando me forzabas a entrar desnudo al lago…
—¡Yo no te forcé!. —intentó sonar ofendida pero no pudo. Se estaba aguantando las ganas de reír.
— …sin querer arranqué algunos botones de mi linda camisa. Era la mejor que tenía, y ahora simplemente no sirve.—bajó la mirada como un niño triste. ______ sonrió y le dió un beso en medio del pecho, haciendo que él respirara profundamente.

—Te ves condenadamente bien con la camisa a medio abotonar. —dijo pícara.
—_____… —advirtió él.

Ella rió y se alejó de él para acercarse a la puerta.

—Vamos, aburrido, llévame a casa…—abrió la puerta y luego se giró a verlo —Por no haberte quedado aquí conmigo. Vas a pensar todo el día en lo que podríamos haber hecho.

Salió de allí dejando a Niall con la boca levemente abierta. Entonces él reaccionó y maldijo por lo bajo. Sabía que ella tenía razón.

Capítulo 51: Debo volver.

______ ingresó a su habitación con cuidado. Aún era muy temprano y al parecer todos dormían. Sonrió y se dejó caer pesadamente en su cama. Niall y ella habían vuelto hacia allí, abrazados sobre White. Habían hablado, reído y compartido uno que otro beso. Hasta que se detuvieron frente a la casa y él la ayudó a bajarse. La había mirado tiernamente desde el caballo y le había dicho que la veía luego, antes de partir hacia las caballerizas.

Suspiró, estaba enamorada. Muy enamorada de ese hombre. Se cubrió el rostro con ambas manos mientras se aguantaba una estúpida sonrisa. Haber hecho el amor con Niall James Horan había sido una de las mejores cosas que le pasaron en su vida.

La puerta de su alcoba se abrió de golpe y él entró como un rayo. ______ se incorporó un poco de la cama y miró sorprendida a Matt.

—¡Quiero saberlo todo! ¡TODO!. —exclamó histérico.

______ rió y se sentó en la cama.

—Ya, tranquilo. —intentó calmarlo.
—¡No me puedes pedir tranquilidad, cariño! Soy tu mejor amiga y necesito saber que es lo que pasó…

Ella se dejó caer en la cama, suspirando.

—Hicimos el amor…
—OH MY GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!!!!!!!!!. —gritó y ______ rió pero intentó silenciarlo porque sabía que su padre estaba durmiendo.
—¡No grites!. —dijo divertida.
—ME MUERO MUERTISIMA RECONTRA ARCHI MEGA MUERTA, _______…
—Matt, ya deja de gritar. —exclamó.
—Bien. —suspiró él y se sentó en la cama. —Me calmo, me calmo…
—Así esta mejor. —asintió ella.
—Cuéntame…—susurró nervioso.
—Solo voy a decirte que no puedo amar más a Niall porque no sé como hacerlo…Fue hermoso, Mattie, hermoso, perfecto y…¡Ay, no sé!.—dijo y se volvió a cubrir el rostro con ambas manos mientras escondía una tonta sonrisa.

Matt comenzó a dar saltitos sentado en la cama y a aplaudir como todo un niño.

—¿A dónde te llevó?.
—Al paraíso…
—No me refiero al placer, ______.
—¡Cállate, tonto!. —dijo sin dejar de reír y tirarle una almohada. —De verdad, literalmente, me llevó al paraíso. Es un lugar realmente hermoso, uno de estos días voy a llevarte para que lo conozcas.
—Y ya, entre nosotras… ¿Es bueno?. —preguntó.
—¡Matt!. —chilló sin poder creerlo.
—Oh, vamos, Sweetness. —rió él —No puede haber secretos entre hermanas.

______ miró a su alrededor, como si hubiera alguien más en su habitación que pudiera escucharla.

—No usa ropa interior y es increíble…
—¡¿No usa ropa interior?!. —la mandíbula de Matt casi tocó el suelo y ella se echó a reír con ganas. —My re Gaaaaaaaash, ______ ¿será que todos los peones son así?.
—No lo sé. —dijo ella encogiéndose de hombros.
—¿Te preguntó si querías ser su novia?. —quiso saber.

Entonces la sonrisa de ______ comenzó a desaparecer lentamente. En ningún momento habían hablado de noviazgo y ella lo veía como algo muy…¿apresurado? Lo amaba, claro que si. Pero ambos acababan de salir de sus respectivas relaciones. Aunque eso no les impidió hacer lo que habían hecho. Y una parte de ella quería agarrar y gritar: SI, SOY LA NOVIA DE NIALL.

—No, no me lo preguntó. —murmuró al fin.
—¿Cómo que no?. ¡Hicieron el amor, tuvo que habértelo dicho!.
—Estuvimos muy ocupados como para pensar en eso, Mattie.
—Eres tan pervertida. —aseguró. Ella rió y se puso de pie.
—Voy a bañarme…

La puerta de su habitación sonó. ______ se detuvo y se encaminó hacia la puerta. La abrió y se sorprendió de ver a su padre allí parado.

—Papá, deberías estar en la cama.
—Lo sé, hija. —dijo él —Pero necesito que hablemos… Debes volver a la ciudad hoy mismo.

Ella lo miró espantada.

—¿Qué?. —preguntó perpleja.
—Te juro que intenté hacerlo todo desde aquí, pero se me está haciendo imposible. Tienes que ir a hacerte cargo de la empresa en la ciudad, por lo menos por unos meses…hasta que pueda venderla.
—¿Vas a vender la empresa?. —dijo confundida.
—¿De qué me perdí?- —preguntó Matt asomándose por detrás de ______ —¿Cómo que vas a vender la empresa, Greg?.
—Gloria aceptó casarse conmigo. —dijo así sin más. —Y he decidido vender la empresa de la ciudad para poner una aquí, en el pueblo y comenzar a manejar todo desde el lugar al que realmente pertenezco.

______ procesaba cada palabra que su padre había dicho. Volver a la ciudad, casamiento, vivir en el campo… ¿Y ella? ¿Y ella en dónde quedaba en todo eso? Pero sabía que debía hacerlo. El médico había sido claro con respecto a los cuidados que Greg necesitaba. Y ella tenía que cumplir con lo que había dicho.

Pero, ¿tenía que ser justo ahora? Justo ahora que se había reencontrado con el amor y que se había entregado completamente a el. ¿Cómo tomaría Niall aquello?.

—¿Cuándo tendría que irme?. —preguntó ella en un susurro.
—Te saqué un boleto para hoy a la tarde…mañana ya estarás en la ciudad y comenzarás con las ventas. Calculó que todo estará listo en cinco meses y podrás irte a donde quieras, hija mía. Incluso traer tu vida aquí…

¿Cinco meses? ¿Cinco meses alejada del campo, de White y principalmente de Niall? ¿Cómo podría ella soportarlo?.

—¿Y Mattie?. —preguntó por su amigo.
—Saqué un pasaje para él también, aunque no sabía si quería viajar…
—Sisi, me voy con ella. —asintió el rubio.
—Está bien —murmuró desilucionada.
—_____, si no quieres hacerlo, hija, voy yo…
—¡No, no!.—se apresuró a decir —Claro que no…yo voy a ir y me haré cargo de todo. Claro que te mantendré informado y te pediré tus consejos.

Greg sonrió y acarició su mejilla.

—Puedes decirle a alguien especial que vaya contigo…
—¿Qué?. —dijo ella sorprendida. Él sonrió.
—Me refiero a Niall…
—¿Puedo hacerlo? —preguntó asombrada.
—Si él quiere irse, claro que si…

_______ asintió y se puso a pensar en aquello. Tal vez no todo era tan malo. Si, le diría a Niall que fuera con ella a la ciudad.
Capítulo 52: No puedo irme.

Él salió del baño luego de haberse dado una merecida ducha. Realmente estaba agotado y lo que necesitaba era tirarse a dormir, por lo menos una hora. Miró la hora en el reloj de pared y marcaban las dos de la tarde. ¡Que rápido que pasaba la hora!.

Luego de haber dejado a ______ en la puerta de la casa, se había dirigido a las caballerizas, había acomodado a White y se había puesto a trabajar un poco con un par de sus compañeros. Luego su panza había gruñido del hambre y decidió dejar sus tareas para otro momento. Su cuerpo estaba pidiendo a gritos parar por un par de horas.

Se dejó caer en la cama, luego de ponerse un pantalón cómodo para dormir. Hacía algo de calor, así que se había sacado la remera. Colocó los brazos detrás de su cabeza y miró fijamente al techo. Enseguida ella llegó a su mente…

En ningún momento ______ había salido de sus pensamientos. Constantemente recordaba cada beso y caricia compartida y se estremecía como un niño. Sonrió divertido. Ella tuvo razón en decirle que iba a pasar todo el día pensando en lo que pudieron haber hecho si se quedaban…
Dos suaves golpes llegaron a la puerta. Él se incorporó y dio el permiso para que entraran. Ella se asomó y él sonrió abiertamente.

—Estaba pensando en ti…—le confesó.

Ella sonrió tímidamente e ingresó del todo. Cerró la puerta con cuidado y se acercó lentamente a la cama. Se iba a sentar en la silla que allí estaba, pero Niall fue rápido y la tomó de la cintura para sentarla sobre su regazo. Pudo notar que había algo raro en ella, ya que su expresión era algo seria.

—¿Estabas por dormir?. —le preguntó ella dulcemente y le acarició el rostro, para luego acomodar un poco sus pelos rubios despeinados.
—Solo estaba descansando el cuerpo. —respondió él. _____ evitaba ver sus ojos. Miraba su boca, su nariz, su frente… pero no sus ojos. —¿Qué sucede?.
—Tengo que decirte algo…
—¿Qué cosa?. —inquirió algo preocupado.

Ella sonrió y entonces le plantó un largo besó en los labios. Era un beso simple, sin necesidad, pero con amor. Separó sus bocas y volvió a jugar con su pelo. Pero él no se conformó. Le tomó el rostro con una mano y la posicionó a su comodidad, para luego capturar su boca y besarla a gusto. _______ suspiró y le rodeó el cuello con ambos brazos, acercándolo a ella hasta casi ahogarlos a ambos. Cuando se alejaron, ambos luchaban por encontrar un poco de aire que llenara sus pulmones. Niall le acarició el cuello, subió hasta sus mejillas y tocó sus labios húmedos.

—Salvaje…
—No quiero escuchar si es algo malo.
—Pero por ahí no es algo malo.
—¿Lo es?. —preguntó.
—No… no lo sé.
—Entonces, de verdad, no quiero saberlo, ______…
—Pero…Niall…
—_______…
—Solo…
—No…
—… escúchame…
—… necesito…
—… por un segundo…
—…saberlo…
—¡Debo irme a la ciudad hoy mismo!. —elevó un poco más su voz sobre la de él.

Niall se quedó mirándola fijamente. ¿Qué es lo que ella acababa de decir? No, no podía ser verdad. Sacudió la cabeza y la miró bien.

—¿Qué dijiste?.
—Voy a viajar dentro de 4 horas a la ciudad…
—Me dijiste que no ibas a irte .—murmuró perplejo.
—Si, lo sé, pero escúchame. —dijo y tomó su rostro con ambas manos, manteniendo la mirada de él sobre la suya. —Quiero que vengas conmigo.

Él frunció el ceño y volvió a repetir mentalmente las palabras que ella acababa de decirle.

—¿Qué?.
—Papá necesita que vaya a la ciudad para hacerme cargo de la empresa hasta que logremos venderla…

Niall se puso de pie, separándose de ella y comenzó a caminar de un lado hacia el otro. ______ lo miraba nerviosa, sabía que aquello no iba a ser bueno.

Entonces así como si nada el rubio salió de la habitación. Ella tardó un poco en reaccionar pero siguió sus pasos, llamándolo repetidas veces. Él no se detuvo y siguió caminando hasta estar fuera de la casa. Cuando estuvo fuera se sorprendió de ver las nubes negras que cubrían el cielo. Y sintió una presión en el pecho.

—¡Niall! —lo llamó ella de nuevo saliendo de la casa también. Niall giró para mirarla. ______ caminó a paso rápido hasta quedar frente a él. —¡¿Por qué diablos me dejas sola cuando estoy tratando de decirte algo importante?!.
—No puedo irme… —musitó con los ojos vidriosos.

Ella dejó de parecer alterada, para pasar a asombrada y algo…decepcionada.

—¿No…no vas a venir conmigo? —preguntó con duda.

Capítulo 53: Te amo.

Él apretó los labios. ¿Cómo demonios él iba a dejar todo aquello que lo rodeaba? Pero principalmente ¿Cómo iba a dejarla ir de nuevo? ¿Otra vez? ¿Otra vez la iba a perder? Pero él no era un hombre de ciudad. No le iban las aglomeraciones, ni las grandes construcciones. El tráfico incontrolable y el caos de cada día en aquel infierno urbano. Él era un hombre de campo, al que le gustaba despertarse por las mañanas con el fresco aire de campo entrando por sus pulmones y gracias al canto de algún gallo. Le gustaba su trabajo. Amaba los caballos que cuidaba. Aquel era su lugar.

—No, no voy a ir…

______ sintió algo más que decepción al oír sus palabras. Sabía que por ahí aquello era todo muy exagerado, ya que solo se iría por un par de meses y podría volver y todo estaría bien y ellos podrían seguir con su historia juntos. Pero… ¿Por qué ella iba a sacrificar todo lo que amaba de la ciudad por él, cuando él no lo hacía por ella? Claro que a ______ le encantaba el campo y se sentía ella misma en ese lugar. Pero saber que Niall no estaba dispuesto a jugarse por ella, solo un poco, la llenaba de simple dolor.

Asintió y sacó su mirada de él para fijarla en el horizonte. ‘Tormenta’ pensó al ver las nubes negras que estaban allí.

—Bien. —habló luego de unos segundos —Respeto tu decisión, Niall, y te entiendo…Mattie vendrá conmigo, así que no estaré sola…
—Pero no quiero que te vayas…

Ella rió, pero en una especie de frustración.

—No puedes estar hablando en serio…
—Claro que estoy hablando en serio. —dijo ya algo nervioso —Te dije que te amaba y que quería pasar el resto de mi vida contigo hace un par horas y ahora…¿te vas?.
—No me voy porque quiera irme. —aseguró ella apretando los dientes. ¿Acaso él creía que ella se iba porque amaba la idea de volver al caos?. —Me voy porque tengo que irme…Y de verdad, Niall, me encantaría que vinieras conmigo…
—¿Acaso no lo entiendes, _______?. —preguntó —Yo no pertenezco a ese lugar, ¿Qué voy a ir a hacer allí mientras tú estés de reunión en reunión todo el día? ¿Me vas a llevar a las fiestas que se te van a presentar en la alta sociedad? ¿Me presentarás como que? ¡Soy un simple peón! Sé leer, sé escribir, sé algunas cosas de historia y soy bueno con los números. Pero eso no le alcanza a tu gente…para ellos no seré más que tu empleado, que seguramente esta intentando sacarle ventaja a la situación…
—No es así. —musitó ella.
—¿No?. —dijo y rió nerviosamente. —Claro que es así…Ya me puedo imaginar lo que dirán tus amigas cuando digas que te enamoraste del capataz del campo de tu padre: _______, que bajo has caído.
—¡No me importa lo que digan los demás!. —exclamó ella ya no conteniendo las lágrimas en sus ojos.
—¡Pues a mí si!. —dijo él, dio unos pasos hacia atrás, alejándose de ella. —No quiero que el día de mañana me recrimines que no soy lo suficiente bueno para ti, cuando empieces a darte cuenta de que en realidad no soy lo que esperabas…
—Niall…

Él negó con la cabeza y dio media vuelta para dirigir sus pasos hacia otro lugar. Necesitaba pensar un poco. Ella vio como él se iba haciendo más pequeño a medida que caminaba. Se le estrujó el corazón. Él no entendía aún lo que ella sentía por él, y ella no entendía que más tenía que hacer para demostrarselo. Pero sabía que en ese momento no podía hacer nada. Simplemente iba a irse...

Niall siguió caminando, sin mirar atrás. Le dolía saber que en realidad no todo era color de rosa. Se pasó la mano por el rostro, frustrado.

—Te amo, princesa...
—Te amo, salvaje…

Murmuraron los dos a la vez pero sin saber que el otro también lo decía.

Capítulo 54: Te perdí de nuevo.

Ella terminó de sacar la última valija que le quedaba. Charlie,su chofer, la tomó y la metió en el baúl de la camioneta que iba a llevarla a ella y a Mattie a tomar el avión que salía dentro de dos horas de allí. Soltó un suspiro y miró hacia la casa que estaba detrás de ella. Su mejor amigo salía de allí con todos sus bolsos y cosas. Ella sonrió levemente y se acercó a para ayudarlo.

—¿Por qué te niegas a decirme que pasó?. —le preguntó él y la dejó ayudarlo.
—Ya te dije que no pasó nada, Mattie…
—Mentira. —sentenció él. —Llegaste llorando y te encerraste en tu cuarto a hacer las valijas.
—Es solo que las cosas no van a suceder como yo lo creí…
—¿Lo vas a dejar aquí?. —preguntó.
—No puedo obligarlo a ir conmigo…Este es su lugar y lo entiendo.
—Debería ir a patearle el trasero… —ella sonrió y llegaron hasta Charlie. El chofer terminó de acomodar las cosas. Greg salió de la casa con Gloria del brazo.
—¿Están listos?. —les preguntó.

______ respiró profundamente y asintió. Su padre se acercó a ella y le dio los pasajes y varias carpetas con negocios y esas cosas. El cielo relampagueó y ellos miraron hacia arriba. Ya comenzaba a lloviznar.

—Vámonos. —sugirió Charlie —Antes de que los caminos se llenen de lodo y lleguemos más tarde de lo que tenemos que llegar.

El chofer se subió al auto y prendió el mismo. Matt se acercó a Gloria para abrazarla cariñosamente.

—Te voy a extrañar muchísimo, Glory, eres un encanto de mujer. Y yo mismo me voy a encargar de mandar a hacerte el mejor vestido de novias del mundo…

Gloria sonrió con los ojos vidriosos.

—Muchas gracias, Mattie. Me alegro mucho de haberte conocido. Más te vale que estés aquí para la boda…
—¡No me la pierdo ni loca!. —exclamó y rieron por lo bajo. Se alejó de ella y abrazó a Greg.
—Cuida bien a mi princesa. —le indicó.
—Siempre, Gregi, ¿con quien crees que estás hablando?. —preguntó divertido. Se despidió de ellos con la mano y se subió al coche.

______ se acercó a la pareja y les dedicó una pequeña sonrisa. Gloria miró a Greg y él también la miró a ella, para luego volver la mirada a su hija.

—Dale tiempo…—le dijo Gloria. —Está asustado.

______ apartó la mirada de ella y sintió que el nudo en su pecho se hacía más grande. En ese momento Niall era lo que ella más necesitaba…Y él simplemente la dejaba caer.

—Nos veremos en un par de meses, Gloria. —le sonrió y la miró. —Cuida mucho a mi papito lindo…Sé que lo dejo en un muy buenas manos.
—Claro que si. —dijo ella y se acercó a abrazarla. ______ cerró los ojos y dejó que aquel abrazo la llenara. Gloria era una mujer que le trasmitía seguridad. —Él te ama, ______, jamás dudes de eso. —le susurró al oído- —Pero solo teme no poder darte lo que él cree que necesitas…
—Yo solo lo necesito a él- —murmuró ella.
—Lo sé, lo sé- —asintió Anne y le acarició el cabello.

Charlie tocó la bocina, avisándole a _____ que se apresurara, ya que la lluvia comenzaba a caer con más fuerza. La chica se alejó de Gloria y abrazó a su padre.

—Te llamaré en cuanto apenas lleguemos. —le dijo.
—Está bien, mi cielo…No sabes como te agradezco que estés haciendo todo esto por mí. Te amo.
—Y yo a ti, papi. —asintió sonriendo.

Él besó su frente. En ese momento Niall salió de la casa. ______ le dedicó una pequeña sonrisa.

—Adiós, señorita ______. —le dijo él. —Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.
—Adiós, Niall. —dijo ella con un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar. Hubiese deseado despedirse de él de otra forma. Suspiró y salió de debajo del pequeño techo que los resguardaba de la lluvia para acercarse a la camioneta. La lluvia empapó un poco su rostro y su cabello dorado. Estaba por subir cuando escuchó el relinche de un caballo a lo lejos. Giró la cabeza hacia el sonido y allí los vio a ambos. Niall y White la miraban desde la distancia.

—Estaré bien. —musitó ella, creyendo que él por ahí podía leer sus labios. Pero en realidad no lo estaría. Claro que no.

Niall vio como ella se subía al auto y cerraba la puerta. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, empapándolo aún más. White se movió algo nervioso, pero él lo calmó. La camioneta arrancó y con ello la desesperación de Niall. Ahí se iba de nuevo el amor de su vida. Lo dejaba. La veía alejarse, la perdía esa noche. No lo entendía…No entendía por qué simplemente no podía agarrar e irse con ella. No entendía por qué no podía mantenerla a su lado.

Golpeó a White a un costado y el caballo salió a toda velocidad por el medio de un camino de árboles que daba justo al costado del camino por el cual la camioneta iba pasando. Logró alcanzar la velocidad del vehículo. Pero no podía ver a ______, ya que los vidrios eran polarizados. Y entonces el auto aceleró, la lluvia se hizo más intensa. White se detuvo y ella y todas sus esperanzas desaparecieron bajo el temporal.

Otra vez se sentía como un niño de 13 años, al que le arrebataron una parte de su corazón. Entonces las primeras lágrimas cayeron por sus empapadas mejillas. La había perdido de nuevo, solo que ahora él tenía toda la culpa.
Capítulo 55: Soy un cobarde.

Una semana después…

Él arrojó el pedazo de tronco caído que llevaba sobre su hombro, en medio de la caballeriza. Los caballos protestaron ante el molesto sonido que irrumpió en la paz en la cual se encontraban. Niall suspiró y se secó la frente con el dorso de su mano. Tomó el hacha que había apartado y se dispuso a cortar el tronco en pequeños pedazos de madera para una futura fogata o lo que se precisara.

Hacía exactamente una semana que su vida era simplemente una porquería. No podía dormir, no quería comer. Ni siquiera sabía como era que seguía respirando. Todas las noches soñaba con ella y se despertaba a la mitad de su sueño para darse cuenta de que no estaba allí. Se sentía miserable. Era miserable sin ella.

Extrañaba verla sonreír, escucharla hablar, sentirla respirar. Extrañaba salir a cabalgar con ella. Extrañaba el calor de sus labios, su sabor.

Comenzó a cortar la madera con más fuerza. En todas las veces que ella había llamado jamás pidió hablar con él. Y lo sabía porque en más de una ocasión se había tomado el atrevimiento de escuchar la conversación por otro teléfono.

—Realmente eres un imbécil. —dijo sacándolo de sus pensamientos.

Algo agitado dejó de hachar la madera y se enderezó para mirarlo.

—No estoy de humor para tolerarte, Alex. —le advirtió a su primo.
—Óyeme, yo no tengo la culpa de que seas completamente infeliz en este momento. Tú eres el único culpable.

Niall lo miró coléricamente y comenzó a hachar de nuevo. Alex negó con la cabeza y suspiró. ¿Es que acaso su primo era un completo imbécil?.

—¿No tienes nada más importante que hacer que estar ahí parado mirándome como un idiota, Alex? —le preguntó sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.
—Solo estoy tratando de entender por qué mi primo se está comportando como todo un cobarde…
Niall suspiró y tiró el hacha a un costado para mirar de frente al castaño.
—La amo, ¿entiendes eso?. —preguntó enojado.
—¿Y por qué sigues aquí, eh? ¿Por qué si tanto la amas no vas a buscarla?. Nialler… por una vez en tu vida, deja de pensar en el campo. No va a morirse, va a estar aquí siempre, esperándote. Pero ______ no, y creo que ella te necesita más a ti que el campo en este momento.
—No es tan fácil…
—¡Claro que es fácil, Niall!. —exclamó. —¿No eras tú el que me decía que debía jugarme por Greta?. —preguntó. —Mírame, me jugué por ella y ahora su padre ha aceptado nuestra relación. Robert Montoya me acepta porque yo me jugué por su hija. ¿Qué hiciste tú por ______? La dejaste ir…
—¿Y..Qué pasa si no funciona? —preguntó frustrado.
—Jamás vas a saberlo si no te arriesgas. Por lo que sé ______ ha estado como loca con todas las cosas que tiene para hacer. Y con la ayuda de Matt no le basta, necesita de alguien más. Y ese alguien… eres tú…

Niall asintió levemente. Cada palabra que Alex,su primo,le acababa de decir era cierta. Él se estaba comportando como un completo cobarde. Dejó que ella se fuera pensando que no la amaba realmente. La dejó ir y enfrentar las cosas sola. Realmente no se merecía el amor de esa mujer. Pero le rogaba a Dios que lo aceptara cuando fuera a buscarla. Si, eso mismo iba a hacer…En ese preciso momento.

Ella llegó a su departamento completamente destruida. Estar a cargo de una empresa jamás creyó que sería tan frustrante. Todos consultaban con ella. Todos la necesitaban. Todos le preguntaban que estaba bien y que estaba mal. Ahora entendía el stress por el cual había pasado su padre. Por eso mismo quería encontrar rápidamente un comprador.

Entró a su cuarto, se quitó los incómodos zapatos de tacón y se dio una pequeña ducha, para relajar un poco los músculos de su cuerpo. Se puso se camisón de dormir y encima una pequeña bata de seda. El clima había refrescado un poco por esos lados. Desde que había llegado los días habían estado algo nublados, como su vida.

A pesar de estar ocupada todo el día, no podía dejar de pensar en Niall, en cuanto lo extrañaba y necesitaba. Las veces que había llamado, había evitado preguntar por él. Solo para no sentirse peor. Extrañaba cada cosa de él. Su sonrisa, su risa, su voz, su mirada, sus besos, sus abrazos, su aroma…

<<Voy a estar bien, tengo que estar bien.>> Pensó. Pero cada día que pasaba era una tortura. Daría lo que fuera por tenerlo allí con ella. Para que la ayudara con la empresa, para acompañarla en la cena, para mimarla en la noche. Necesitaba a su príncipe salvaje, más de lo que necesitaba vender la maldita empresa familiar.

Capítulo 56: Mi principe salvaje.

El teléfono de su departamento comenzó a sonar. Corrió a atender antes de que cortaran.

—¿Hola?. —atendió.
—¿Qué estás haciendo, Sweetness?. —le preguntó él.
—Hola, Mattie. —suspiró y llevó el teléfono inalámbrico con ella hacia la cocina. Iba a cocinarse algo. —Acabo de llegar a casa.
—¿Tan tarde?. —preguntó él —Son casi las 10 de la noche, cariño.
—Lo sé, lo sé. —asintió ella y comenzó a buscar algo en su refrigerador. —Pero las cosas en la oficina son un caos. No sabía que papá tenía tantos negocios por resolver y esas cosas.
—Debes estar agotada. —dijo él preocupado. —¿Quieres que vaya a quedarme contigo?.
—No, Mattie, muchas gracias. Pero voy a comer algo y me voy a tirar a dormir. Necesito descansar, por el amor de Dios.
—Bueno. —rió él. —Entonces te dejo tranquila. Solo llamaba para ver como estabas y para avisarte que ya resolví el problema de los pagares.
—Oh Dios, eso es genial. —aseguró —Muchas gracias, hermana, eres genial.
—Ya lo sé. —dijo orgulloso —Te amo, adiós.
—Yo también. Adiós.

Colgó con una pequeña sonrisa en los labios. De verdad ella no sabía que sería de su vida si no tuviera a Matt Donovan a su lado. El sonido del agua llegó a sus oídos. Frunció el ceño y se acercó a la ventana de la cocina. Llovía torrencialmente. Y de repente el sonido de un rayo, acompañado de un pequeño temblor, llegó a ella. La piel se le erizó del miedo y las luces del departamento se apagaron dejándola completamente a oscuras.

—Maldita sea, esto no puede estar pasando. —murmuró entre dientes y salio de la cocina.

Acostumbró su mirada a la penumbra. Todo estaba tan oscuro y el sonido de la lluvia le daba aun más aquel aspecto tenebroso. Odiaba estar sola en momentos como ese. Entonces unos golpes llegaron desde la puerta principal. Ella se paralizó. OH POR DIOS. ¿Quién podía ser a esa hora? Respiró profundamente y tomó un pequeño palo de metal que estaba cerca de la chimenea artificial que tenía en su sala de estar. Se acercó con cuidado a la puerta…Tal vez ella solo estaba loca y
era el encargado del edificio informando que había un corte parcial en el edificio. Bajó su arma de defensa pero no la soltó. Llegó a la puerta y la persona que estaba del otro lado volvió a golpear. El pulso de la chica se aceleró. Intentó mirar por la pequeña mirilla, pero del otro lado todo estaba oscuro y solo podía distinguir una enorme figura negra del otro lado. ¿Y si no era el encargado y era un asesino como en las películas de terror? Se le congeló la sangre.

—¡______, mi amor, ábreme por favor!.

Ella se quedó totalmente quieta al oír aquella voz. Entonces no lo dudó más y abrió la puerta para encontrarse de frente con un empapado príncipe salvaje que fue hermosamente iluminado por un trueno que acababa de sonar.

Capítulo 57: Te amé, te amo & te amaré por siempre.

La luz volvió al lugar, iluminando el departamento y el sector en el cual él estaba parado. Era un sueño, ella estaba segura de eso. Estaba realmente empapado, con un pequeño bolso en la mano. Estaba vestido de una manera diferente a la que ella estaba acostumbrado verlo. Llevaba una camiseta blanca, que a causa de la lluvia se le pegaba al cuerpo, unos pantalones color crema y unas zapatillas de lona negras. Era un Niall muy despreocupado, vestido de aquella forma. Respiraba como si hubiese estado corriendo mucho.

—Perdón. —fue lo primero que los labios masculinos soltaron.

Ella sonrió emocionada y luego se mordió el labio inferior para tirarse sobre él y plantar su boca en la suya.

Niall la abrazó con fuerza contra él, sintiéndose completamente dichoso de ser amado por ______. Le respondió el beso desesperadamente. La había extrañado demasiado. ______ soltó su boca solo para besarle el resto de la cara. Él rió por lo bajo y luego ella lo abrazó, escondiendo el rostro en su cuello.

—¿No es un sueño, verdad?. —le preguntó.
—No, princesa. —susurró él mientras le acariciaba la espalda. —No es un sueño. Vine a buscarte…No podía seguir viviendo sin ti…

Ella se alejó un poco para mirarlo a los ojos. Debería simplemente arrojarle algo por la cabeza y decirle que no lo necesitaba. Pero…¡No podía! No podía hacerlo. Porque aquello sería completamente mentira. Claro que lo necesitaba… por Dios, lo necesitaba tanto.

—Ay, salvaje, te necesito tanto…
—Ya estoy aquí, mi amor. —sonrió levemente y acarició su rostro.—Perdóname, por haber sido tan imbécil, ______.
—Ya está, ya no me pidas más perdón…Ya estás aquí. Eso es todo lo que necesito, mi amor, mi vida. —lo besó de nuevo en los labios.

Y aquel suave beso pasó a ser demandante y desesperado. Ambos sabían lo que necesitaban. En ese momento no podían detenerse y ponerse a hablar de todo lo que había pasado. Necesitaban sentirse,acercarse por demás,ser uno…

______ acercó a Niall un poco más a ella, incitándolo a entrar del todo al departamento. El rubio dió los primeros pasos, pero entonces recordó que su bolso estaba afuera. Maldita sea, realmente necesitaban controlarse un poco. Soltó los labios femeninos.

—Mi amor, mis cosas. —susurró agitado.

_____ lo soltó al instante y rió algo nerviosa. Simplemente se estaba comportando como una desesperada. Él estaba empapado y seguramente cansado por el largo viaje. Era una pervertida.

Niall tomó su bolso y entró al departamento de _____. Ella cerró la puerta y soltó un suspiro cuando se giró a verlo. Todavía no podía creer que él estuviera allí.

—¿Quieres darte un baño?. —le preguntó. Niall estaba mirando atentamente a su alrededor. Aquel lugar era agradable. Él volvió la mirada a ella…

—¿Qué tipo de baño?. —quiso saber. Ella sonrió.
—Un baño…Para poder ponerte cómodo y sacarte esa ropa mojada.
—¿Lo tomare solo?.

______ sintió cosquillas en su vientre, y en su mente se filtró la imagen de él y ella en la ducha. Sería grandioso. Aunque ella ya se había bañado. Pero al demonio, no iba a gastarse por un poco más de agua.

—¿Te gustaría que te acompañe?. —le preguntó.
—Estoy loco por ello.

_____ sonrió pícaramente y lo tomó de la mano para conducirlo hacia el pequeño baño que aun retenía algo de vapor en su interior. Encendió la luz y giró rápidamente para encontrarse con la boca de su salvaje.

Niall vagó sus manos sobre el cuerpo de ella mientras sus lenguas se encontraban en un caliente baile. Le quitó la pequeña bata. Aquel pequeño camisón que llevaba puesto comenzaba a estorbarlo de una manera increíble. _____ fue un poco más rápida, soltó sus labios para poder quitarle la camiseta mojada y tirarla al suelo. Él copió su acción y se deshizo de su camisón.
______ soltó una pequeña risita y se escapó de sus brazos para entrar a la ducha y prender el agua. Desesperadamente Niall terminó de quitarse el resto de sus ropas y entró detrás de ella. Intentó abrazarla de nuevo, pero ______ se hizo a un lado dejando que el agua cayera sobre él.

—Primero la ducha. —dijo ella y entonces tomó la esponja y la llenó de jabón para después comenzar a pasarla sobre el pecho de él. Levantó la mirada para encontrarse con sus celestes ojos llenos de amor y deseo. Antes de que se derritiera por él lo hizo girar para poder pasar la esponja por aquella majestuosa espalda. —¿Cómo llegaste hasta aquí?.
—Charlie me fue a buscar al aeropuerto. —le contó él sobre su hombro.
—¿Por qué decidiste venir?. —quiso saber.
—Porque era infeliz sin ti, ______. —dijo él entonces giró, quitándole la esponja de la mano y mirándola como jamás ningún hombre la había mirado. – Porque cuando tenía 13 años no podía ir detrás de ti, no sabía lo que realmente era el amor. Pero ahora si pude, tardé un poquito, pero pude. No iba a perderte de nuevo…

Ella sonrió con lágrimas en los ojos y él la tomó de la nuca para acercarla a sus labios y besarla dulcemente. _____ gimió suavemente ante la sensación de tener de nuevo su cuerpo pegado al suyo. La colocó con cuidado contra la pared de la ducha…Ella enterró los dedos en sus finos cabellos acercándolo más a ella. Niall estaba desesperado por tocarla, por hacerla reaccionar, por escuchar como susurraba su nombre con aquella encantadora nota de placer. Bajó sus besos hasta encontrar el lugar dónde latía desencadenadamente su pulso.

—Te amo, salvaje. —susurró ella en su oreja. —Te he amado toda mi vida…

Ella se agarró con fuerza de sus hombros y soltó un alto gemido cuando él entró en ella de manera imprevista, llenándola completamente. Era el paraíso.

Niall gruñó por el sentimiento de estar dentro de ella otra vez. Cada parte de su ser gritaba aliviado. Estaba en dónde tenía que estar. Alzó la vista para encontrarse con aquellos hermosos ojos mirándolo necesitadamente. El agua caliente de la ducha caía sobre ambos, mezclándose con sus gemidos y la leve transpiración que bañaba a ambos. Y el lugar al que ambos querían llegar los envolvió. ______ enterró las uñas en sus brazos mientras gritaba su nombre y se envía a si misma contra él una y otra vez. Niall se le unió, mirándola siempre a los ojos, para dejarle ver cuanto amor le tenía. Cuando todo se calmó, ella lo abrazó con fuerza, escondiendo el rostro contra su pecho. Depositó un suave besó sobre el lado dónde latía su corazón. Niall le alzó el rostro y besó cortamente sus labios.

—Te amo, princesa, te amo.
—También yo a ti, principe. —le besó y decidieron terminar con aquella ducha.

Terminaron y se secaron con dos grandes toallas blancas. ______ volvió a ponerse su camisón mientras que Niall solo sacó un pantalón de dormir de su bolso. Apagaron las luces del departamento y _____ lo llevó hasta la habitación. Se dejaron caer en la cama y ella se acurrucó como un animalito contra él. Afuera seguía lloviendo, pero ella ya estaba completamente tranquila, no estaba sola. Niall comenzó a acariciar su cabello y cerró los ojos, sintiéndose completamente en paz. Había sido la mejor decisión de su vida venir por ella, claro que si.

—Niall.—lo llamó.
—¿Qué, mi amor?. —preguntó en un susurró.

Ella se acomodó mejor contra su pecho y alzó la cara para poder mirarlo. Sonrió al verlo con los ojos cerrados.

—¿Vas a quedarte conmigo?.

Él abrió los ojos y la miró. Su corazón palpitó…Era como tener un caballo salvaje latiendo en su tórax. Ella lo hacía sentir así, salvaje, libre, completamente ajeno al mundo que los rodeaba. Iría con ella hasta el fin del mundo si era necesario.

—Iré a dónde tu vayas, mi amor. —le dijo. Ella suspiró aliviada y lo besó antes de volver a acomodarse para dormir.
—Mañana voy a llevarte a conocer toda la cuidad. —le aseguró.
—Eso me asusta…Por lo poco que vi mientras venía en ese auto amarillo, horrible color para un auto, parece una jungla de cemento.
—Lo es. —asintió divertida. —Pero sé que va a gustarte. Pero, mi amor, volveremos al campo, o iremos a otro, no lo sé, pero sé que estaremos bien.
—Yo también sé eso, mi vida. —suspiró. —Hasta mañana, enana de mi corazón.
—Hasta mañana, príncipe salvaje de mis sueños.

Cerraron los ojos y durmieron con una leve sonrisa en el rostro. Un nuevo comienzo los esperaba.

Fin.

47 comentarios:

  1. podrias subir el sgt capitulo Por fasss .................. no seas malota se una buena Hermanita :P

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  2. Por fiiiiissssss el siguiente ;)

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  3. siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  4. HhqhiqoqihnKaia siguelaa esta buenisimaa

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  5. Mr encanta!! Siguela pronto

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  6. is Per-fect! Siguelq pronto guapa:)

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  7. LA MEJOR NOVELA QUE HE LEÍDO SIGUELAAAA

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  8. Adfklhybobgcubjko siguelaaa

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  9. Me encanta!! *-*
    Siguela cuando puedas:)

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  10. ¿Cómo cuantos capitulos te faltan? Amo esta novela<3

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  11. Cuando termines esta vas a hacer mas novelas??
    P.D: la AMO!
    Besoos
    Siguela pronto

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    1. Si, de hecho hay mas novelas arriba del todo a la derecha, donde dice: Novelas y Especiales :)
      Besos

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    2. Vale, gracias:) me las voy a leer.todas muajjajajaja okno.:)

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  12. Hola Mica soy una nueva lectora y quería preguntarte si vas a hacer mas novela porque ya me he leído todas y me encantn tus novelas, que digo, AMO TUS NOVELAS

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  13. DIOS ME ENCANTA!!!!!!!!!! Me he leído el último capítulo como cinco veces, la mejor novela que he leído NUNCA, ENSERIO ME ENCANTA.
    Ya se que pone fin pero SIGUELA POR FAVOR, hay mucha más historia por contar. Os amo sisters directioners

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    1. La novela tiene segunda temporada, es de facebook te paso el link: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.478379452210351.99305.411096562271974&type=3

      por cierto la novela no es mía pero gracias por leerla:)

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  14. Me encantó tú novela

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  15. hola, sabes ase poco tuve que borrar por mifacebook por cosas personales AMOOOO TU NOVELAAA, pero no puedo leer la segunda temporada, ya lei la segunda temporada de mi querido guardaespàldas que esta en univision pero necesito leer la segunda temporada de wild horses, por fis me harias el mas granda favor que alguien haya hecho por mi
    podrias subir la nove a este blog o a otra pagina, por fis aqui esta mi corre y/o mi whatsapp
    nazareth.tapia@gmail.com
    +56986410811

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  16. MUEROOOOOOOOOOOOOOOOOO MUERTÍSIMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA HAY SEGUNDA TEMPORADA AHORA MISMO A LAS DOCE DE LA NOCHE SOY LA PERSONA MÁS FELIZ DEL MUNDO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIASSSSSSSSS

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  17. OYEAHHH MY CRAZY MOFO'S !!!!!!!!!!!!!!!! Es que amo a Niall con locura y el a mí. Si es que voy a tener razón, cuando dentro de unos diez años oigaís por las noticias que Victoria la esposa de Niall Horan sea la presidenta de Reino Unido y que haga idioma oficial el boludo (os amo gente boluda) y pensareis HALAAAAA esa es la chica lo dijo que iba a pasar eso, si que es verdad que los sueños se cumplen!!!

    JAJAJA OS AMOOOOOOOO
    os habla la futura señora Horan, nuestro hijo mayor se llamara Liam y nuestra hija Darcy

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  18. buaaaaaa me encantooooo sigue mas porfavooooor:)

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  19. Esta si que es una novela enserio me gustaría mucho hablar con la creadora de esta novela para pedirle el permiso de hacer un libro obviamente ella seria la mas premiada yo solo la ayudaría a sacar el libro a la venta asadasadasadas quien me pasa el link de la novela en su pagina oficial? por favor :D

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  20. Sube la segunda temporada aquí por favor!!!

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  21. buieno no se que decir solo que me encanto la lei toda la noche que fino no

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  22. SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA MUEROOOOO ANDA PORFA SIGUELAA, la ame <3 eres la mejor
    Ay mi niall hermosisimo
    P.d: sigielaaaaaaaaaaaaaa;)

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  23. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  24. me encanto la novela gracias x publicarlaaaaa

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  25. Awww esta novela es HERMOSISIMA... gracias por publicarla. Se ha convertido en una de mis novelas favoritas... en seriomuchisimas gracias por haberla publicado ^w^

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  26. la novela mas hermosa de mi vida <3

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  27. Hola.he leído tu novela y en verdade encanto,pero me preguntaba si me.dejarías escribirla para mi pagina

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  28. Muero muerta Me encantoo esta muy buena

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  29. me encanto la novela AMO DEMASIADO A NIALL y leer estas historias de el me hacen sentir viva y mas cerca de el gracias por escribir estas novelas ....

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  30. Me encanto,es la novela mas hermosa que he leído en toda mi vida,me transmitió muchos sentimientos,neta esta hermosa,tienes un gran don para escribir sigue así que tendrás mucho éxito.

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  31. Wuao, me encanto tu novela. Felicitaciones me encanto mucho

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